Juanjo BASTERRA

Arranca el macrojucio contra Uralita por exposición pasiva al amianto

Este viernes comenzaba el macrojuicio contra la empresa Uralita en Madrid por 43 demandas de familias, aunque se juzgan 21 casos, por exposición pasiva al amianto en la planta que esa compañía construyó en 1906 y cerró en 1997 en Cerdanyola (Catalunya). Esther Costa, abogada del Colectivo Ronda, señaló a GARA que «lo tenemos muy preparado», pero «el lobby del amianto en Madrid es muy poderoso».

Un total de 43 familias, aunque se juzgan 21 casos concretos, afectadas por el amianto de la empresa Uralita en Cerdanyola (Catalunya) tendrán que desplazarse a Madrid en días alternos hasta el 19 de diciembre. Entre estos deman- dantes hay 11 afectados por mesoteliomas, un tipo de cáncer asociado al amianto y que tiene una progresión fulminante. En total, reclaman más de 5 millones de indemnización por daños a Uralita, una de las más contaminantes y que más fallecidos ha dejado por la extensa utilización del mineral cancerígeno.

La vía de reclamación por la exposición pasiva al amianto tiene que ver con que personas, que pueden ser también trabajadores, que no tenían contacto directo con el mineral cancerígeno, esposas de los trabajadores que lavaban sus buzos cada día y vecinos de fábricas donde se utilizó ese mineral, han acabado afectados por enfermedades que solo el amianto es capaz de transmitir.

Un 30% más

Este macrojuicio abre numerosas expectativas para otras muchas personas y, sobre todo, marca una vía para reclamar justicia entre quienes después de años y años trabajando han resultado afectados. Muchos han fallecido.

Esther Costa, del colectivo de abogados Ronda, explicó a GARA que «queremos que se reconozca que Uralita infringió las normas, tanto laborales como medioambientales en los períodos donde nuestros clientes estuvieron viviendo o trabajando allí, y como consecuencia de ese incumplimiento les indemnicen por el daño que les han causado». Advierte de que lo primero que hemos hecho es «pedir indemnizaciones superiores en un 30% a las habituales, que tienen que ver con los baremos de los accidentes de tráfico». La abogada se explica: «Consideramos que uno cuando tiene un accidente de tráfico está asumiendo un riesgo en su actividad. Pero estas personas estaban viviendo o conviviendo con trabajadores».

Doble reclamación

A la vez, Esther Costa reclama por otra doble vía -que en Hego Euskal Herria ya han aplicado las abogadas de Asviamie- en la que los herederos piden indemnizaciones «por el derecho del muerto, que no lo ejerció en vida, y por el derecho propio». Entiende que no se conocen muchas demandas en esa línea, pero recuerda que el Tribunal Supremo aceptó ese argumento con una sentencia de un minero de Asturias. «El trabajador falleció en la mina, su esposa se suicidó y, entonces, la madre de la esposa, es decir, la suegra del trabajador, pidió la indemnización que le correspondía a su hija. En base a esa sentencia hacemos esa reclamación, aunque es cierto que cuesta mucho encontrar precedentes».

La abogada admite que «tenemos una demanda muy sólida y el caso es muy claro. Está bien argumentado». Sin embargo, reconoce que el mayor obstáculo se encuentra en que el juicio es en el Juzgado de Primera Instancia 96 de Madrid y que la jueza desconoce el problema del amianto. «Pedimos indemnizaciones por valor de 5 millones», precisó Esther Costa, quien añadió que «quienes llevamos peleando con el tema del amianto muchos años siempre hemos reivindicado jueces especializados para no meter ninguna embolada a quienes no controlan este tema».

La letrada explica que entre las demandantes se encuentra «una señora, hija de un jefe (encargado) de Uralita. Vivía en las casas más cercanas a la fábrica. Ella no trabajó en la empresa, pero toda su familia está afectada por la exposición pasiva» a este mineral.

