Joseba ITURRIA
REAL Pablo Hervías adelantó a su equipo por vez primera en la Liga en el minuto 82 y no sirvió para sumar ningún punto

Un equipo que no responde

El Getafe remontó con dos goles en los últimos cuatro minutos a una Real que no estuvo a la altura de lo que exige una situción difícil.

REAL SOCIEDAD 1

GETAFE 2

La facilidad con la que el Getafe dio la vuelta al partido en los últimos cuatro minutos dejó en evidencia que la Real no está a la altura no ya de las expectativas del club y de la afición, tampoco del rigor y de la exigencia necesaria para jugar en la élite.

Sin hacer grandes méritos para conseguirlo, la Real se adelantó en el minuto 82 en un remate de Pablo Hervías tras una buena jugada entre Sergio Canales y Carlos Vela y no fue capaz de aguantar once minutos la única ventaja que ha tenido al margen de la conseguida en el segundo tiempo contra el Real Madrid.

Es muy fácil culpar al entrenador de todos los males cuando un equipo suma un punto en los últimos cinco partidos, pero no es culpa de Arrasate que un central del nivel que se le supone a Iñigo Martínez recule en lugar de impedir que Yoda remate desde el borde del área o que sea superado con tanta facilidad por Sammir en la jugada del segundo gol en la que el francés remató con todavía menos oposición que en el primero.

El Getafe había marcado cuatro goles en los siete primeros partidos de Liga y en cuatro minutos logró dos sin oposición y se llevó la primera victoria de la historia de Anoeta sencillamente porque la Real no tiene el rigor que se le debe exigir a un equipo de Primera. Porque el Getafe no hizo méritos para ganar y, sin embargo, Eñaut Zubikarai fue el mejor realista porque con muy poco cualquier equipo es capaz de crear ocasiones y marcar goles a una Real que debe cambiar radicalmente.

El equipo blanquiazul jugó su peor partido de los seis oficiales que ha disputado en Anoeta con diferencia, pero bastó una jugada para adelantarse y no fue capaz de despedir un partido sin encajar un gol. Así no se puede competir en Primera.

Sin fútbol de ataque

Y eso que ni tan siquiera con el empate sin goles que no le bastaba a la Real Jagoba Arrasate quiso renunciar a los dos jugadores que ofrecen más solidez en el centro del campo, Markel y Zurutuza. Con estos dos pivotes y sin Elustondo, Ansotegi jugó en lugar de Mikel en el puesto de central derecho en una decisión sorprendente, la salida del balón blanquiazul se atascó porque Iñigo Martínez no solo estuvo de horror en los dos goles, tampoco en la creación ofreció una solución a las carencias que trasmitía su equipo.

Así la primera media hora de la Real fue sencillamente horrorosa. Todo lo que hizo fue desaprovechar un par de saques de esquinas provocados por Alfred Finnbogason, otra de las sorpresas del once inicial de Arrasate. Con la convocatoria de Pablo Hervía estaba claro que Chory Castro iba a ser también titular y que el uruguayo fuera el jugador que más intensidad defensiva tuvo en todo el partido resume lo que es este equipo cuando no tiene el balón.

El problema es que en esa tarea complicada de buscar un equilibrio, Arrasate ha llegado a la conclusión de que no puede jugar Pardo como titular y sin un futbolista creativo en el origen del juego es difícil tener el balón. En todo el primer tiempo apenas se pudo ver una buena combinación ofensiva de la Real con un disparo de Zurutuza que salió fuera por poco.

Además Chory Castro envió un disparo a la base del poste, pero antes sin hacer nada Pablo Sarabia se había plantado solo ante Zubikarai en el minuto 2 con un remate que despejó el portero de Ondarroa y después el único jugador de raza blanca de los cuatro más adelantados del Getafe envió un balón al poste, también sin oposición.

