Joseba VIVANCO
Guillermo sufre una lesión muscular «moderada» que le apartará entre dos y tres semanas

Un partido con nombres propios

El encuentro de Iturraspe o la confirmación de Etxeita fueron dos buenas noticias, como la actuación de Beñat o los detalles de Unai.

A falta de la tradicional banda de música en los prolegómenos de Mestalla, más de un aficionado rojiblanco pensó que para banda la que Ernesto Valverde ponía en liza en un campo tan complicado, visto el once que el gasteiztarra se sacó de la manga ante el acopio de bajas obligadas y otras por decisión técnica. Pero nada más lejos de la realidad. Txingurri se la jugó y le salió bien. Por el resultado, por la imagen y porque en lo individual el de Valencia fue un encuentro para reivindicarse, de jugadores que fueron uno en lo colectivo pero también en lo singular. De lo que ahora se trata es de extender en el tiempo y en los partidos que están por venir de aquí a Navidades una producción con pocos altibajos, en lo colectivo y en lo individual, lejos de Borisov, Almería o la dolorosa herida ante el Porto.

Una de las mayores satisfacciones que el Athletic se trae de su viaje por tierras levantinas, más allá del punto y las sensaciones, son los 90 minutos firmados por Iturraspe. Ayer todo eran elogios para el de Matiena -sexto jugador que más pases ha dado de la Liga-, tras unas actuaciones más que grises y cuestionadas. Ahora tiene, como sus compañeros, dos semanas por delante para reforzarse físicamente y grabar mentalmente este último partido firmado. La visita del Espanyol volverá a ser para él un examen ante su público. Momento de comprobar si los vaivenes, como los del propio equipo, dejan de ser tales y si `Itu' da ese paso adelante que le demandan y él mismo se autoexige.

Irregularidad que preside también la trayectoria de un Beñat al que en Mestalla se le vio con muchas ganas, ganas de jugar y ganas de asumir responsabilidades, de que el juego de ataque pasara por sus botas. Pero no es la primera vez que el de Igorre rubrica partidos más que aceptables para terminar difuminado a la siguiente oportunidad. Quizá cuando en el equipo todos los jugadores vean de cara la meta rival y no tengan que recibir siempre de espaldas, podamos ver un Beñat más regular.

Otro de los nombres propios y con mayúsculas es el de Etxeita, tres partidos en las últimas fechas y protagonismo para bien en cada uno de ellos. En Mestalla volvió a rayar a altura y él enarbola esa linterna que el equipo necesitaba entre tanta oscuridad. Es probable que ceda su lugar a Gurpegi en ocasiones puntuales dado lo apretado del calendario de aquí a final de año, pero el de Zornotza ahora mismo se ha ganado el puesto al lado de Laporte. Está de dulce, con confianza, el trabajo diario en Lezama y su mentalidad están detrás de sus prestaciones, y sus compañeros es inevitable que se contagien de ese poso.

Una madurez para la que aun le resta mucho al joven Unai López, desaparecido desde hace un mes incluso de las convocatorias, en ese purgatorio entre el filial y el primer equipo, sin minutos, pero que volvió a jugar y dejó muestras de que si ahora no lo es, será muy válido en un futuro. Valverde y los responsables de Lezama tendrán su particular hoja de ruta con el chaval, que en Valencia gustó.

Viguera fue también otro de los protagonistas, participativo en banda, con un exceso de errores en las entregas, más difuminado en punta por esa falta de llegada. Valverde tira de él siempre que lo considera, pero al riojano parece faltarle continuidad o saberse necesario para que sepamos realmente cuál es su verdadero potencial.

Una lástima lo de Guillermo Fernández, al que su cara en el banquillo, tras ser cambiado por lesión, lo decía todo. Sabe que es la segunda opción de Valverde arriba, ha demostrado como lo hizo en Mestalla saber buscarse las alubias solito aun cuando lo que le manden sean balones largos demasiados escorados o por arriba. Lo suyo está siendo un cursillo acelerado ante defensas de primer nivel: 90 minutos ante Sergio Ramos y Pepe en el Bernabéu, luego ante la rocosa zaga del Sevilla, dos partidos completos en Champions ante tipos como Martins Indi y Maicon... Y en ninguno se ha achicado. Tiene salto, tiene desmarque, no se lo piensa a la hora de chutar. Ha aprovechado sus buenos minutos. Lástima que su lesión muscular, «moderada» informó ayer el club, le dejarán en el dique seco mínimo un par de semanas.

Kike Sola espera ver más mañanas

Nueve meses después, Kike Sola volvió a sentirse futbolista. Sus últimos minutos los vivió en Balmaseda a primeros de setiembre, pero era un `bolo'. Esta vez no había más, bueno sí, Toquero, otro que tal le baila. Dispuso de trece minutos, tiempo suficiente para que su sueño se hiciera realidad, por muchas carambolas que se hayan tenido que dar para que debutara al fin este curso. «Cualquier futbolista espera jugar, pelea para ello, decidí quedarme porque veía que había varias competiciones, había sitio y minutos para todos, he seguido en esta línea, entrenando fuerte para ponérselo complicado al míster y hay veces que te dan un ratito y hay que saber aprovecharlo», dijo al término del partido. A partir de ahora, «veremos lo que pasa mañana porque como decía mi abuelo, nunca he visto ningún mañana». Al margen de Iago, solo Aurtenetxe queda por estrenarse. Quién sabe, Balenziaga vio la cuarta amarilla en Mestalla. Quizá sea su merecida oportunidad. J.V.