Oihane LARRETXEA DONOSTIA
CONSECUENCIAS DE LA MILITARIZACIÓN

La Guardia Civil altera el tráfico y provoca dos accidentes en Gipuzkoa

La Guardia Civil efectuó en el mes de octubre 33 controles de tráfico en los tramos guipuzcoanos de la AP-1 y la AP-8. Más allá de la cifra, lo reseñable es el lugar elegido para algunos de ellos, ubicados en mitad de la vía, sin opción a ralentizar la velocidad con seguridad. Los dispositivos han generado problemas como retenciones, e incluso dos accidentes de tráfico. La Diputación de Gipuzkoa ha dado parte de todo lo sucedido a este cuerpo armado y a la Ertzaintza.

Guardia Civil
Guardia Civil

Entre el 4 de octubre y el 1 de noviembre, la Guardia Civil realizó 33 controles en los tramos guipuzcoanos de la AP-1 y AP-8. No obstante, el principal motivo que ha llevado a la Diputación de Gipuzkoa a ponerse en contacto con la Ertzaintza, autoridad policial en materia de Tráfico y Seguridad Vial en la CAV, así como con responsables de la Guardia Civil, ha sido otra cuestión añadida: la forma y el lugar en que se han llevado a cabo algunos de ellos. Según ha sabido este diario, varios controles que se han desplegado en el tronco de ambas vías y sin preaviso al usuario han generado situaciones de riesgo. E incluso dos accidentes de tráfico, concretamente el 20 de octubre y el 1 de noviembre.

Al recibir en esta redacción varias llamadas de ciudadanos dando cuenta de que agentes del cuerpo armado habían activado controles en plena autopista, es decir fuera de la zona de peaje y además sin señalización previa que pudiera facilitar una disminución en la velocidad de conducción, GARA se puso en contacto con el ente foral. Desde Diputación de Gipuzkoa, además de corroborar lo denunciado por varios conductores, confirman que se solicitó un informe que acreditara la fecha, la hora y el lugar exactos de los dispositivos.

Este documento, que refleja la peligrosidad de las situaciones generadas, ha sido enviado tanto a Lakua como a la Guardia Civil, exigiendo a este último cuerpo la utilización de vehículos con rotativos para la preseñalización, algo que desde el Departamento de Movilidad e Infraestructuras Viarias de Gipuzkoa subrayan como «absolutamente necesario».

El informe da parte de «un incremento significativo» de los controles tanto en la AP-1 como en la AP-8. La mayoría se han efectuado en las instalaciones de peaje, sin provocar «situaciones de riesgo importantes» al margen de las obvias molestias generadas y de otras incidencias en la dinámica de gestión de cobro. En la AP-8, por ejemplo, de los diecisiete controles efectuados entre las fechas antes citadas, diez de ellos se ejecutaron en el punto kilométrico 0,00 en dirección a Behobia, en el puente de Biriatu. Al tratarse de un tramo recto y sin túneles, en una zona en la que además el usuario asume la posibilidad de un control, la velocidad de circulación es descendente.

Pero al margen de los instalados en los peajes, las situaciones más comprometidas se generaron en el resto de los controles del tronco, en particular los ejecutados en la vía AP-1. El informe revela que «a pesar de que en algunos casos se hayan ubicado en puntos rectos y a cielo abierto, las retenciones han llegado a puntos donde la cola no cuenta con distancia de visibilidad de parada, pudiendo generarse alcances».

La situación se agravó cuando en algunos casos se llegó hasta el interior de los túneles, donde la seguridad vial resulta mucho más vulnerable.

Este fue el contexto en el que los pasados 20 de octubre y 1 de noviembre se produjeron sendos accidentes en la boca norte del túnel de Eitza y a la salida del túnel de Gurutzetxiki, respectivamente.

Según el informe, sobre el primer siniestro SOS Deiak avisó pasadas las 11.00. Su origen, según corroboró un coche de Conservación de Bidelan enviado por la Ertzaintza, fue un control de la Guardia Civil. Estas fuentes confirmaron, además, que había tres coches implicados y una persona herida, que fue atendida por una ambulancia desplazada al lugar.

El segundo accidente se registró pasadas las 18.00 del 1 de noviembre, en el punto kilométrico 103, sentido Eibar. En él se vieron implicados dos vehículos y no hubo heridos. A las 19.20 fue retirado el control de la Guardia Civil, y a las 20.00, los dos coches siniestrados.

Diputación pide soluciones

La Diputación de Gipuzkoa ha denunciado la peligrosidad de la situación, sobre todo en lo que respecta a la AP-1, ya que se trata de un tramo en el que se suceden viaductos y túneles y los coches circulan a 120 km/h. El riesgo resulta muy evidente.

En la carta enviada tanto a la Ertzaintza como a la Guardia Civil, alertan de que dispositivos de este tipo, en los que se corta un carril y se efectúa una verificación individualizada por turismo, merman la capacidad de la vía de forma considerable, generando en un tiempo muy corto una retención que avanza de forma muy rápida.

Si bien a día de hoy no se despliegan controles en el interior de los túneles, tal y como reconoce el Gobierno de Garitano, desde su Ejecutivo advierten que el tipo de maniobras registradas en el mes de octubre a cielo abierto sí generan retenciones reseñables cuyas consecuencias pueden extenderse al interior de algún túnel.

Por ello, desde la institución foral que dirige EH Bildu han solicitado buscar los «mecanismos» necesarios para evitar este tipo de situaciones. Instan a minimizar «el efecto sorpresa», -que creen puede haber sido intencionado-, al considerar que es lo primero a evitar en términos de seguridad vial. Consideran «fundamental» avisar al conductor sobre cualquier modificación en las condiciones de circulación de la vía, más si cabe en una carretera en la que se transita a 120 km/h.

Cruce de reproches entre Lakua, ErNE y Guardia Civil

Días después de que la titular del Departamento de Seguridad de Lakua, Estefanía Beltrán de Heredia, declarara que a la ciudadanía le molestan los numerosos controles «injustificados en muchas ocasiones» que desarrolla la Guardia Civil, desde el cuerpo armado han considerado las manifestaciones «producto de una clara campaña de marketing de acoso y derribo».

El sindicato Unión de Guardias Civiles argumenta que la consejera intenta «desviar» la atención de otros problemas de seguridad que a su parecer padece la ciudadanía de la CAV, «claramente evitables», mientras que «desde esa Consejería no se adoptan las medidas necesarias para su eliminación».

Por otro lado, desde el sindicato de la Ertzaintza ErNE a quien se señala es a Beltrán de Heredia. Se la achaca crear «un permanente estado policial» al establecer un mínimo de controles por turno de trabajo a los ertzainas.

EnNE reprocha a la consejera que denunciara «el exceso de controles policiales» realizados por otros cuerpos del Estado pero que después «actúe igual». GARA

Controles en los túneles, un asunto ya debatido

Las retenciones por controles en los túneles fue algo que la Diputación guipuzcoana ya abordó en 2012, en una reunión mantenida con la Guardia Civil, a raíz de un control efectuado a 150 metros de la boca del túnel de Izuzkitza, dirección Gasteiz. El dispositivo generó grandes atascos en el interior, donde quedaron retenidos, entre otros, vehículos pesados.

En aquel encuentro se recogieron en un acta las sugerencias transmitidas a los responsables del cuerpo armado por parte de la entonces directora de Explotación. El mando de la Guardia Civil admitió conocer las consecuencias y dijo que trasmitiría las restricciones para evitar hacerlos en túneles y viaductos. O.L.