Esta demanda es de afectados de la antigua planta de Uralita de Cerdanyola, aunque los abogados están en contactos con otros procesos que se siguen en otras plantas de ese grupo industrial. «Se alargará hasta el 19 de diciembre. La jueza no permite interrogatorios. Le ofrecimos testigos, pero no quiere oír a los testigos, porque dice que no son relevantes. Aun y todo, vamos a estar martes y viernes en Madrid, nuestra vida estará en el AVE durante esta próxima temporada». Por ultimo, Esther Costa explicó que aporta informes concretos de expertos médicos que han investigado toda su vida el amianto, incluso muchos de los afectados son pacientes.

El amianto sigue estando presente en edificios y en muchas empresas. El riesgo no ha terminado, aunque las administraciones públicas callan. Se calcula que desde los años sesenta hasta los ochenta del siglo pasado se importaron en el Estado español más de 2.7 millones de toneladas de amianto.

Hace unos días, miembros de la Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) anunciaron que presentarán mociones en los ayuntamientos vascos para establecer un mapa local de edificios y empresas que tengan el mineral cancerígeno para su retirada.

Más de un siglo

Desde principios del siglo pasado se conoció el efecto maligno de ese mineral, resistente al calor y a la fricción. Sin embargo, se obvió. El profesor Alfredo Menéndez-Navarro, del Departamento de Historia de la Ciencia, Universidad de Granada, entre sus muchos trabajos sobre este tema recuerda que ya a mediados de los sesenta «los medios profesionales de la medicina de empresa se hicieron eco de las nuevas evidencias sobre el poder cancerígeno del amianto. En setiembre de 1963, por ejemplo, Madrid albergó el XIV Congreso Internacional de Medicina del Trabajo, en el que participaron 3.242 congresistas, más de mil de ellos españoles».

Entonces, según relata, «el patólogo sudafricano Christopher Wagner (1923-2001) presentó sus hallazgos sobre la relación causal entre la exposición al amianto en las explotaciones mineras de El Cabo y el desarrollo de mesotelioma pleural maligno». Pero, la realidad es que no le tuvieron en cuenta desde las empresas.

La Administración pública tampoco adoptó una iniciativa directa. Hasta junio de 2002 no se prohibió en el Estado español. De hecho, otro estudio del profesor de la Universidad de Granda publicado este mes reconoce, entre otros datos, que el 93,6% de los hombres y el 96,6% de las mujeres que murieron en Estado español entre 2007 y 2011 por mesotelioma pleural atribuible a exposición laboral al amianto «no han sido reconocidos por la Seguridad Social».

También asegura que la tasa de infrarregistro de los fallecidos por cáncer de bronquios y pulmón atribuibles a exposición laboral al amianto es del 98,8 %.

«Las fibras de amianto viajaron desde Uralita a los domicilios»

El médico Josep Tarrés y diez profesionales más que trabajan en la atención primaria de Cerdanyola del Vallès o en las poblaciones vecinas demostraron en un estudio publicado en «Archivos de Bronconeumología» que no solo los trabajadores de Uralita enfermaron por respirar fibras de amianto, sino que «esas fibras viajaban hasta sus domicilios y se metían también en los pulmones de sus familiares y se dispersaban por las calles provocando que se viera afectada población que nunca ha tenido relación con la fábrica». Este experto médico expondrá estos argumentos en el macrojuicio. Porque entre los 559 pacientes diagnosticados por Tarrés y su equipo «se identificaron 1.107 casos de Enfermedades Relacionadas con el Amianto (ERA), con una media de 1,98 patologías por paciente». De hecho, un total de 228 pacientes (40,9%) presentaba una sola ERA, 204 tenían dos (36,4%) y 127 tenían tres o más en el momento del diagnóstico (22,7%).

El 74% de los afectados fueron varones de 63,9 años. La fuente de exposición fue laboral en 400 pacientes (71,6%), por convivencia en 61 pacientes (10,9%) y ambiental en 98 (17,5%). De los 400 pacientes de exposición laboral, el 91% trabajaron en Uralita y el 9% en otras, localizadas en las proximidades. J. B.