Aritz INTXUSTA IRUÑEA
CRISIS EN EL SISTEMA SANITARIO NAVARRO

El exgerente dibuja una Osasunbidea caduca y dividida en reinos de taifas

El máximo responsable de Osasunbidea hasta hace tan solo días describe una situación muy preocupante dentro del sistema de salud navarro. Juan José Rubio explica que hay infraestructuras que se han quedado desfasadas, como las habitaciones del hospital, y que no hay una política de formación continua de los sanitarios. La dejadez ha llegado a tal extremo que el 20% del gasto se destina a corregir fallos que genera el mal funcionamiento de todo el sistema.

Juan José Rubio no quiso una comparecencia al uso para explicar por qué dejó el segundo puesto mejor pagado de toda la Administración navarra: la gerencia de Osasunbidea. El exdirectivo lanzó su discurso de pie, leyendo tarjetitas, al estilo de un ejecutivo. Antes de entrar a los detalles de su marcha, Rubio radiografió el sistema de salud, con todos sus fallos y los motivos por los que fracasó al intentar cambiarlo. Y el mito de la sanidad navarra cayó por boca de su máximo responsable, que diagnosticó que está «enferma».

Rubio fue el gran fichaje estrella con el que Marta Vera tapó la marcha de Ángel Sanz Barea (el primo de Miguel Sanz, que ejercía en UPN de arreglatodo). El gerente dimisionario venía de dirigir el sistema sanitario qatarí y reunía todos los requisitos que UPN buscaba, pero la situación le ha superado con creces. Las resistencias del equipo directivo nombrado por UPN, así como una actitud por parte de la consejera Marta Vera que rozaba la coacción, han sido los motivos de su dimisión.

El exgerente -que ha dimitido tras 14 meses en el cargo- explicó que el sistema sanitario navarro se ha quedado atrás en muchos aspectos, empezando por las habitaciones del hospital, que siguen siendo compartidas en su mayoría y algunas de ellas sin baño. También sostuvo que el soporte informático que se usa tiene defectos, al no estar integrado y depender de otras empresas. Además, no existe un control para la formación continua de los profesionales que trabajan en el sistema sanitario navarro. A juicio de Rubio, esta forma de funcionar viciada hace que Osasunbidea se esté consumiendo a sí mismo y que, a día de hoy, «el 20% del gasto se destine a corregir los problemas que genera el propio sistema».

No obstante, el mayor fallo está en el propio esquema organizativo, que Rubio calificó como «reinos de taifas» y donde el director del hospital, a su entender, «tiene demasiado poder». El ex alto cargo explicó que, al comenzar a dirigir Osasunbidea (que es la empresa más importante de Nafarroa, prácticamente con el doble de trabajadores de Volkswagen) intentó acudir a los centros de Atención Primaria y reunirse con los jefes de servicio, lo que le valió el enfado de los directivos de esas áreas. La propia Vera confirmaría esta resistencia en su comparecencia por la tarde para replicar lo dicho por el exgerente.

«Desde el principio tuve muchísimas resistencias del equipo directivo, algunas lógicas y otras inaceptables», explicó Rubio, quien aseguró haber solicitado que se destituyera a algún alto cargo, pero sin conseguirlo. No obstante, los problemas no comienzan en los «reinos de taifas» de los distintos directores, sino más arriba. Según indicó, el máximo organismo gestor de Osasunbidea es el Consejo de Gobierno, pero este foro se ha convertido en un mero formalismo que se junta una vez al año. De hecho, el compareciente aseguró que desde el pasado abril quería que se tramitara su dimisión en el Consejo de Gobierno, pero que fue incapaz de reunirlo.

Dos versiones para un adiós

Desde que se conociera por la prensa la intención de Rubio de dejar el cargo, comenzó un cruce de acusaciones entre la consejera y el técnico sobre si se trataba de un cese (como así ha quedado registrado en el Boletín Oficial) o de una dimisión. Y la polémica ha acabado por desvelar un detalle muy significativo sobre la forma de funcionar entre los altos cargos de Osasunbidea. Según denunció, la consejera le fue arrebatando poder y apartándolo de la gestión del día a día y la situación llegó a tal extremo que acabó por prohibirle salir del despacho, recluyéndole en la oficina. Esta forma de arrinconamiento, que no ha sido desmentida con la vehemencia esperable por parte de Vera (que sí ha entrado a rebatir otras afirmaciones del exgerente), supuso la gota que colmó el vaso precipitando la salida de Rubio de Osasunbidea.

A las dimisiones de Rubio y Barea han de sumarse la del director de los hospitales (Ignacio Iribarren) y la subdirectora (Ana Guerra), el jefe de Traumatología (Pedro Antuñano) y del área de cirugía (José Miguel Lera), así como la directora médica (Ruth Lera), entre otros altos cargos.