Debate en el Parlamento de Gasteiz

El PP sufre un plante histórico en rechazo a su campaña contra la RGI

PNV, EH Bildu y PSE se negaron ayer a participar en el «debate trucado, falso, insolidario y xenófobo» planteado por el PP para endurecer el acceso a las RGI. Se trata de la primera ocasión en la historia del Parlamento de Gasteiz en la que ocurre algo de este tipo. Los grupos se limitaron a votar en contra de la moción y después leyeron un escrito conjunto explicando sus razones. Gorka Maneiro, de UPyD, sí intervino y lo hizo para criticar también con dureza al PP.

En el Parlamento de Gasteiz se han visto muchas cosas, pero hasta la fecha nunca los tres grupos mayoritarios se habían puesto de acuerdo para plantar a otro partido, negándose a entrar en un debate, rechazando su propuesta y dando finalmente una respuesta unitaria y contundente. Explicaron juntos que el PP intentaba generar «un debate trucado, falso, insolidario y xenófobo, que solo pretende confundir a la ciudadanía».

A esto ha conseguido llevar a su partido el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, con su campaña contra el RGI. Y ocurre, no se puede olvidar, en un momento en el que el PP se ve vapuleado por innumerables casos de corrupción.

El PP volvió a llevar al Pleno de ayer una moción de Laura Garrido titulada «Revisión del actual sistema de protección para combatir el fraude de las ayudas sociales». La pospuso hace dos semanas en previsión del plante ayer concretado. Habló entonces de buscar fórmulas para garantizar el debate. En su lugar, lo que hizo fue cambiar de portavoz, dotando a Javier Maroto de una tribuna para seguir con su campaña, sin ni siquiera hacer referencia al contenido de la propia moción.

PNV, EH Bildu y PSE quisieron «testimoniar la postura radicalmente opuesta al PP, no haciendo aprecio alguno a una iniciativa que se inscribe en la ofensiva general contra el Estado de Bienestar, los derechos y libertades públicas, las políticas sociales, el derecho del trabajo y la diversidad cultural».

No entraron al debate por entender que la propia moción era un fraude, votaron en contra dejando clara la soledad del PP en sus propuestas, y después representantes de los tres grupos comparecieron conjuntamente para explicar que habían entendido «llegado el momento de decir `basta' y plantarnos antes esta campaña injusta, insolidaria e irresponsable».

Mejoras en el sistema

PNV, EH Bildu y PSE entienden que el actual sistema de ayudas sociales es mejorable para evitar casos de fraude, pero añaden que « no aceptaremos, bajo ningún concepto, estigmatizar a todo un colectivo. Sería una injusticia y una irresponsabilidad. Más aún cuando el PP sabe y no denuncia otro tipo de fraudes que se cometen contra las arcas públicas».

El resto de grupos acusan al PP y a Javier Maroto de «crear confusión y emprender una campaña bajo acusaciones muy graves y sin datos objetivos que los avalen». Añaden que «solo buscan crear un caldo de cultivo contrario al sistema de protección social que tenemos en Euskadi». Explican que «si realmente quieren cambiar la ley vigente, pueden y deben elevar su propuesta al Parlamento».

Sin embargo, los partidos denuncian que el PP está en una estrategia de «involución permanente», y que esto es el preludio de una campaña ominosa contra las personas extranjeras y otros colectivos desfavorecidos mediante la estigmatización y la exclusión social, «amparada en la doctrina de excitar las pasiones más bajas y las pulsiones más primarias».

El parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, no se sumó al plante unitario (nunca comparte nada con EH Bildu) aunque hizo un discurso durísimo contra el PP y Maroto, acusándoles de sustituir el debate sosegado por la «pelea de barrio», basada en «mentiras y falsedades». Les recordó los casos de corrupción y les pidió que «hablen de los delincuentes que anidan en su propio partido, que, por cierto, son autóctonos y no son ni argelinos ni magrebíes».

