En apenas 72 horas, todos los residentes mayores de 16 años podrán responder a la pregunta «¿Quieres ser ciudadano de un estado vasco soberano?» tomando parte en la consulta popular organizada por Arrankudiaga eta Zollo Ados. Quienes se acerquen a la urna tienen tres opciones: votar afirmativamente, responder que no o hacerlo en blanco. Tan solo es necesario presentar un documento que acredite la identidad (EHNA, DNI, pasaporte o permiso de conducir) y que se está empadronado en esta localidad vizcaina. Las urnas estarán abiertas de 9.00 a 20.00.

A los vecinos no les preguntan las instituciones. Lo hace una plataforma ciudadana que reúne a personas de diferentes sensibilidades políticas, religiosas y culturales, convencidas de que decidir con todas las garantías democráticas es un derecho perfectamente ejecutable. El pronunciamiento que salga de las urnas no tendrá valor a efectos oficiales, pero la experiencia acumulada a lo largo de meses ya ha reportado a sus protagonistas una gran labor pedagógica y vivencias imborrables más allá de los resultados que arroje la votación del domingo.

Cuidan con mimo hasta el último detalle de un protocolo que reúne aspectos del procedimiento seguido en el referéndum de Etxarri Aranatz y en experiencias de consultas en municipios catalanes. Llaman a la ciudadanía a participar y no olvidan, por ejemplo, a vecinos y vecinas del municipio cuya ciudadanía no reconoce el Estado español. En esos casos, el procedimiento también prevé qué documentos deben presentar para votar el domingo.

Llevan meses de preparativos, en los que las principales decisiones se han adoptado de forma asamblearia. El núcleo de la plataforma más activo en el día a día de los preparativos lo conforman entre ocho y diez personas. Contar con la experiencia de los organizadores de la consulta de Etxarri Aranatz ha sido «muy importante», según indican.

En este camino también han estado en contacto con la dinámica Gure Esku Dago. «Hemos compartido reflexiones, comentado situaciones...», explicó a GARA Joseba Martín, uno de los participantes en Ados, incidiendo en que «lo más importante» es que este domingo la gente participe, que ejerza su derecho a pronunciarse sobre esta cuestión.

Una experiencia excepcional

Al no poder contar con el censo oficial, trabajan con la estimación de que son unas 780 personas las que podrían votar. No hay prefijada una cuota de participación, que en la localidad es muy variable dependiendo de cuál sea la cita electoral. «El objetivo es que los vecinos y vecinas estén informados al máximo, y posibilitar que se pronuncien. La clave es el ejercicio del derecho», subraya Martín.

El protocolo contempla que no quede rastro de los datos registrados, por lo que, tras la consulta, cuyo resultado se ofrecerá a las 21.00, toda esa información se eliminará, lo que se hará también con testigos.

Juega a su favor que esta no es una campaña electoral con confrontación política al uso. Y no han escatimado esfuerzos a la hora de hacer llegar la información casa a casa, cuando era necesario por tratarse de personas de avanzada edad o para formalizar el voto anticipado, similar al voto por correo.

La experiencia, indica Martín, ha sido «excepcional» en lo humano y en lo organizativo. Rememora, por ejemplo, momentos vividos «con gente con una gran ilusión porque no pensaba que a su edad llegaría a participar en una consulta como esta, gente que pregunta `para qué' o que confiesa temores».