Jon ORMAZABAL
PELOTA | Final del Cuatro y Medio de Promoción

Mucho más que un gran físico

Iñaki Artola, con una velocidad más en el peloteo, no dio ninguna opción a Altuna III y se caló la txapela.

ALTUNA III 8

ARTOLA 22

La maña no tuvo nada que hacer con la fuerza en la final de Promoción más esperada en mucho tiempo e Iñaki Artola no dio ningún tipo de opción a su amigo Jokin Altuna, al que atropelló con la endiablada velocidad que le imprimió a la pelota. Más hecho, con un físico envidiable y con las ideas muy claras, el delantero de Alegia anuló por completo al artista de Amezketa y se caló su primera txapela y logró la oportunidad de jugar en primera el año que viene con más facilidad de lo esperado.

La superioridad en el peloteo del de Asegarce, comenzando desde el saque que, sin darle unos réditos enormes en tantos directos (3), sí que le dio la iniciativa de los tantos en todo momento, dejando sin argumentos al de Amezketa, que además apenas pudo sacar provecho a su material, cometiendo dos faltas de saque que terminaron de minar sus escasas opciones.

De todo modos, simplificar esta txapela a la superioridad física entre ambos finalistas, además de simplista, resultaría injusto con el campeón, que demostró otros muchos recursos, tanto técnicos como tácticos y mentales. La apertura al ancho del 8-15 de zurda, la forma de mover a su rival de lado a lado o los pelotazos paralelos a la pared izquierda, haciendo botar a la pelota entre el cuatro y la frontera con la falta demuestran que la potencia no tiene por qué estar reñida con la calidad y la técnica.

Roto desde el inicio

Sabedor de la importancia de comenzar por delante en el marcador por eso de la confianza y los nervios, el de Alegia arrancó muy enchufado, adelantándose 0-4. Reaccionó Altuna con una magnífica dejada en la primera oportunidad que le concedió su rival, pero no tuvo la consistencia necesaria para tomar el control del partido.

En cuanto Artola dejó de enredarse en el juego en corto y pudo mantener al amezketarra lejos del frontis, su camino hacia su primera gran txapela en profesionales se allanó de manera irrefutable.

Quizá hasta en exceso para el ambientazo que se vivió en el Atano III donostiarra. Y es que, al margen del nuevo txapeldun, lo vivido en la capital guipuzcoana fue la otra gran victoria de la tarde. En un ambiente de rivalidad pero muy sano -incluso hubo hasta alguna pancarta con el nombre de los dos pelotaris, anunciando la juerga que iban a hacer juntos-, la irrupción de estos dos jóvenes pelotaris de Tolosaldea ha insuflado un necesario aire fresco a los pelotazales del herrialde, que han recuperado la ilusión perdida en los últimos años.

Y al margen de lo ofrecido dentro de la cancha -con tiempo y paciencia seguro que Altuna también tendrá oportunidades de dar ese paso que ayer se le quedó lejos-, la personalidad de los dos finalistas de ayer también tuvo su gran relevancia a la hora de congregar una expectación inusitada en una final de Promoción, que venía pasando bastante inadvertida en los últimos años.

Detalles como el bertso que el campeón cantó en directo en los micrófonos de Euskadi Irratia, apenas un par de minutos después de bajarse del podio, agradeciendo el trabajo y el cariño que los técnicos de la pilota-eskola de Alegia, son los que terminan de explicar que la victoria de Artola va mucho más allá de sus condiciones físicas.