Oihane LARRETXEA

Los distritos de Donostia recuperan el debate sobre su ordenación

La división administrativa de Donostia acapara estos días los focos del debate municipal. La propuesta de la oposición (PNV, PSE y PP) de crear cuatro distritos choca con el proyecto de ciudad del Gobierno local (EH Bildu), que aboga por fortalecer cada barrio. GARA se ha reunido con representantes de las cuatro formaciones para recabar sus opiniones.

Salvo sorpresas, el próximo jueves, día 30, la oposición en el Consistorio donostiarra -integrada por PNV, PSE y PP- aprobará el reglamento de distritos para la ciudad. A partir de su aprobación y antes de que en mayo finalice la legislatura, se deberá crear el Distrito Este, que engloba los barrios de Altza, Intxaurrondo, Ulia y Miracruz-Bidebieta. El resto de la división administrativa, que afectará al conjunto de la ciudad, se ejecutaría en varias fases a lo largo del próximo mandato (2015-2019). En base a este acuerdo, además del Distrito Este, se conformarán el Distrito Oeste (Antiguo, Aiete, Añorga, Ibaeta y Zubieta), el Distrito Norte (Alde Zaharra, Centro, Amara, Loiola-Txomin y Martutene) y el Distrito Sur (Gros y Egia). Para Igeldo, el reglamento de los distritos deja la puerta abierta a que se configure como entidad local menor (ELM).

Este esquema tiene el respaldo de 19 concejales sobre 27. El Gobierno municipal, por boca de Axier Jaka, concejal de Participación, ha adelantado a GARA que no contempla una negociación al respecto sin la garantía de que se cumplan dos condiciones: que se retire este punto del orden del día del pleno y que el debate «de algo tan importante como la territorialidad» se abra a la ciudadanía y los agentes sociales.

Jaka matiza que EH Bildu no está en contra de los distritos, sino «en contra de hacer estos cuatro». De hecho, en marzo presentó una propuesta concreta para crear uno para Altza, al que se podrían sumar Intxaurrondo y Bidebieta «si tras ser consultados se mostraran partidarios». «Se puede hacer un distrito para promover la participación y la cercanía, o para secuestrar los movimientos sociales -considera Jaka-. La clave está en el cómo y el para qué se hacen esas divisiones».

Para el resto de la ciudad, la propuesta del Gobierno de Juan Karlos Izagirre pasa por «fortalecer la personalidad de cada barrio», entendiendo por barrios «aquellos entornos de convivencia que se construyen por diferentes factores». Tanto a Igeldo como a Zubieta les reconoce su derecho a convertirse en municipio, y recuerda que «en 2013, por mayoría, los igeldotarras se pronunciaron sobre su futuro. Y este Gobierno respeta esa voluntad». En cuanto a Zubieta, desde 1996 el enclave cuenta con una Junta Administrativa como órgano complementario de administración del barrio, denominada Junta Vecinal de Zubieta y con un alcalde pedáneo. «Nuestro objetivo -añade el concejal de Participación- es mejorar nuestras relaciones mediante un convenio».

Participación y competencias

Explicados los dos modelos que a día de hoy se defienden desde el Ayuntamiento, será el de la oposición el que fructifique porque suma mayoría de votos. El primer argumento que emplean para defender esta reforma, especialmente desde el PP, es «la legalidad». José Luis Arrúe lamenta que Donostia lleve «once años de retraso», al recordar que una ley del 2003 «obliga» a las grandes ciudades a organizarse de esta forma.

Esta formación ha defendido los distritos en las últimas dos legislaturas, por eso sostiene Arrúe que no se trata de «una insolación», al ser preguntado por qué se ha ejecutado precisamente ahora, en 2014, cuando quedan apenas siete meses para las elecciones municipales. En este sentido, sí reprocha a PSE y PNV haber mantenido la propuesta en un cajón hasta este momento. El jeltzale Martin Ibabe argumenta que la dilación en el tiempo deja entrever «las dificultades administrativas que conlleva», razonamiento que comparte el portavoz del PSE en el Ayuntamiento, Ernesto Gasco. Nada sobre los años en que gobernaron. Reproches aparte, los tres grupos se muestran «satisfechos» con el acuerdo alcanzado.

Estas formaciones coinciden en señalar que el principal objetivo de constituir los distritos es «acercar la Administración a la ciudadanía». Para ello, la normativa contempla crear en cada uno de los distritos una oficina local cuyas competencias serían las siguientes: la ordenación del tráfico, parques y jardines, el mantenimiento de las vías públicas, la protección del medio ambiente y los servicios culturales. El resto de competencias seguirían dependiendo del Ayuntamiento.

Jaka insiste en que estas divisiones son artificiales y que la mayor diferencia entre las dos propuestas es que, mientras la oposición propone «una desconcentración administrativa», el Gobierno local aboga por la descentralización. «En estos tres años de gobierno hemos reforzado los canales de participación y transparencia. Como ejemplo, el nombramiento de un técnico de participación en cada barrio, que se encarga de ser el nexo entre este y el Consistorio».

Al margen de las actuales oficinas de Udal Info para atender a la ciudadanía, Jaka admite que, «principalmente por falta de recursos», la de ampliar la red a toda la ciudad es una tarea pendiente. Por el momento, han habilitado un registro on line por cada barrio para tramitar solicitudes. «Una cosa es querer ofrecer los servicios y otra fomentar la participación. Los distritos nunca tendrán las herramientas de un Ayuntamiento. Agilizar el sistema sería si de cada distrito se hiciera un consistorio», opina.

