Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

Un recuerdo para John Reed

A la gente de mi generación el franquismo nos obligó a vivir una juventud monocolor, ramplona, sin aventuras ni riesgos existenciales con los que aprender a disfrutar la libertad que nos descubrió Sartre. Se puede decir que nos inventamos la vida entre libros, conversaciones clandestinas, discos proscritos, tebeos y en las salas de cine. Queramos o no, el cine despertó nuestra curiosidad e imaginación y movió la inquietud hacia el conocimiento de lo que la dictadura franquista nos ocultaba. Aun así, culturalmente, siempre nos quedamos a medio camino de todo; de la efervescencia creativa de los 60, de la libertad sexual y de cualquier movimiento, libro o artista que estuviera unido a una cul- tura más revolucionaria. Cuento esto porque son experiencias de vida que nunca se olvidan e invaden la memoria cuando una necesita recordar. Este mes se han cumplido los aniversarios del nacimiento y muerte del escritor y periodista americano John Reed. Nació un 22 de octubre de 1887 en Portland (Oregón) y murió en Moscú un 19 de octubre de 1920. Entre medio quedan 33 años de vida intensa, apasionada y siempre militante de causas revolucionarias. Descubrí su existencia en la película «Rojos», dirigida por Warren Beatty en 1981. Reed fundó el Partido Comunista de EEUU y, además de poeta y un gran cronista de la Gran Guerra, escribió el mejor libro que se conoce sobre la revolución de 1917, «Diez días que estremecieron al mundo». «Murió siendo un revolucionario, nunca olvidó que los enemigos seguían siendo los poderosos» escribió su primer biógrafo, Grenville Hick. Volver a John Reed, a su pensamiento, a la película, a su integridad comunista, merece la pena, aunque estemos en octubre de 2014 y ya nada sea rojo.