El fútbol en Primera se toma un respiro este fin de semana para regresar después con su recta final del año. Apenas restarán más tarde dos jornadas para que concluya la primera vuelta, con lo que el rendimiento en estas próximas cinco semanas puede resultar determinante de cara a las batallas que deba librar cada uno en la segunda parte del curso, más aún teniendo en cuenta que la Copa también se hace un hueco antes de Navidad.

La apuesta se triplica en el caso del Athletic, al que además le toca intentar que sus últimos compromisos europeos del año no lo sean también de la temporada. Es por ello que el rojiblanco se convierte en el club vasco con un calendario más intenso en esta fase final de 2014, que le llevará a disputar 10 partidos en solo 31 días. La verdadera prueba del algodón para el fondo de armario de Ernesto Valverde, al que el parón le ha venido de perlas para intentar recuperar a algunos de sus jugadores.

La buena noticia es que una parte considerable de los rivales a los que se enfrentará el Athletic a lo largo del próximo mes son de clase media-baja. Lo que, por otra parte, permitirá comprobar si la mejoría que viene apuntando en las últimas semanas es tal. Le interesa demostrarlo especialmente en la Liga de Campeones, porque de lo que suceda en Ucrania y ante el BATE en San Mamés dependerá que los vizcainos se consuelen con la Liga Europa o su regreso a la máxima competición continental se salde definitivamente con un fracaso rotundo.

La Copa, gracias al formato del doble partido, resulta menos amenazante para los rojiblancos, que disputarán su doble choque contra el Alcoyano con la vuelta en casa. Y en Liga, el calendario parece ofrecer una oportunidad inmejorable para contrastar la mejoría de los rojiblancos porque, a excepción del Atlético de Madrid, frente al que despedirán el año el próximo 21 de diciembre, se enfrentarán a equipos que ahora mismo se encuentran a su altura o por debajo en la general: Espanyol (un punto menos que el Athletic), Getafe (dos más), Córdoba (colista con seis menos) y Real (tres menos que los rojiblancos).

Todo lo contrario le sucede al Eibar, que respirará algo más en cuanto a condensación del calendario, pero no en lo que respecta a la exigencia de los rivales. La visita del Real Madrid a Ipurua abrirá la próxima semana un mes en el que los azulgranas se enfrentarán a cuatro equipos en posiciones europeas. El líder, el Celta, el Sevilla y el Valencia, nada menos. Solo el Almería, ahora mismo por debajo de los guipuzcoanos en la clasificación, se sale de la norma. E incluso el bombo copero le ha emparejado con un rival que parece haber olvidado ya sus peores momentos, el Getafe.

El equipo de Gaizka Garitano, además, tendrá que hacer frente a la falta de costumbre en las dos últimas semanas, en las que se le acumularán hasta cinco partidos. Todo ello con una plantilla corta (20 jugadores de campo) y sin equipo filial.

Rivales directos

La Real, por último, puede encontrarse ante una oportunidad inmejorable para que el posible «efecto Moyes» se traduzca en una escalada en la clasificación, para intentar llegar al parón navideño en una situación más tranquila que la actual, que mantiene a los donostiarras anclados en puntos de descenso.

A excepción del Villarreal que, con algunas dudas, pero pugna por posiciones europeas, el equipo txuriurdin solo se enfrentará a rivales directos en esta recta final de año: Deportivo, Elche y Levante, que se sitúan por detrás -aunque con los mismos puntos que la Real-, y el Athletic, ahora mismo con tres puntos más y que llegará a Anoeta el 14 de diciembre.

La Copa, además -aunque los precedentes cercanos, excluyendo el año pasado, no son muy alentadores-, debería ofrecer más alegría que consumir gasolina, habida cuenta de que los donostiarras se enfrentan con un Oviedo de Segunda B.