La sede del CES español sirvió de escenario a OIT para presentar el informe «España: Crecimiento con empleo». En el mismo se invita a gobiernos y a interlocutores sociales (sindicatos y empresarios) a formular conjuntamente «un plan de acción sobre el empleo» para así evitar una situación conocida como «crecimiento sin empleo», que tendría un impacto duradero en la vida de las personas.

«La recuperación económica finalmente ha comenzado a traducirse en un aumento del empleo, con más de 200.000 nuevos puestos de trabajo creados durante el primer semestre de 2014», dijo el director general de la OIT, Guy Ryder, ante la ministra española de Trabajo y Seguridad Social, Fátima Báñez, y ante el presidente del CES español, Marcos Peña, además de los líderes sindicales de UGT y CCOO y de las patronales CEOE y Cepyme. «Esta es una muy buena noticia -dijo-. No obstante, el crecimiento aún es insuficiente» y recordó que «el ingreso promedio de los españoles es un 8% inferior al de 2007».

Para dar la vuelta a esta situación Ryder fijó tres patas: salarios, empleo digno e inversión empresarial. OIT explica en el informe que «los salarios deben aumentar al mismo ritmo de la productividad para fomentar la demanda mientras la recuperación cobra ímpetu», a lo que el director general de OIT agregó que «nuevos recortes socavarían la demanda interna por encima de cualquier beneficio». Por lo que, Ryder demandó al Gobierno del PP «una revaluación de la reforma laboral».

Según precisó, «para los analistas financieros la crisis económica puede estar por terminar. Sin embargo, sigue siendo una realidad para los millones que buscan trabajo, sobre todo los jóvenes». De hecho, enfrió el ambiente explicando que «aunque se mantenga el ritmo acelerado de creación de empleo registrado en el segundo tri- mestre de 2014, habría que esperar hasta 2023 para restablecer el empleo a los niveles de 2007».

El informe de OIT lamenta la elevada persistencia del paro de larga duración. Raymond Torres, director del Departamento de Investigación de la organización, se refirió a los efectos negativos del desempleo de larga duración sobre el riesgo de pobreza y exclusión social, «que ya ha aumentado a lo largo de la crisis». En la actualidad, en el Estado español hay «casi 4,5 millones de hogares con algún miembro en paro, y 800.000 de estos no tienen ningún ingreso». Por lo que manifestó que «urge una política del empleo exhaustiva» y «antes que nada, una estrategia económica que facilite la transición hacia un nuevo modelo económico».

Asimismo, el sistema de crédito requiere una reforma, ya que «aún no está al servicio de las empresas». Esto dificulta además «el desarrollo de las pequeñas empresas y que éstas alcancen la dimensión necesaria para incrementar la productividad y crear empleos mejor remunerados».

Torres dijo que es imprescindible formular una serie de políticas dirigidas a estimular la creación de empleos de calidad «que se ha deteriorado desde el inicio de la reforma laboral» y, entre otras actuaciones, pide fortalecer la Seguridad Social, en particular «un programa dirigido a colmar los vacíos financieros en la cobertura de los hogares afectados por el paro».