Juanjo BASTERRA

107.000 personas mueren al año en el mundo por haber estado expuestas al amianto, según la OMS

La lucha contra un «asesino silencioso» como el amianto es larga. La Organización Mundial de la Salud ha confirmado la gravedad del problema ya que al año fallecen 107.000 personas por haber inhalado amianto y 125 millones de personas están expuestas.

La OMS ha confirmado la necesidad de eliminar el amianto -también denominado asbesto-. Porque todavía se producen dos millones de toneladas al año, que se suman a las que ya están colocadas en lugares de trabajo y en viviendas. Para poner en evidencia la magnitud del problema, este organismo internacional dependiente de la ONU desvela que en el mundo hay unos 125 millones de personas expuestas al asbesto en el lugar de trabajo y calcula que se producen más de 107.000 muertes anuales atribuibles a la exposición laboral al amianto.

Según los cálculos más recientes de la Organización Mundual de la Salud, la mitad de las muertes por cáncer de origen laboral son causadas por el asbesto. Además, se calcula que cada año se producen varios miles de muertes atribuibles a la exposición doméstica al asbesto, aunque en este caso no ofrece una cifra.

«También se ha demostrado que la exposición conjunta al humo del tabaco y a las fibras de asbesto aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, y que el riesgo es tanto mayor cuanto más se fuma». Ante este grave problema, la OMS avisa de que en la reciente Asamblea de la Salud, reunida en julio pasado, instó a los estados miembros a que «prestaran especial atención a los cánceres relacionados con exposiciones evitables, en particular la exposición a sustancias químicas en el lugar de trabajo o en el medio ambiente». Y pidió a la propia OMS que llevara a cabo campañas «para eliminar las enfermedades relacionadas con el asbesto, teniendo en cuenta un enfoque diferenciado en la reglamentación de sus diversas formas, de conformidad con los pertinentes instrumentos jurídicos internacionales y los datos científicos más recientes relativos a las intervenciones eficaces».

Establece, por ello, que la eliminación de las enfermedades relacionadas con el asbesto tiene dos componentes principales: «la asistencia a los países que siguen utilizando el crisotilo y la asistencia relacionada con las exposiciones derivadas del uso histórico de todas las formas del asbesto».

Junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y a entidades intergubernamentales, la OMS colabora con los países en la eliminación de las enfermedades relacionadas con el asbesto. Pero insiste en que «la forma más eficiente de eliminar esta enfermedad» es «detener el uso de todos los tipos de asbesto».

Entre otras cuestiones, reclama que se actúe en la sustitución del asbesto «por productos más seguros y el desarrollo de mecanismos económicos y tecnológicos para estimular esa sustitución». Plantea la adopción de medidas «para prevenir la exposición, tanto in situ como durante su eliminación». También hace hincapié en demandas que en nuestro país ya han lanzado los sindicatos y la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie), como «la mejora de los servicios de diagnóstico precoz, el tratamiento y la rehabilitación de las enfermedades relacionadas con el asbesto», «la creación de registros de las personas expuestas al asbesto en la actualidad o en el pasado» y «la organización de la vigilancia médica de los trabajadores expuestos».

17 víctimas en 2014, 136 desde 2008

Recientemente, se ha registrado la decimoséptima víctima del amianto en Hego Euskal Herria. El pasado día 5, en Lasarte-Oria, fallecía Antonio Rivas, a los 81 años de edad, a consecuencia de un mesotelioma pleural y habiendo trabajado en una fundición expuesto, entre otras sustancias cancerígenas, al amianto. Desde 2008, que es cuando Asviamie comenzó a realizar la estadística de fallecidos, son ya 136 fallecidos.

Para Asviamie, estas muertes registradas solamente son «la punta del iceberg», por lo que reclama a Osakidetza «que cumpla con su obligación de comunicar la sospecha de enfermedad profesional, especialmente cuando se trata de mesoteliomas (enfermedad derivada exclusivamente del amianto)», «evitando que el origen de éstas patologías queden ocultas, perjudicando en las prestaciones económicas del enfermo o a sus familias, mientras la sanidad pública asume costes que son de las mutuas».