Fue la productora Susan Levin la que recomendó a su marido, el actor Robert Downey Jr, el guion original escrito por Nik Schenk, que había entrado en la Black List del año 2011, que se confecciona con los mejores libretos todavía no producidos por ningún gran estudio. Se supone que se adecuaba a su recién estrenada paternidad, dentro de la necesidad de sensibilizarse con una historia de relaciones paternofiliales como «El juez».

En el Festival de Toronto la película cosechó muy buenas críticas, si bien todas ellas destacaban el duelo interpretativo entre Robert Downey Jr. y Robert Duvall como principal atractivo. Hay que concluir que el protagonista acertó al elegir finalmente como antagonista al veterano actor, después de desechar las opciones iniciales de Jack Nicholson o Tommy Lee Jones.

Indiana en Massachusetts

El protagonista es un abogado de Chicago, que deja la gran ciudad para regresar a su Indiana natal de ambiente más rural. En realidad el rodaje tuvo lugar en pequeñas localidades del estado de Massachusetts, que sirven igualmente para mostrar el modo de vida más provinciano en el que se crió el hombre de leyes. Claro que la profesión le viene de su padre, un juez chapado a la antigua y de métodos muy opuestos a los suyos. El reencuentro no hará sino reabrir viejas heridas, sacando del bahúl de los recuerdos los motivos por los que aquel joven abogado prefirió hacer carrera lejos del hogar familiar.

Un funeral, como en tantas otras ocasiones, es la condicionante del obligado regreso. Y las ganas de salir corriendo siguen intactas, de no ser porque una causa de fuerza mayor va a retenerle junto a los suyos: su padre es acusado del asesinato de un delincuente a la que el viejo juez se la tenía jurada. El sospechoso no va a aceptar la ayuda legal de su hijo, por lo que prefiere a un incompetente abogado local, hasta que es nombrado fiscal un duro hueso de roer interpretado por Billy Bob Thornton. Entonces toca olvidar las antiguas rencillas y hacer piña de cara a la adecuada preparación de la defensa.

«El juez» es un drama judicial a la vieja usanza, con su brillante reparto coral y todo. Dicho planteamiento clasicista forma parte de la estrategia preparada por Robert Downey Jr. con las vistas puestas en la candidatura a un Óscar que se le viene resistiendo, aún siendo el actor mejor pagado de Hollywood en la actualidad.