Tres militares turcos murieron tras ser tiroteados por individuos encapuchados, en Kurdistán norte, cerca de la frontera entre Turquía e Irak. Los militares se dirigían a comprar material eléctrico para unas instalaciones militares a pie cuando fueron atacados. Medios turcos atribuyeron el ataque al PKK.

El pasado viernes tres miembros del PKK murieron en un tiroteo con las fuerzas de seguridad en la provincia de Kars. Estos sucesos se producen pese a las recientes del líder encarcelado del PKK, Abdulah Oçalan, que afirmó que había aumentado su confianza en el éxito del proceso de paz negociado con el Gobierno. Igualmente, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aseguró que hay una «hoja de ruta» diseña y el proceso podría culminar en unos pocos meses.

«Continúa nuestra actitud decidida en el proceso de paz», reiteró ayer Davutoglu, que no mencionó al PKK.

Madres del Sábado

Por otra parte miles de personas se congregaron ayer en Estambul para respaldar la protesta número 500 de las «Madres del Sábado» y exigir al Gobierno de Turquía que aclare la suerte de cientos de desaparecidos de los años ochenta y noventa.

Con fotos de hombres y mujeres, un nombre, una fecha, y un clavel rojo, cada sábado se reúnen en la céntrica calle de Istiklal. La historia es casi siempre la misma: la Policía irrumpía en casa, detenía a algún miembro de la familia bajo la sospecha de ser izquierdista o de simpatizar con la guerrilla kurda, se lo llevaba a comisaría y nunca más se volvía a saber nada. Quienes se atrevieron a ir a buscar a sus seres queridos a las comisarías, relatan espantosos testimonios de tortura si no se les detenía también a ellos.