Mikel INSAUSTI
CRíTICA: «Alguien a quien amar»

Baladas intimistas para el frío y triste invierno danés

Voy a empezar por la importante vertiente musical del cuarto largometraje de la realizadora danesa Pernille Fischer Christensen, que trata sobre un cantante de fama internacional ya entrado en años y venido a menos, al que le toca regresar a su país para intentar remontar de nuevo su carrera. La banda sonora ha sido compuesta por la cantautora danesa Tina Dickow, cuya principal influencia es Leonard Cohen, lo que se nota en la forma en que el actor Mikael Persbrandt, acompañado de Trine Dyrholm, interpreta las canciones con su propia voz y sin utilizar play-back. Los arreglos musicales están actualizados y suenan más a Nick Cave, lo que junto con las letras intimistas de la también danesa Marie Fisker crean ese clima tan nórdico de las baladas para el triste invierno.

La caracterización del actor sueco Mikael Persbrandt está muy estudiada, con una imagen que se inspira lógicamente en la de Leonard Cohen, pero con algunos toques de Van Morrison. También hay bastante del italiano Zucchero Fornaciari, pues no hay que olvidar que se trata de un cantatutor europeo que ha entrado en las listas pop del mercado anglosajón.

Aún cuando el look no es nada casual, el trabajo interpretativo de Persbrandt ahonda en el personaje y su sicología por ser alguien bastante hermético. Como resultado de esa introspección la película logra una visión de lo que es una estrella de la canción bastante más profunda de lo que suele ser habitual. Y sin inventar nada nuevo, a sabiendas de que los ídolos musicales sólo se quieren a sí mismos y a su música, mientras que el resto de la humanidad, amistades y familiares incluidos, forma parte de su público potencial.

Al igual que Felix Van Groeningen en «Alabama Monroe», Pernille Fischer Christensen extrae la esencia melodramática del cine musical, con una historia dura de relaciones personales impedidas. La pérdida de seres queridos, junto con el descubrimiento de un nuevo vínculo conducirán a la redención final.