Ramón SOLA DONOSTIA
Procesos soberanistas

Escocia prefiere más autogobierno a independencia con un voto masivo

Escocia ha votado, y en masa (84,6%), lo que convierte el referéndum en un éxito indudable. El mapa de Europa no cambia de momento, pero el derecho a decidir se instala en la agenda como una práctica plenamente democrática. Y el Reino Unido sí se modifica inevitablemente; David Cameron anuncia nuevos poderes no solo para Escocia, sino también para «las otras tres naciones» (Inglaterra, Gales y el norte de Irlanda).

Escocia decidió más autonomía en vez de independencia. Los parámetros de la votación se habían modificado después de que el escocés Gordon Brown saliera al rescate tras la primera encuesta a favor del Sí que puso a Londres al borde del ataque de nervios. Ya no se trataba de votar entre la soberanía total o el actual estatus y el predominio de la derecha, claramente denostado por la mayoría de la población escocesa, sino entre independencia o un autogobierno sin precedentes («devo max», según la terminología usada en la isla). Ganó esta última opción, la «tercera vía» que Cameron despreció al inicio.

El margen fue más amplio del vaticinado por las encuestas de las últimas semanas y días, pero mucho más estrecho del calculado inicialmente, cuando el No superaba al Sí en veinte puntos. Fueron algo más de diez: 55,3% para los partidarios de mantener la unión frente al 44,7% que prefería separarse. En sufragios, casi 400.000 de margen entre unos y otros: 2.001.926 frente a 1.617.989. Lo más impactante, con todo, es el índice de participación, que ofrece pocos puntos de comparación en el planeta, y más aún en un país en el que la cota habitual era baja.

Cierta decepción resultaba inevitable para la campaña del Yes Scotland, pero el avance logrado es indudable y el proceso seguirá. La mejor muestra fue que el premier ministro británico, David Cameron, se apresuró a no dejar dudas y garantizar que la devolution prometida en la recta final de campaña no era un truco electoral, sino que será materializada. Así pues, todo concluirá inevitablemente en algún tipo de negociación Londres-Edimburgo, pero ya no sobre cómo crear un nuevo Estado, sino para cambiar el estatus, quizás de modo profundo.

Lógicamente, tras superar la angustia Cameron trató de poner en valor máximo el triunfo del No. En Downing Street y cuando acababan de dar las 8.00 de la mañana y el recuento todavía no estaba cerrado al 100%, habló de resultado «claro» y de que el debate de la secesión queda «resuelto para una generación». «O, como dijo Alex Salmond, quizá para una vida», añadió tratando de llevar a su terreno el mensaje preelectoral final del premier escocés, que obviamente tenía como único objetivo incentivar el voto al máximo.

«Nuestras cuatro naciones»

«Por tanto, no puede haber disputas ni repeticiones, hemos escuchado la voluntad decidida del pueblo escocés», aseguró Cameron. Pero, al mismo tiempo, no dejó margen a las dudas sobre su disposición a aumentar el autogobierno escocés. Saludó que sus habitantes «han mantenido unido nuestro país de cuatro naciones» y explicó que considera justo que no solo Escocia se beneficie de este proceso, sino también Inglaterra, Gales y el norte de Irlanda.

Desde este primer minuto postelectoral Cameron dio pasos. Anunció que ha nombrado al encargado de supervisar el proceso de transferencia de poderes, el responsable de los Juegos de la Commonwealth del pasado verano, lord Robert Smith, quien deberá elaborar un libro blanco para noviembre y tendrá que presentar en enero el borrador de la ley que otorgará a Escocia un autogobierno «sin precedentes».

El premier británico no lo tendrá sencillo. Liberales y laboristas respaldan el plan, pero la oferta planteada en los últimos días, que curiosamente descartó al inicio cuando Salmond lo propuso como opción intermedia, ha generado importante malestar en Westminster entre las filas conservadoras. Y hay quien esperará a Cameron con el cuchillo afilado al considerar que con el Acuerdo de Edimburgo que lanzó este proceso de referéndum ha puesto en grave riesgo la unidad británica.

Para entonces, todavía sin amanecer en Escocia, Salmond ya había comparecido para reconocer el resultado. Y no perdió la ocasión de dejar caer que «espera» que el aparato de poder de Wesminster «cumpla y que lo haga eficientemente» con su compromiso de aumentar el autogobierno. El calendario aprieta, porque la legislatura de Cameron acaba en mayo de 2015 y para entonces sería lógico que el nuevo estatus estuviese listo.

«En este momento, no»

Ante una audiencia entregada, el líder del SNP y principal artífice del plebiscito dijo «gracias» a los 1,6 millones que votaron por la independencia. Frente al intento de Cameron de dar un plazo largo de vida a esta solución, Salmond la reflejó como un paso más en un tránsito. «A veces es mejor reflejar dónde estamos en un viaje: un 45% de nuestros ciudadanos votaron por independencia, no creo que ninguno de nosotros, al entrar en política, lo creyésemos posible o creíble», admitió.

