Pablo GONZÁLEZ

Ucrania elige parlamento en medio del frío y la guerra

Los ucranianos están llamados a las urnas para elegir la composición de una nueva Rada (Parlamento) legitimada por los sufragios. De ahí saldrá un gobierno que tendrá que afrontar importantes problemas. A pesar de las numerosas protestas contra la clase política, en estas elecciones los principales candidatos vuelven a ser prácticamente los mismos que han protagonizado la política ucraniana en los últimos años.

Este domingo cerca de 30 millones de ucranianos están llamados a las urnas para elegir la composición de una nueva Rada, el parlamento ucraniano. Tras meses de protestas, con golpe de Estado incluido, estos comicios deberán volver a legitimar todas las instituciones de gobierno del país. Del parlamento deberá salir un nuevo primer ministro que formará el Ejecutivo que se encargará de afrontar los importantes problemas que tiene ante sí la nación eslava.

La votación se verá condicionada por la difícil situación en la que se encuentra Ucrania este otoño. La temperatura de día supera por poco el cero, y por la noche baja a términos negativos. La calefacción todavía no funciona en todos los hogares de Kiev, aunque se espera que para mañana ya esté operativa; en otras partes del país la situación es peor. En el este siguen las tensiones en las zonas de Donetsk y Lugansk, donde a pesar del alto el fuego firmado hace unas semanas, sigue muriendo gente, tanto en combates como en bombardeos sobre pueblos y ciudades.

A pesar del gran deseo de renovación de la clase política que existe entre la población, los protagonistas de la campaña han sido prácticamente las mismas fuerzas que en los últimos años, siendo incluso las caras nuevas en política, representantes del mismo sistema de poder oligárquico que lleva gobernando Ucrania prácticamente desde la disolución de la URSS.

En total se presentan 29 partidos diferentes con la intención de entrar en el parlamento. Sin embargo, se especula con que entrarán directamente entre cuatro y seis partidos como máximo al superar el límite del 5% de votos necesarios. Esto no significa que no vaya a haber más partidos presentes en la Rada, ya que aquí hay que hacer mención al sistema electoral ucraniano.

La Rada se compone de 424 diputados (450 antes de la secesión de Crimea). 225 de los cuales se eligen directamente por listas de partidos y 199 por los diferentes distritos. Cada ucraniano cuando va a votar tiene que elegir una lista de partido y después, aparte, a uno de los candidatos que se presentan por el distrito en el que reside. Estos candidatos que entran por distrito después pueden integrarse en cualquiera de los bloques o juntarse con otros para crear un bloque parlamentario propio.

Viejas caras nuevas

El principal favorito es el Bloque de Petro Poroshenko, la unión política del actual presidente del país. Este conjunto de varios partidos y candidatos está encabezado en la lista electoral por el alcalde de Kiev, Vitali Klichko, que, por tesituras de la política ucraniana, solo encabeza la lista, pero ni va a entrar en el parlamento ni va a dejar de gobernar la capital. Junto al ex boxeador hay un conjunto de lo más variado. Va por ejemplo el líder de una parte de los tártaros de Crimea, Mustafa Dzhemilev o un militar que rindió su base a los rusos en la misma península del Mar Negro como Yuliy Mamchur. Junto a ellos hay varios diputados con experiencia, hombres de confianza de Poroshenko, algunos periodistas de renombre, y alguna figura salida del Maidán.

Empezando por la de Poroshenko, destaca la presencia en la mayoría de listas de candidatos sobre los que se comenta que han comprado su puesto. Cuanto más grande sea la inversión, más posibilidad de entrar en la Rada y recibir todas las ventajas de ser diputado. En total se espera que la lista del partido del presidente obtenga entre un 20 y un 25% de los votos, lo cual le dejaría en dependencia de otros partidos para formar una mayoría parlamentaria.

Tras la lista presidencial, viene un grupo con a priori posibilidades similares. El primero es el partido Batkivshina (Patria) de la dama de hierro de la política ucraniana, Yulia Timoshenko. La lista de este partido está encabezada por la militar Nadezhda Savchenko, actualmente en prisión en Rusia investigada por crímenes de guerra. Este efectivo paso publicitario no solo le da empuje al partido, sin tener que dar el puesto en el parlamento a un candidato ausente en realidad, sino que además le abre las puertas de Rusia a la propia Timoshenko para ir a visitar a su diputada y quién sabe qué más.