La oposición también ha acordado que al menos el 5% del total de los presupuestos municipales sea repartido entre las cuatro zonas de la ciudad para invertir en aquello que se estime prioritario. Para la toma de decisiones, precisamente, se preve la creación de una Junta de Distrito -representada por 7 cargos políticos y por 8 miembros de asociaciones vecinales-, que se reunirá a razón de una vez cada tres meses, como mínimo. Desde la oposición aseguran que las decisiones y peticiones que se aprueben en el ámbito de sus competencias irán luego al pleno del Ayuntamiento, «donde deberán ser atendidas», como indica Arrúe. Es por ello que PNV, PSE y PP insisten en que garantizan una mayor participación de la ciudadanía. Jaka desmiente tal extremo y recuerda que, «legalmente», el ciudadano nunca tiene competencias para decidir y que en los distritos tampoco lo tendrá. «Otra cosa es qué modelo de participación construyes y si haces los proyectos codo con codo», puntualiza.

Salvo en el caso del Distrito Sur, el resto engloba más de dos barrios. Esto supone mayor pluralidad y, por lo tanto, intereses más diversos a la hora de repartir el presupuesto. Obviamente, cada uno mirará por su barrio. Ibabe admite que no existe un 100% de garantía de que no haya fricciones, pero explica que «el presupuesto será anual y que no siempre va a rascar el mismo barrio». Gasco, por su parte, opina que habrá que «marcar prioridades y ser solidarios».

En el reparto de los ocho escaños ciudadanos en cada Junta de Distrito, cuatro corresponden a las AAVV y cuatro a entidades sectoriales -hostelería, deporte, comercio, cultura...-. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que algunos distritos tienen cinco o más barrios, habrá asociaciones que no tendrán representación. «Me pregunto, además, cómo serán seleccionadas esas personas», comenta Jaka. En la propuesta que puso sobre la mesa para Altza, el Gobierno municipal proponía la división de la zona en ocho vecindades para que, a través de sufragio universal, se nombrara a las ocho personas que representasen en la Junta de Distrito cada una de esas zonas.

Las AAVV no han sido consultadas

Pese a que los partidos que impulsan esta reforma administrativa destacan la participación ciudadana como una de sus virtudes, lo cierto es que ha sido este el punto de desencuentro con las asociaciones vecinales. El motivo, la falta de información y la ausencia de consulta alguna sobre el modelo.

Desde el PSE, Gasco admite que no se han reunido con ellos, alegando que «no es fácil, porque se puede llegar a un acuerdo con las entidades y luego resultar que no sea legal». Al igual que PNV y PP, remite a los agentes sociales y las asociaciones al periodo de alegaciones que se abrirá, una vez quede aprobado el reglamento, el día 30. «Estaremos con todas ellas en la aprobación inicial -anuncia Gasco- y podrán presentar alegaciones. Aquellas en las que coincidamos, las recogeremos; aquellas que no, no las podremos recoger». A pesar de estas afirmaciones, garantiza que los barrios adquirirán mayor protagonismo desde el seno de un distrito que de forma individualizada.

El pasado miércoles, las veinte AAVV de los veinte barrios de Donostia comparecían en público para rechazar en bloque una propuesta que, a su parecer, se ha hecho «a espaldas de la ciudadanía» y sin analizar su papel en la configuración de la ciudad. Por ello, pidieron su retirada del orden del día y un debate abierto a todos los donostiarras, «sin exclusiones». «Discutámoslo y, si concluimos que nos benefician, aunque creemos que no, decidamos el cómo».

Todos coinciden en que el distrito de Altza «responde a una demanda histórica», pero las AAVV creen que la fórmula no tiene porqué extenderse al resto de la ciudad. Desde la asociación Lantxabe de Aiete, Félix Pérez, hizo un llamamiento a la reflexión porque los barrios, con sus sinergias, forman una red que «ha costado mucho» tejer.

En la comparecencia no escondieron su enfado y tampoco lo harán en el pleno, cita que no se perderán. «A pesar de tener nuestros teléfonos y saber dónde localizarnos, nadie nos contactó», se quejaron.

ELM para Igeldo, respeto para Usansolo

Cuando el PSE y el PP concretaron un texto común sobre la configuración de los distritos de Donostia, los jeltzales sumaron sus votos a esta propuesta a cambio de una condición que finalmente aceptaron sus dos socios: no incluir Igeldo en un distrito y concederle la oportunidad de que sea una entidad local menor (ELM) dotada de una serie de competencias. «A Igeldo le reconocemos su particularidad y la vamos a respetar», destaca Martin Ibabe en declaraciones a GARA.

Casi un año después de que un 61% de los igeldotarras votaran a favor de la desanexión, el enclave sigue siendo parte de la capital porque tanto en el Ayuntamiento como en las JJGG, solo EH Bildu reconoció el resultado.

Preguntado sobre el motivo de que el PNV haya anunciado recientemente que, a diferencia de lo que hizo con Igeldo, respetará la voluntad de Usansolo respecto a su relación con Galdakao en la consulta del 23 de noviembre, Ibabe asegura que su partido no tiene «ningún problema en aceptar una consulta», pero reclama que se «cumpla la legalidad», extremo que, a su juicio, en Bizkaia sí se hace. «La pregunta era cerrada, de sí o no. Y la desanexión es un opción respetabilísima, pero el resto también, y esas no se plantearon en Igeldo». Para el concejal Axier Jaka esto es una falta de respeto, «porque ya expresaron qué futuro desean». O.L.