Ingo NIEBEL Colonia

La industria militar busca alternativas frente a los recortes de Merkel

La crisis financiera de la UE ha dejado vacías las arcas públicas y obligado a los gobiernos a recortar el gasto militar. Esta medida ha afectado en Alemania, sobre todo, a las grandes empresas armamentísticas, que buscan salidas y esperan que la coyuntura internacional les traiga nuevos pedidos.

Nada de misiles nuevos hasta que se hayan utilizado los viejos». En aquel momento no era posible emplear los antiguos misiles de corto y medio alcance sin provocar una guerra nuclear con la Unión Soviética. Hoy, casi 25 años después de la Caída del Muro, la política alemana está cumpliendo a rajatabla, pero en sentido inverso, aquella irónica frase: ya ha partido la primera de las tres entregas de armas hacia Kurdistán Sur.

Berlín se ha propuesto armar a una brigada kurda compuesta por 4.000 peshmerga. El prometido material bélico «made in Germany» puede emocionar a cualquier guerrilla armada: 8.000 anticuados fusiles de asalto G3 y otros tantos modernos G36, fabricados por la compañía Heckler & Koch, con un total de seis millones de cartuchos. De la empresa Walther proceden las 8.000 pistolas P1 que se enviarán con un millón de balas. Otro millón de balas servirán para las 40 ametralladoras MG3 que en la II Guerra Mundial se hicieron famosas bajo la denominación MG42. A eso hay que añadir 30 lanzamisiles antitanques MILAN con 500 proyectiles y otras 240 armas anticarro tipo «bazooka» con su correspondiente munición. En la lista de entrega figuran además 10.000 granadas de mano, cien camiones y cinco blindados de transporte Dingo que completan la ayuda militar alemana.

La actitud del Ejecutivo alemán provoca contradicciones aunque la situación es compleja y va más allá de la guerra de kurdos e iraquíes contra el Estado Islámico. La contradicción más obvia la encarna el socialdemócrata Sigmar Gabriel (SPD), vicecanciller y ministro de Economía. Por un lado, como titular de Economía pone trabas a la exportación de armas, pero como lugarteniente de la demócratacristiana Angela Merkel da su visto bueno a la ayuda militar destinada a los kurdos. Por otro lado, las restricciones de Gabriel originan una mayor concentración de la industria militar a nivel europeo. Aunque nadie lo dice en voz alta, el objetivo final es trasladar a los sectores marítimo y terrestre las fusiones internacionales que ya existen en el ámbito aeronáutico con EADS: una sola firma. Al mismo tiempo habría que (re)impulsar la constitución de unas Fuerzas Armadas mucho más comunitarias que ahora. Una mayor unificación militar le interesa a la Comisión Europea y también a los gobiernos que, por cuestiones financieras y por el poco interés de los ciudadanos de enrolarse en el ejército, requieren cambios.

Volver a la carrera armamentística

En relación a la cumbre de la OTAN en Gales, el diario conservador «Frankfurter Allgemeine Zeitung» comentó que la Alianza debe volver a la «intimidación», como se denominaba durante la Guerra Fría a la carrera armamentística que, según el mantra occidental, acabó con la Unión Soviética y su expansionismo. Tras la unificación alemana y el derrumbe del bloque socialista, muchos países de la OTAN, empezando por Alemania, se vieron «cercados por amigos». Esto sirvió al Gobierno neerlandés de excusa para deshacerse por completo de sus tanques pesados cuyo mantenimiento resultaba muy costoso. Berlín ha reducido sus Leopard 2A de 2.200 en 1990 a algo más de 200. Su Fuerza Aérea está operando con material anticuado porque los Airbus 400M de EADS aún no han llegado. A ello se suma una serie de problemas de calidad con el nuevo armamento. Este último ha sido adquirido para unas Fuerzas Armadas que deberían estar en condiciones de operar a lo largo del globo «manteniendo abiertos las rutas comerciales y el acceso a los mercados», tal y como reza la doctrina militar. No se preveía el actual enfrentamiento con Rusia, y Merkel sigue pensando que, en vez de meterse en costosas, infructuosas e impopulares operaciones como la de Afganistán, es mejor limitarse a dar armas y entrenamiento al Gobierno o al bando «amigo».

La industria militar alemana ha reaccionado en dos direcciones; la fusión, como la que el fabricante del Leopard, Krauss-Maffei-Wegmann, ha iniciado con su competidor francés, Nexter, o el traslado de la producción al extranjero. La casa Rheinmetall fabricará sus blindados Fuchs 2 en Argelia.

Aun así la industria armamentística no ha dado por perdida la batalla contra Gabriel, porque cuenta también con el apoyo del sindicato metalúrgico IG Metall. Los sindicalistas ven peligrar 98.000 puestos directos y 220.000 indirectos, y los proveedores temen por los encargos, que ascienden a 300 millones de euros. Además, el sector suele cuidar bien a sus empleados que ostentan cargos sindicales, pagándoles más de lo que les corresponde. Mientras tanto, la Fiscalía de Munich investiga a dos exdiputados del SPD por corrupción en la venta de tanques a Grecia.

De cara al futuro, a la industria militar no le vienen nada mal los actuales conflictos con Rusia y el Ejército Islámico. Ahora cobran importancia la producción de drones y otros vehículos no tripulados, la robotización de la infantería, la informatización en tiempo real del soldado en combate y la fabricación de nuevos sistemas de propulsión y armas hasta ahora desconocidas como los cañones de láser con los que está experimentando la Armada de Estados Unidos.

Después de la Banca, la industria militar espera su «rescate».

Polémica por las averías en los aviones del Ejército

Las dificultades del Ejército alemán para enviar armas a Irak o material para luchar contra el ébola a Africa, tras una serie de averías en sus aviones, han provocado una polémica sobre el estado general de las Fuerzas Armadas.

Los envejecidos aviones de transporte de las fuerzas armadas alemanas transportaron con retraso las armas prometidas a los combatientes kurdos la semana pasada, tras una serie de averías que les impidieron volar cuando estaba previsto. También hubo retrasos para trasladar al grupo de instructores encargados de enseñar a usar esas armas. El lunes, la prensa informó de que un avión Transall que transportaba material hacia Africa para luchar contra el ébola tuvo que aterrizar el fin de semana en las Canarias, como consecuencia de una avería.

Para Joachim Krause, director del Instituto de Política de Seguridad de la Universidad de Kiel, la austeridad ha «condenado al Ejército a no desarrollarse». GARA