Juanjo Basterra
Elkarrizketa
Daniel Tanuro
ECOSOCIALISTA E INGENIERO AGRÓNOMO

«Debemos reducir el demoledor productivismo capitalista»

Este ciudadano belga pasó hace unos días por Bilbo para participar en los «Encuentros Ecosocialistas» que organizó la Fundación Hitz&Hitz para presentarse en sociedad. Destacó la necesidad de combatir el sistema capitalista productivista y llamó a la sociedad a frenar «este crecimiento abusivo».

Daniel TANURO
Daniel TANURO

¿Dónde está la puerta de salida de la crisis actual?

En el marco de la lógica capitalista no hay salida aceptable de la crisis. Ni desde un punto de vista social, ni desde un punto de vista ecológico. Hay dos crisis: la crisis social y la crisis ecológica. De hecho, son dos caras de la misma moneda. El capitalismo está basado en la explotación de la fuerza de trabajo que es un recurso natural y para utilizar esta fuerza de trabajo, para producir cosas, hay que utilizar recursos naturales. Y como el capitalismo es un sistema basado en el crecimiento, que no puede estabilizarse, un capitalismo sin crecimiento es algo que no existe. Está empujado a explotar cada vez más la fuerza de trabajo y los demás recursos naturales. Es la razón por la que las señales de alerta que se dan desde hace más de 40 años, por ejemplo sobre el peligro del cambio climático, no son oídas por quienes toman decisiones.

¿Se ha encendido la alarma?

Hemos llegado a una situación de urgencia absoluta. Estamos ya en la catástrofe climática. Hay ya varios estudios de glaciólogos americanos que estiman que la dislocación de una parte del casquete polar antártico es ya irreversible.; y que eso va a provocar inevitablemente una subida del nivel de los océanos de 1,5 metros. Hay centenares de millones de personas en el mundo que viven por debajo de un metro de altura. Los ricos podrán arreglarse y los pobres serán sus víctimas.

¿Hay posibilidad de cambiar?

La única salida posible es que se ponga en cuestión la lógica del sistema capitalista. Y para que esa salida sea practicable es preciso que signifique a la vez una solución de la crisis ecológica y una mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población. Y eso quiere decir estrategia ecosocialista.

¿Qué es el ecosocialismo?

Es primero un proyecto de sociedad socialista que tiene en cuenta los límites del planeta y que rompe con la ideología de dominación de la naturaleza que caracterizó a menudo al movimiento obrero de los siglos XIX y XX. Ese es un primer aspecto, un proyecto de sociedad, y es también una estrategia para ir hacia ese proyecto de sociedad. Y esa estrategia consiste precisamente en plantear reivindicaciones y en intentar organizar luchas que respondan a la vez a la crisis ecológica y a la crisis social

Dicen que el capitalismo está en vía de desaparición. ¿Lo cree?

No, el capitalismo no está desapareciendo, en absoluto. El cambio climático y la catástrofe ecológica en general no hacen desaparecer al capitalismo.

¿Qué papel tienen que jugar la población, los trabajadores en este nuevo marco?

Esa es la gran cuestión, lo fundamental, de la estrategia ecosocialista. Si se quiere abrir una salida ecosocialista a la crisis ecológica, que es para mí la única salida, hay que lograr movilizar al movimiento obrero, los explotados, los jóvenes, las mujeres, todos los oprimidos alrededor de reivindicaciones que tengan en cuenta la crisis ecológica. Eso quiere decir más en concreto que es precisa una ruptura con lo que se llama el productivismo, la idea de que la mejora de condiciones de vida, empleo, nivel de renta exige cada vez más crecimiento.

El gran reto que tenemos por delante es conducir a los explotados y a los oprimidos, a romper con el productivismo demoledor, es decir, a abandonar la idea de que la mejora de sus condiciones de existencia pasa por cada vez más producción, crecimiento y consumo de bienes materiales. Hay que dar una perspectiva que mejore la vida de la gente sin pasar por más crecimiento. Hay respuestas: reducción tiempo de trabajo con contratación compensatoria de personal sin pérdida de salario, sin aumento de ritmos... son respuestas antiproductivistas.

El capitalismo verde ¿es un engaño?

Es una contradicción en los términos. Un oxímoron.

Los grupos siderúrgicos instaron a la Comisión Europea para que baje los límites de emisiones de CO2 porque si no estarían en peligro cuatro millones de trabajadores. ¿Qué le parece?

Es un chantaje y se ha convertido en una tendencia generalizada hoy con el agravamiento de la crisis económica y de la competencia intercapitalista a nivel internacional. Los grandes productores de electricidad hicieron lo mismo en primavera. Esto quiere decir que una parte de la patronal intenta manipular a los trabajadores y utilizar el miedo al paro para transformar a los trabajadores y al movimiento sindical en aliados contra la transición ecológica.

¿Es otro peligro a la vista?

Es un gran peligro, puesto que si los trabajadores se dejan manipular van a agravar la crisis ecológica de la que los trabajadores y los pobres son las principales víctimas. Frente a esto es evidente que no hay que contentarse con una respuesta estrictamente ecologista. Hay que dirigirse a los trabajadores para presentarles una posibilidad diferente para mantener el empleo. Es decir, hay que inventar respuestas ecosocialistas para responder al problema.

En el caso de la metalurgia es por ejemplo obligar a la patronal a invertir en una metalurgia limpia. Que denuncie el derroche en la utilización de los recursos metalúrgicos y en particular del acero. Que oponga al derroche de los recursos naturales una utilización racional acompañada de la reducción radical del tiempo de trabajo.

¿Cree que la Comisión Europea va a hacer frente a Estados Unidos en cuanto a la liberalización del mercado, que es la base del tratado TTIP?

Absolutamente no. La Comisión Europea (CE) no va a enfrentarse en absoluto, porque está cada vez más bajo la presión del gran capital que, a su vez, está bajo la presión de la competencia de China, por una parte, y de los Estados Unidos por la otra. China utiliza a tope el carbón para producir su electricidad y los Estados Unidos utilizan el fracking para producir gas de esquisto que permite reducir los costes, en particular a la industria petroquímica y a la de la eléctrica. Detrás de las empresas eléctricas que demandan reducir los actuales subsidios a las energías renovables está unido todo el sector europeo de la química que, a su vez, está en competencia con el sector químico de Estados Unidos, que está al acecho.