BETIS 1

ALAVÉS 2

Si el Alavés es conocido como El Glorioso, no cabe duda de que es por partidos como el que jugó ayer en el Benito Villamarín frente a un Betis aspirante a ascender a Primera División. Los albiazules disputaron uno de los mejores encuentros de esta temporada. A base de trabajo, esfuerzo y de recorrer una infinidad de kilómetros, los gasteiztarras desarbolaron por completo a un conjunto verdiblanco que incluso tuvo que escuchar silbidos por parte de sus siempre fieles seguidores. Y eso no lo consigue cualquier equipo.

La clave estuvo en la presión realizada por los delanteros del Alavés, Ion Vélez y Juli, quienes se lo pusieron muy complicado a la zaga bética, sobre todo a un reconvertido N'Diaye, que llegaba a la cita tras jugar con Senegal y que ayer no tuvo su mejor tarde. De hecho, en el primer error que tuvo, el Alavés a punto estuvo de anotar el primer gol.

Esa presión estuvo secundada por el centro del campo, con un buen Jagoba Beobide, y una defensa muy bien posicionada. Ante esta situación, al Betis no le quedaba otra que salir con rapidez, y cuando lo hizo, fue con mucho peligro, como la primera ocasión que tuvo Rubén Castro.

Sin embargo, esa acción pareció despertar al Alavés en ataque. Vélez a punto estuvo de marcar en el minuto 13 tras un buen robo de Toribio. Pero la puntería llegó tres minutos después. Juli obtuvo su premio al esfuerzo al cabecear a las redes de manera brillante un gran centro por la derecha de Toti.

Segunda parte

Los locales no se amilanaron y, tras un centro por la izquierda, un jugador gasteiztarra a punto estuvo de marcar en propia puerta. Sin embargo, la guinda llegó solo un minuto después. Y no podía ser de otra manera que con un soberbio golazo desde fuera del área. Su autor, un Raúl García que empalmó el balón de manera extraordinaria tras cesión de Vélez para marcar lejos de las manos del meta Adán.

Incluso pudo haber llegado el tercero antes del descanso, pero el propio Ion Vélez no supo aprovechar el garrafal error de N'Diaye al dar un pase en horizontal cerca del área para batir al meta local. Ni tampoco una llegada de Xabi Castillo, que remató alto tras recorrer unos cuantos metros por su banda. O la mala decisión de Raúl García en un contraataque.

La segunda parte comenzó de la misma manera que la primera, con la incesante presión alavesista sobre la zaga bética. Sin embargo, el colegiado señaló penalti en el minuto 53 por mano dentro del área. A Manu Fernández poco le faltó para detener el lanzamiento de Rubén Castro.

A partir de ese momento, el partido se volvió loco, para el disfrute de los espectadores, pero la victoria voló a Gasteiz.