Fede de los Ríos
JO PUNTUA

España, sainete sin gracia

Dicen algunos de los periquitos parlantes que aparecen por cualesquiera de las varias televisiones, públicas o privadas, que adormecen nuestra libido que «lo de España» es puro sainete, es decir, un teatro menor de carácter jocoso. La picaresca renacida, esencia de «lo español».

Con leyes fabricadas a su medida y favor, jueces paniaguados para la aplicación de las mismas y algunos de los beneficiados, todos ellos demócratas al servicio de España, acaban en los tribunales por un exceso de avaricia, que es un vicio muy feo. Empresarios, banqueros, sindicalistas de los del diálogo social, arzobispos, curas y monjicas, militares, princesas, políticos y demás parásitos sociales no podían conformarse con vivir del cuento holgadamente, tenían que meter una mano en el cajón de lo público mientras la otra sustraía el monedero de los llamados ciudadanos. Todo ello para mayor gloria de la Democracia. Coches, viajes, restaurantes, abrigos de visón, vino y putas a costa del contribuyente, como acostumbran los temerosos de Dios y defensores de la moral que lloran la pérdida de los valores.

España es un estado donde un soplapollas de nombre Nicolás con melenita untada en brillantina, a la manera aznariana, es capaz de llevarse al huerto a los que nos gobiernan y viven del trabajo ajeno.

Cada día un entreacto, un nuevo sainete. Hoy es Acebes quien deberá visitar los tribunales, el sagaz Ángel Jesús Acebes Paniagua (no es casual el apellido), antiguo Ministro del Interior con José María, posteriormente consejero de Bankia y en la actualidad consejero de Iberdrola. El Ministro acusica «ha sido la ETA, ha sido la ETA» imputado por la Audiencia Nacional por comisión de delito de apropiación indebida, falsificación de cuentas anuales, administración fraudulenta o desleal, entre otras cosas, ahora es acusado de financiación ilegal a la empresa Libertad digital de su amigo y estrella de la radio Jiménez Losantos.

Fruto de una cultura impregnada de tintes judeocristianos, habrá quien espere que tanta ignominia tenga en un futuro justo castigo. Que pierda toda esperanza. Dios no existe, y si existiera, estaría con ellos.

Como justificación, España, dicen, es un sainete. Pero un sainete es un género popular representado para risa de todos, y en España siempre ríen los mismos. Unos pocos que se ríen de todos.