La noticia corrió como la pólvora por las redes sociales el domingo por la tarde: dieciséis desahucios previstos en el distrito barcelonés de Nou Barris en un solo día. Y la convocatoria, a cargo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y del colectivo local 500x20, también: a las 8.30 de la mañana para intentar paralizar todos los desahucios posibles.

El espectacular aguacero con el que empezó la jornada en la capital catalana no impidió que un centenar de personas se congregasen desde primera hora y, con el listado de direcciones en la mano, recorriese el barrio intentando adelantarse a las comitivas judiciales.

Finalmente no fueron dieciséis los desahucios programados, sino quince. De ellos, tres fueron suspendidos desde las propias instancias judiciales a última hora, los vecinos consiguieron parar dos y un tercero se canceló al asumir los servicios sociales la deuda de la familia.

El primer desahucio paralizado fue el de la casa de Jorge Eduardo Revilla, un sótano de apenas 20 metros cuadrados que Revilla y su pareja ocuparon hace tres años, vista la imposibilidad de alquilar un piso. El segundo desahucio parado por los vecinos fue el de una mujer que vive con otras nueve personas, de las cuales cinco son menores, en un piso de Incasòl, la agencia pública de gestión de suelo residencial de la Generalitat.

Antes de llegar la comitiva

La jornada, sin embargo, sirvió también para poner de manifiesto otra realidad menos visible, la de las familias que abandonan sus hogares antes de que llegue la comitiva judicial. Ayer fueron varias las casas que estaban ya vacías al llegar los activistas y la comitiva judicial. Una realidad denunciada por el portavoz de 500x20, Toni Tallada, durante la concentración improvisada ante la sede del distrito, con la cual se dio por finalizada la jornada movilizadora.

Tallada denunció que los desahucios son una constante en Nou Barris, y que los 15 desahucios programados ayer no fueron «ninguna excepción».