Maroto se hace con la tribuna pero no presenta propuestas

El alcalde de Gasteiz y candidato a la reelección, Javier Maroto, está convencido de que el discurso que mantiene contra el cobro de ayudas por los extranjeros le proporciona votos, pero evita bajar de las preguntas al aire a las concreciones legislativas y reglamentarias. Maroto está cómodo en el papel, hasta el punto de que ayer apartó a su compañera Laura Garrido, que era la proponente de la moción, para salir él a la tribuna de oradores. Y la apartó tanto que ni mención hizo a los puntos de la propuesta presentada por su compañera de escaño. ¿Para qué? Él ya venía con una intervención en la que mezclaba delincuencia, cobro de la RGI, extranjeros, pensiones bajas y sueldos ridículos. Pero no se preguntó por qué hay pensiones y sueldos más exiguos que algunas ayudas sociales y qué hacer para subirlos teniendo la mayoría absoluta en las Cortes españolas. Su pregunta es «¿qué le decimo?» a quien ve situaciones injustas, y su respuesta: «yo no le pude contestar». Pues podía haber contestado, si hubiera sido honrado, que la ley actual es fruto de un pacto entre el PSE y el PP, (sí, sí, su propio partido) de noviembre de 2011.

Pero el Javier Maroto alcalde y candidato que disfruta en la tribuna, donde se le ve cómodo, es también el parlamentario que podría presentar una proposición de ley para corregir todos los defectos que ve en la legislación actual. Sin embargo, no lo hace. Está más a gusto convirtiendo la Cámara en una especie de tertulia de taberna, en la que dar rienda suelta a todos los mitos existentes sobre, por ejemplo, el extranjero que se pone «el primero en la lista de espera de la sanidad pública, sin ni siquiera vivir aquí». Pero que conste que eso no lo dice él, que no es xenófobo, sino que es lo que los ciudadanos traducen de la realidad.

¿Racista él? ¿Por qué? ¿Por exigir en todas sus preguntas sobre la RGI dirigidas al Gobierno que se le especifique cuántos de los receptores «son no nacidos en España (incluidos nacionalizados) desglosados por país de nacimiento»? ¿Por pedir la media de percepción según nacionalidad cuando lo que influye en la cantidad es la familia? ¿O por distinguir entre «los que verdaderamente necesitan las ayudas» y los que tal vez tienen algo «en algún otro lugar»?

Javier Maroto no presentó ayer ninguna propuesta concreta, ni siquiera defendió las que venían en la moción firmada por Laura Garrido. Y pese a ello, se jactó de protagonizar «la primera vez que se trae un debate con profundidad» sobre la materia. Teniendo en cuenta que este Parlamento va ya por su décima legislatura, la presuntuosidad de su afirmación levantó una carcajada general.

Justificó su falta de alternativas en que se ve que el tema molesta y serían rechazadas sin debate o respondidas con una «espantada». Así tildó la reacción unitaria de PNV, EH Bildu y PSE.

Maroto se marchó del atril, entre aplausos de los suyos, tras afirmar que «lo que acaban de hacer es armar el último argumento que necesitaba esa plataforma ciudadana para recoger las firmas que necesitan para que se evite efectivamente que haya políticos como ustedes con la venda puesta». Como si esa plataforma, todavía fantasma, no fuera suya. I. IRIONDO

Igor López de Munain exclama «sinvergüenza»

La presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejeria, expulsó del pleno al parlamentario de EH Bildu Igor López de Munain, que durante el discurso de Javier Maroto exclamó en voz alta un par de veces la palabra «sinvergüenza» mientras tenía la mirada puesta en su ordenador. El alcalde de Gasteiz se preguntaba qué decir a quien le niegan la RGI por tener «una finca rústica que cultiva algunos tomates» mientras al «siguiente de la lista» se lo conceden sin comprobar si tiene o no una finca rústica o «algo más en algún otro lugar». En el salón se oyó «sinvergüenza». La presidenta pidió a López de Munain que retirara lo dicho y, al no hacerlo, le expulsó del pleno. I.I.