Por ello, apeló a «no quedarse con la diferencia que faltó, sino con el camino andado». Alex Salmond insinuó, aunque no lo planteó como excusa, que ha pesado «el miedo de proporciones inmensas en el corazón del aparato de Westminster ante la marea humana que se estaba moviendo en Escocia».

Escocia «decidió en este momento no ser independiente», resumió Salmond, que por encima de ello situó otras conclusiones positivas como «el gran crédito conseguido» por su país o la increíble cota de participación. «Este 18 de setiembre es un hito de la democracia y de la participación política, un empoderamiento tan valioso que debe ser disfrutado y protegido», remarcó Y abundó en esta línea Salmond, satisfecho pese a todo: «Hay algo más de este referéndum: logró tocar a sectores que nunca habían sido tocados por el sistema político y ellos nos llegaron a los políticos», añadió, con la esperanza de que, tras este precedente, «no se vuelva al negocio habitual en política de nuevo».

Salmond dimitirá y abre así un debate sobre el liderazgo

Horas después de conocerse el resultado y haber hecho su valoración del mismo, Salmond comparecía de nuevo para explicar que dejará los cargos de líder del partido y del Gobierno escocés en noviembre. Lo situó como modo de abrir un debate sobre el liderazgo del SNP, que en estos momentos es tanto como decir que del soberanismo. Pero no quedó claro si el abandono de los altos cargos es reversible o no. Por el momento, se limita a destacar que hay en el partido personas muy valiosas. Se apuntan también motivos familiares de peso que pueden acelerar su retiro.

«Hemos perdido el referéndum pero Escocia puede seguir llevando la iniciativa política -manifestó-. Mi tiempo como líder está casi terminado pero para Escocia la campaña continúa y el sueño nunca morirá».

«No tengo intención de retirarme de la política escocesa. Hay un amplio número de cosas que puedes hacer cuando no eres ministro principal o líder de un partido político», añadió.

Si su marcha es definitiva, la número dos del SNP y del Gobierno, Nicola Sturgeon, es la mejor colocada. Y dio una señal con un inmediato comunicado en el que dice que sería un honor suceder a Salmond.

«Demokrata naizelako egin dut»

Hainbat kritika jaso ditu David Cameronek Eskoziako galdeketari bide emateagatik (egia esanda, gogorragoak Estatu espainolean Erresuma Batuan bertan baino). Eta horiei erantzun nahi izan zien atzo goizean goiz egindako agerraldian. Ez da egindakoaz damutzen. Argi utzi zuenez, Eskozian mahai gainean zen arazo politikoaren aurrean erabaki ausarta hartu behar zen. «Demokrata naizelako egin dut hau guztia», laburbildu zuen Downing Street entzutetsuko 10. zenbakiaren aurrean. «Eskoziako jendearen borondatea errespetatzea, hori zen bide egokiena», erantsi zuen segidan.

Aurreko adierazpenetan esandakoa berretsi zuen atzo Londreseko agintari toryak: erreferenduma galarazteko aukera izan bazegoela (hau da, Estatu espainolak Katalunian egingo duen berdina), baina horrek ez lukeela auzia konponduko. Duela hilabete batzuk emandako elkarrizketa batean nabarmendu zuenez, galdeketa debekatzeko hautua hartu izan balu, eskoziarren independentzia grina are handiagoa izango litzateke egun.

Batasunaren aldeko emaitza ezagututa, pozik ageri zen premier britainiarra. Eta prozesu osoa txalotu zuen, bai eta independentziaren aldekoen jarrera ere: «Erreferendum borrokatua izan da, pasioak astindu ditu, Eskozian politika bizitu du eta Erresuma Batuko jende guztiaren irudimena berpiztu du. Antzinako demokrazien indar eta bizitasun erakustaldi boteretsu gisa gogoratua izango da».

Ildo beretik, autogobernua zabaltzeko erabakia boto-emaile eskoziarren nahien ondoriotzat jo zuen Cameronek: «Boto-emaileen eskubideak errespetatu, zaindu eta zabaldu egin behar dira. Beraz, guztiz zuzena da Eskoziarako akordio berri eta bidezkoago bat bultzatzea, baita akordio hori Erresuma Batuko alde guztietara helaraztea ere».

«Demokrazia» hitza Cameronen ahotan ez ezik, Salmond berarenean ere egon zen atzokoan. Ez zuen zalantza izpirik agertu lehen ministro eskoziarrak. Euskal Herrian 06.15ak zirela, oraindik botoak zenbatzen ari zirela, «herriaren erabakia onartzen dut», iragarri zuen SNPko buruak. «Eta Eskozia osoari epai hori onartzeko dei egiten diot», erantsi zuen.

Galdeketa galtzeagatik zapore mikatza izan arren, bizitako prozesu eredugarria goraipatzea ez zuen ahaztu Salmondek. Honakoa esan zien bai bere alderdikideei bai gainerako eskoziarrei: «Garrantzitsua da nabarmentzea: gure erreferenduma adostua izan da, eta bertan Eskoziak erabaki du, gehiengoz, une honetan ez duela estatu independente izan nahi». Amaitzeko, izandako partaidetza ikaragarria gogoan, honako hausnarketa egin zuen: «parte hartze politikoaren garaipen handia izan da hau guztia». GARA