Fue un mal primer tiempo en el que la Real defendió mal y atacó peor, pero lo más preocupante no fue su fútbol, sino su actitud. Era un día para reaccionar ante una situación complicada y el equipo no lo hizo. Su actitud fue más propia de un partido de pretemporada que de uno que los mismos jugadores habían considerado clave para cambiar la dinámica negativa en la que está el equipo. Salió sin intensidad, sin alma, sin chispa y si no se defiende ni se ataca bien y no se recurre a la casta no se puede competir.

Muy leve mejoría

Porque la mejoría de la Real en el segundo tiempo fue muy leve e insuficiente. El equipo salió del vestuario con algo más de intensidad, tuvo más posesión de balón, consiguió que el Getafe se conformara con el empate y no buscara la portería de Zubikarai, pero apenas se pudo contabilizar una clara ocasión de Finnbogason que desbarató Guaita antes de la jugada del gol de Pablo Hervías.

Cuando un equipo no tiene fútbol debe sacar más partido también a las jugadas de estrategia y no hay manera de crear una ocasión de peligro de ninguna. Pero, con muchos menos méritos que ante Almería y Valencia, la Real consiguió adelantarse en el gol de Pablo Hervías y fue incapaz de saber jugar con esa ventaja. Se perdió el balón con excesiva facilidad y, a pesar del repliegue defensivo, no fue capaz de impedir que Yoda consiguiera el empate y que después rematara una jugada del 1-2 que deja en evidencia que este equipo no es que defiende mal, es que a veces ni defiende.

Y no defienden los jugadores, que no necesitan de un entrenador para saber lo que deben haber con un 1-0 durante once minutos. Y este equipo necesita su respuesta de manera urgente porque son ellos los que pueden cambiar la situación. Lo han hecho siempre en los últimos años y tienen que volver a hacerlo en Córdoba este sábado.

La Real debe reaccionar y sus jugadores deben ser más competitivos de lo que lo han sido hasta ahora. Quedan todavía treinta partidos, pero la reacción no puede esperar y depende de ellos, no del Consejo. Porque cada vez son más los aficionados que culpan a Arrasate de todos los males, pero si Aperribay se ha caracterizado por algo es por no cambiar de entrenador en plena temporada desde que entró en el club hace casi seis años y no puede hacerlo antes del partido de Córdoba.

Porque la situación es muy delicada y exige una respuesta positiva del equipo. Se ha hablado mucho de los tres partidos en Anoeta como clave para la reacción, pero en las últimas temporadas la reacción llegó fuera, en el Benito Villamarín, en Málaga, en Valencia... Ahora la respuesta debe darse en Córdoba.

Jagoba Arrasate: «Sabemos qué pasará si seguimos perdiendo»

Un Jagoba Arrasate cabizbajo reconocía en rueda de prensa que «seguramente ha sido el peor partido en casa de esta temporada» y que la derrota supone un «mazazo» para el equipo, «un golpe muy duro». El técnico explicó que «hemos hecho un mal partido pero en el minuto 89 lo teníamos. Pero no hemos sabido aguantar la victoria, ni siquiera el empate, nos hemos ido a por la victoria y nos han ganado». El de Berriatua no se lo podía explicar. «No sé si es falta de oficio. Hemos defendido mal la jugada del 1-1 aunque estábamos mucha gente. Hemos dejado muy solo a Yoda, hemos reculado en vez de encimarle», señalaba sobre el empate. «Habíamos hablado de que era importante ponerse por delante, y al final no hemos sido capaces ni de amarrar un punto», añadía sobre la derrota. «Va a ser una semana dura. Estamos dolidos, los jugadores y yo, teníamos el partido en la mano, pero hay que pensar en el Córdoba, hay que ganar allí», miró al futuro, sin pensar en su continuidad. «Estoy pensando en recuperar a la gente, preparar la semana y hacer un buen partido el sábado. Sabemos cómo es la ley del fútbol y qué pasará si seguimos perdiendo», dijo al respecto.

Cosmin Contra, por su parte, destacaba que «sabíamos que la Real está necesitada y que iba a estar nerviosa, que saldría a atacar desde el primer minuto». INTZIARTE