Koldo LANDALUZE
62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA

«Love is Strange» Pinceladas y compases musicales

 «Love is Strange» Pinceladas y compases musicales
«Love is Strange» Pinceladas y compases musicales

Finalizada la proyección de “Love is Strange” sigo sin entender el sentido del título de esta excelente película porque todo lo que plantea Ira Sach en su película transcurre por unos parámetros de naturalidad y armonía que muy poco tienen que ver con lo «extraño». Lejos de querer seguir profundizando en el sentido que Sach le ha querido dar al título, lo que el autor de “Forty Shade of Blue” plantea en esta ocasión es un nuevo acercamiento a las relaciones homosexuales pero tratadas desde la óptica que otorga el paso del tiempo, ya que los protagonistas de este melodrama, animado con oportunas notas de comedia, son dos hombres que en el otoño de sus vidas han decidido formalizar una relación que han mantenido durante 39 años a través de un matrimonio que será bien visto por sus amigos y familiares. Esta perfecta armonía coral comenzará a resquebrarse cuando uno de los dos pierda su empleo como profesor de música en un colegio católico –magnifico retazo de hipocresía– y ello les obligue a tener que vender su apartamento e iniciar un nomadeo por separado en casas ajenas.

No vamos a descubrir ahora las grandes cualidades interpretativas que atesoran dos pesos pesados como John Lithgow y Alfred Molina pero la composición que hacen de sus respectivos personajes es una auténtica lección de intensidad, simpatía y emoción difícilmente olvidable. El tono empleado por Sach se amolda a la perfección a un tempo narrativo dictado por notas musicales y pinceladas que esbozan un último cuadro.