Según los analistas políticos ucranianos, la lista de Timoshenko es posiblemente la lista más fuerte, llena de profesionales con experiencia en la política. Pocos puestos vendidos y mucho potencial de crecimiento para el futuro. Además Timoshenko ha sido la única política que ha hecho una campaña electoral clásica. Se ha dedicado a hacer más kilómetros que nadie para visitar prácticamente todo el país y ver a su potencial electorado. Su táctica parece bastante clara, esperar a que sus enemigos políticos sucumban por sus propios errores. Es la figura política de importancia más longeva del país. Los diferentes sondeos dan a la lista de Timoshenko un porcentaje cercano al 10%.

El siguiente partido que también debería entrar en la Rada sin problemas, incluso quizás superando a Timoshenko, es el Partido Radical de Oleg Lyashko. Populismo en estado puro. Poco programa y menos posibilidades de realizarlo. Integración europea, victoria militar en el este y ucranización forzosa de toda la sociedad. Recogerá el testigo de Svoboda como fuerza nacional-populista. Se espera que obtenga algo menos del 10% de los votos.

El tercer bloque que debe entrar en el parlamento es el Frente Popular del actual primer ministro Arseniy Yatsenyuk. Junto a Yatsenyuk van muchos de los cargos que han gobernado Ucrania en los últimos meses. Ellos fueron el núcleo del gobierno golpista que ocupó el poder tras la huida del anterior gobierno electo. Deberían obtener, según los pronósticos, cerca de un 8%.

Los demás partidos lo tendrán más difícil para entrar mediante lista única, y lo harán con candidatos que se presenten por los distritos. Entre los que entrarán y seguramente formen grupos parlamentarios a pesar de todo están los comunistas. Se ha especulado mucho con que iban a prohibir el partido, pero a día de hoy siguen activos. Su electorado es ante todo la tercera edad.

Otros que entrarán será el Bloque Opositor, el antiguo Partido de la Regiones. A pesar de la caída de Yanukovich y la crisis que atraviesa la formación, serán varios los diputados que entren por distritos. Hay que señalar que uno de los candidatos más mediáticos y el más extraño de los que se presentan, Darth Vader (en realidad el hacker Dmitri Golubov) y su Partido de Internet quedarán fuera del parlamento a pesar de sus actos de campaña vestidos con uniformes de las películas Star Wars.

Extrema derecha

Quedarán fuera por listas los partidos de extrema derecha. Pravyi Sektor no va a entrar en el parlamento, aunque puede que sí su líder, Dmitro Yarosh, quien se presenta por un distrito de la zona de Dniepropetrovsk. Tiene complicado entrar Svoboda, el antiguo Partido Nacional Socialista de Ucrania. Esta formación sí entró por lista en los comicios anteriores y ha llevado el peso de las protestas del Maidán.

Por distritos también podrían pasar varios representantes de extrema derecha salidos del Maidán y de la guerra civil en el este del país. Así, por ejemplo, el comandante del batallón Azov, Andriy Biletskiy, un neonazi reconocido, tiene posibilidades reales de entrar por uno de los distritos de la capital Kiev. Por ello es de suponer que aunque la representación la extrema derecha no sea demasiado mayoritaria en la Rada, sí va a tener cierta influencia en la política del país a través de sus líderes presentes en el parlamento.

Una de las mayores peculiaridades de la campaña electoral ucraniana es la práctica ausencia en el espacio informativo de los programas electorales. La cuestión se resume en que prácticamente todos los candidatos y partidos prometen lo mismo: arreglar la situación económica, subir el nivel de vida de la población y acabar con la guerra en el este (ya sea mediante negociación, ya sea mediante la victoria militar).

El pesimismo de los ucranianos ante estas elecciones es difícilmente disimulable. El parlamento que salga de los comicios y el gobierno que acuerden los políticos tendrá la casi imposible tarea de recuperar una mínima credibilidad ante la población.