Mikel INSAUSTI
Zinema kritikaria

¡Ocho novillos, ocho!

El hecho de que los cineastas tengan como oficio el contar mentiras, no quiere decir que esas mismas mentiras hayan de utilizarlas en la vida real para defender sus películas. Y mucho me temo que Pablo Berger y los productores de «Blancanieves» han traspasado esa raya que separa la realidad de la ficción, y por ello tendrán que asumir su responsabilidad.

Aquí no estamos para juzgar a nadie, pero voces autorizadas de la premiada película han mentido, y eso es muy grave en un asunto tan doloroso. Recuerdo declaraciones en las que dijeron que habían utilizado imágenes de archivo, y que durante el rodaje no se había maltratado, ni mucho menos matado, a ningún animal. Pero, visto lo visto, vamos a tener que empezar a poner en duda el rótulo que suele aparecer en los títulos de crédito finales y pensar que es un mero trámite legal.

El video presentado por la asociación Plataforma Estrategia Animalista, también conocida como LTNEC (La Torturas No Es Cultura), en su denuncia, demuestra que los días 27 y 28 de junio de 2011 se lidiaron 8 novillos en la Plaza de Toros de Aranjuez a puerta cerrada para el rodaje de «Blancanieves». Como se solía decir antiguamente, con mentiras no se va a ninguna parte.

Las imágenes coinciden con otras que se pueden observar en el montaje definitivo del largometraje y en el trailer. Las marcas en los toros que confirman que se trata de novillos de tres años están ahí, junto con el par de banderillas mal puestas o el ensañamiento del picador. Una vecina vio cómo se llevaban a los animales sacrificados en nombre del arte.