GARA

José Luis Bilbao dice que no desvelará conductas fraudulentas del pasado

En su discurso de despedida, en el que confirmó que no concurrirá a las elecciones de mayo tras haber cumplido tres mandatos como diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao alardeó ante la Cámara foral de la transparencia en su gestión e, incluso, detalló su actual patrimonio familiar. Paradójicamente, concluyó «tranquilizando» a quienes, según dio a entender, incurrieron en actividades económicas fraudulentas porque no piensa denunciarlos.

Tras un primer discurso en el que se atuvo al orden del día del pleno de política general convocado en la Casa de Juntas de Gernika, el diputado general volvió a tomar la palabra, no ya para seguir con el debate habitual entre gobierno y oposición, sino para confirmar que no repetirá como cabeza de cartel del PNV en las elecciones de mayo del próximo año.

Fue entonces cuando José Luis Bilbao subrayó que entró en la política -se afilió al PNV en 1976- «por concretar un compromiso personal y colectivo por la liberación nacional y social de mi patria, Euskadi». «No [lo hice] para enriquecerme, ni siquiera para buscar un modus vivendi», puntualizó el dirigente jeltzale, nacido en la capital vizcaina en 1957.

A continuación hizo un ejercicio práctico de transparencia: «A fecha de ayer, 29 de septiembre de 2014, la suma de los saldos en las dos cuentas corrientes que tenemos mi mujer y yo, ascendía a 65.315 euros». También es propietario, junto a su esposa, de «una vivienda habitual adquirida hace 21 años con el crédito hipotecario pagado en su totalidad, cuyo valor actual en el mercado puede estar cerca de los 500.000 euros».

«Dejaré de estar en la primera línea y lo haré con la cabeza alta. Con la cabeza alta porque tras d0ce años como diputado general, y algunos más en cargos públicos, nunca me he aprovechado personalmente ni me he enriquecido», insistió.

Paradójicamente, para el final de su discurso eligió un tono muy distinto y que se puede llegar a interpretar en sentido contrario a lo que expresaban sus palabras. Y, desde luego, en estos mensajes la transparencia brilló por su ausencia.

Sin citar nombres

Dirigiéndose a «presentes y ausentes», a los que no citó aunque, según comentó, los aludidos «saben perfectamente quiénes son», les dijo que «pueden estar tranquilos, al menos por lo que a mí se refiere, porque yo nunca escribiré mis memorias, memorias en las que podrían aparecer personas con sus grandezas y sus miserias».

Fue más explícito al indicar a qué actividades irregulares, incompatibles con la ética política que dijo defender, estaba haciendo referencia. «Desgraciadamente -prosiguió-, habría muchas miserias [que contar]; los que decían una cosa en privado y la contraria en público; los que mentían sabiendo que mentían; los que sabían que nosotros teníamos información que luego no podíamos utilizar y jugaban con ello; los que decían una cosa y la contraria sin pestañear; los que hacían pagos con fajos de billetes sin demostrar su origen; los que tenían grandes sumas de dinero en paraísos fiscales y cuyos nombres no salen a la luz».

Otras despedidas

Aunque tanto el diputado general como los portavoces de los grupos junteros de la oposición -EH Bildu, PSE y PP- abordaron temas diversos durante la sesión plenaria -desde el derecho a decidir hasta recetas para superar los efectos más negativos de la crisis económica-, el discurso de despedida de Bilbao fue el que acaparó los titulares.

Tampoco repetirá en la próxima legislatura la presidenta de las Juntas Generales, la jeltzale Ana Madariaga, mientras que Mikel Torres dejó ayer su escaño para compaginar su labor en la Alcaldía de Portugalete con su recién estrenado cargo de secretario general del PSE de Bizkaia.