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Varias movilizaciones exigen en la calle más acciones contra la violencia sexista

Instituciones y diferentes agentes se movilizaron ayer en el Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres en distintos lugares del país. Al margen de la sucesión de declaraciones conjuntas y concentraciones, desde el movimiento feminista se denunció que no se considere «un problema político de primer orden». «Menos palabras y más acciones», reivindicaron en Bilbo, donde recordaron las once denuncias diarias por violencia sexista en Euskal Herria.

Puertas de edificios oficiales, fábricas, plazas y calles, centros educativos y un sinfín de lugares fueron a lo largo de la jornada escenario de actos con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Al margen de la pose institucional y del marketing político que reviste anualmente cada una de las iniciativas, destacó el mensaje lanzado por los diferentes colectivos feministas en las movilizaciones que tuvieron lugar por la tarde en Baiona, Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea, además de otras localidades vascas, aunque fueron destacables también los actos y concentraciones organizados por la mañana por centrales sindicales y organizaciones estudiantiles.

Lo consideran «un problema político de primer orden» y critican que los partidos no sean ni siquiera capaces de obligar a dimitir a aquellos que, en sus propias filas, «hacen vergonzosas declaraciones sexistas». Pero las críticas las extendieron a las leyes en vigor, a la falta de recursos en distintos ámbitos y hasta a los medios de comunicación, a los que acusaron de reproducir «mensajes estereotipados, culpabilizadores, sensacionalistas y victimizadores sobre la violencia de género». Por todo ello, en la capital vizcaina apostaron por exigir «menos palabras y más acciones».

En Gasteiz, al término de la movilización, se recordaron las distintas aristas de la violencia machista, desde la prostituta a la emigrante pasando por la lesbiana, la mujer que es agredida por su esposo, el novio que acosa a su compañera a través de las redes sociales o quien sufrió la violencia extrema en su paso por el calabozo. Advirtieron que son realidades cotidianas que se dan en las calles y ante lo que las mujeres deben tomar conciencia para organizar redes de solidaridad para exigir respuestas a las instituciones. En definitiva, en cada una de las manifestaciones, se apostó por la autodefensa feminista y un feminismo combativo.

Tampoco faltó la referencia a unas leyes que no logran atajar una violencia sin fin, como se hizo en Iruñea. Desde la coordinadora feminista censuraron que algunas de las disposiciones recogidas en la ley foral de 2002 se incumplen y lamentaron también «el cambio ideológico e involución que está sufriendo todo lo relacionado con los procesos de violencia contra las mujeres».

A los representantes institucionales, que se habían reunido por la mañana en ese mismo escenario de la plaza del Castillo, les pidieron que pasen de efectuar declaraciones «políticamente correctas» a actuar. «Contra las agresiones sexistas no hay excusas, todas y todos debemos contribuir para sacar al ámbito público cualquier agresión contra las mujeres y las instituciones -remarcaron- no pueden escurrir el bulto, es su responsabilidad».

En muchas de las iniciativas se incidió en que los recortes están afectando muy negativamente a programas y proyectos que persiguen acabar con la violencia sexista.

JJGG de Gipuzkoa

En las Juntas Generales de Gipuzkoa no fue posible sacar adelante una enmienda transaccional que aludía a las «discriminaciones públicas contra las mujeres» que se viven en Hondarribia e Irun.