REAL SOCIEDAD 1

UNIÓN DEP. ALMERÍA 2

La Real encajó su primera derrota de la temporada en Anoeta en un partido muy extraño, en el que tuvo ocasiones más que suficientes para ganar con autoridad, sobre todo en un buen primer tiempo, y en el que estuvo muy mal en el segundo tras encajar el 0-2 a pesar de que pudo empatar en el minuto 89 en una falta lanzada por Pardo al poste.

Fue un partido que debió acabar con un 4-2 por ocasiones, pero en el que volvió a quedar claro que a la Real le falta el equilibrio necesario para alcanzar la regularidad que busca. Cuando tiene sus buenos minutos y juega con el viento a favor y el balón es un vendaval, como lo fue en el primer tiempo, pero si pierde el control del partido y el balón es un equipo muy vulnerable, como en la media hora inicial de la segunda parte, hasta que el Almería se quedó con diez jugadores.

Es la versión realista de la historia del Doctor Jekyll y Mister Hyde por las propias características de sus jugadores. Es difícil alcanzar un equilibrio cuando hay tantos futbolistas ofensivos en un equipo. Cuando les das un balón y tienen un punto de inspiración colectiva lo gozan y hacen disfrutar a sus seguidores. Cuando no tienen el balón y encajan un gol, se nubla su lucidez futbolística y es un equipo que no compite y se va de los partidos.

Sin embargo ayer la Real no perdió por su irregularidad o por su falta de equilibrio. Sencillamente pagó la falta de acierto en sus ocasiones, el buen partido de Rubén, y la facilidad con la que encaja goles sin que los rivales hagan méritos. Así la Real se fue al descanso en desventaja pese a tener seis ocasiones claras por un error de Zubikarai en una mala salida acompañada de la desgracia, porque el balón que tocó rebotó en De la Bella y entró en su portería sin que el asistente anulara la jugada por fuera de juego. Hasta ese instante el Almería apenas había llegado en una ocasión al área realista, con un remate de Zongo.

Se había asistido a un monólogo blanquiazul que comenzó en el minuto 2 con un disparo de Vela al larguero, tres remates de Agirretxe en los primeros diez minutos, y una gran jugada del usurbildarra en el 25 ante la que se lució un Rubén que aún tuvo capacidad para desviar un segundo remate de De la Bella.

La Real merecía ir con ventaja amplia al descanso y se marchó en desventaja porque al Almería le bastó con una falta mal botada, para que en la segunda jugada un centro sin peligro de Dubarbier con tres rojiblancos en posición de fuera de juego acabara dentro de la portería.

Y se encontró con otro gol en un segundo tiempo en el que los de Francisco entraron mucho mejor, con un remate de Hemed previo a la consecución del 0-2 en otro de los problemas que tiene la Real esta temporada, la defensa a balón parado.

Si el año pasado la apuesta por la defensa zonal dio resultados y la Real fue el equipo que menos goles encajó en jugadas de estrategia, hasta ahora ha sufrido mucho y ayer fue Mauro Dos Santos el que la rompió para imponerse en la posición que defendía Iñigo Martínez.

A partir de ahí la Real se descompuso como lo hizo tras encajar los goles en Vigo. Tampoco le ayudaba el calor, con 30 grados en un mediodía soleado más propio de Almería y que afecta más a los realistas que a los jugadores africanos que copaban las posiciones de medio campo hacia delante.

Por si fuera poco, Arrasate tuvo que agotar el tercer cambio con la entrada del jugador que peor está anímicamente en estos momentos, Carlos Martínez, por la lesión de Zaldua. Como ante el Madrid, Eñaut Zubikarai evitó el tercer gol en dos buenas intervenciones, pero ayer la reacción llegó demasiado tarde, cuando Dubarbier fue expulsado y Chory Castro, que debió jugar de inicio en una banda izquierda en la que Canales no se encontró en todo el partido, marcó el tanto realista.

A partir de ahí la Real buscó el empate con decisión y pudo lograrlo en una falta lanzada al poste por Pardo en el minuto 89. Era el tercer balón enviado a los palos por la Real tras el de Vela y otro de Markel en una falta lateral. Pero ayer no era el día de los blanquiazules. Porque aunque es cierto que si encajas dos goles es porque se hacen cosas mal, no es normal que un equipo pierda cuando crea muchas más ocasiones.