Joseba VIVANCO
Internacional

Sonrisas y lágrimas

Bielsa y Di Natale son la cara feliz; Wenger y Klopp la de la tristeza; las Ligas croata y griega, las del caos.

Michy Batshuayi nació en Bruselas, tiene 21 años, dicen que aprecia la franqueza y es un gran aficionado a la Play Station. Este verano llegó al Olympique de Marsella, procedente del Standard de Lieja, tras recibir la Bota de Ébano que le consagraba como el mejor jugador africano -o de ascendencia africana- en las tres divisiones nacionales belgas. El domingo, suyo fue el tercer gol que levantó de su nevera como un resorte a Marcelo Bielsa. Era el minuto 89. El argentino se fundió en un emotivo abrazo con su jugador Doria, que estaba en el banquillo, `impuesto' en su día por la directiva y que aún no ha debutado. Esa imagen describe el torbellino de emociones que es ahora mismo el club del sur de Francia. Recibía la visita de un buen Girondins de Burdeos, a cuatro puntos, comenzó perdiendo y acabó sumando una importante victoria por 3-1. Un 70% de posesión por momentos para los locales, el duelo lo ganó en una segunda mitad netamente ofensiva en la que el rosarino lanzó toda su caballería hacia la meta bordelesa.

El Stade Vélodrome -el «Velódromo», como lo llama el Loco- se ha colado en la lista de diez estadios europeos que presencia una media más alta de público por partido en lo que va de temporada. Batió su record de afluencia hace un mes en el partido ante el Toulouse, con unos 61.000 espectadores. Y es que la remodelación del estadio, los buenos resultados y la `locura' han espoleado a la ya de por sí fiel afición del Marsella.

El OM recupera el liderato que de manera momentánea le había arrebatado el PSG, y entre los dos parece que se jugarán esta Ligue 1. Un punto separa a ambos en la cabeza, seguidos del Lyon y el Saint-Etienne, dos equipos rivales que se verán las caras esta próxima jornada en uno de los derbis más calientes del fútbol francés, en dura competencia por la hegemonía del Ródano. Solo 50 kilómetros separan ese enconamiento, la misma distancia que se abre entre la ciudad obrera de Les Verts y la burguesa de Les Gones.

Donde no hubo clásico, el `derbi Eterno' -su rivalidad data desde la época en que existía el Reino de Yugoslavia-, fue en la Liga croata. El Dinamo de Zagred-Hajduk Split no se jugó después de la que la Policía retuviera en las afueras del estadio a unos 500 seguidores del que otrora fuera considerado `equipo de Tito', y los futbolistas decidieran no saltar al césped. Todo dentro del caos que reina en el fútbol del país balcánico.

Pero para crisis, la de la competición griega. Por segunda vez esta temporada la Liga se suspende. Primero fue por la muerte de un hincha, ahora se ha paralizado por completo y no se sabe cuándo se jugará de nuevo. Todo llega después de la agresión en plena calle por desconocidos al miembro de la Federación Griega que preside la comisión que designa colegiados, en un fútbol heleno salpicado de amaños de partidos. «El fútbol griego se hunde con un guión propio de novela de John Le Carré. Parece un episodio de ``House of cards'' versión griega, con episodios oscuros», escribe estos días Toni Padilla.

Milan-Inter, ¡qué decepción!

Oscuro fue el duelo entre Milan e Inter, entre Inzhagi -que ha desmentido un amorío con Barbara Berlusconi- y Mancini, tanto que el lunes ``La Gazzetta dello Sport'' titulaba ``Little Derby''. Errores, entregas al rival, poco fútbol... Sueñas que saltan al verde Rivera o Mazzola, o los Baresi, o los holandeses o alemanes, o Maldini o Ronaldo, o Kaka o Diego Milito. Pero no, te encuentras con la mediocridad. Empate a un gol que no contenta a ninguno. Ambos están con menos de 5 victorias cada uno, tras 12 jornadas de Serie A; no pasaba desde la temporada 1994-95. Lo único que consuela al maltrecho fútbol que vive Milán es que sus rivales, Napoli, Sampdoria, Lazio... trazan también una errática trayectoria.

Los partenopeos de Rafa Benítez, terceros en la tabla, desperdiciaron una ventaja de 2-0 y empataron 3-3 ante el brioso Cagliari del checo Zdenek Zeman, con lo que siguen poniéndoselo fácil a la Juventus -0-3 a la Lazio- y Roma, incluidos dos goles del joven francés Paul Pogba, una estrella ya asentada cuyo potencial asusta, aunque le quede mucho para igualar los 200 goles que con el de esta semana ha firmado a sus 37 años el incombustible Toto Di Natale en su Udinese, que le felicitó el lunes con una página de publicidad en la ``Gazzetta''.

Lo festejó -en su 400 partido en Serie A- con su típico `avioncito', y quizá su esposa Ylenia le siga reprochando que este jugador menudo, hogareño y de perfil bajo para la prensa deportiva, nunca le haya dedicado ninguno a su familia. El humilde napolitano, que aprendió el fútbol de la calle en los callejones del barrio Pomigliano d'Arco, entra en el selecto club goleador de Piola (274), Totti (237), Nordahl (225), Meazza y Altafini (216), y Baggio (205). Le queda mucho para esas cifras al juventino Carlos Tévez, el que fuera primer futbolista en Inglaterra en ganar un millón de libras al mes al fichar por el City, que anotó su noveno gol y va lanzado, lo mismo que el hispano-brasileño Diego Costa en la Premier.

Esta semana se cumplían 140 años del nacimiento de Charles William Miller, de sangre británica, considerado el `padre del fútbol brasileño'. Costa es el último fruto del fútbol del país en llegar a las Islas, siguiendo la estela que abriera Mirandinha, delantero por el que el Newcastle pagó 700.000 dólares y que formó pareja con el díscolo Paul Gascoigne de 1987 a 1989. Isaías Marques Soare fue el primer compatriota suyo en jugar la actual Premier. Ariete fornido apodado `O tanque', recaló en las filas del Coventry City en 1995 y apenas participó en diez partidos y anotó dos tantos.

La presencia brasileña en Inglaterra no ha dejado mucha huella: lo hizo Juninho en el Middlesbrough y lo puede hacer ahora Costa en un Chelsea en el que, gracias a su solitario gol, sigue en punta e invicto. «Sergio Ramos es un jugador fantástico, pero no es médico», le mandó de paso un recadito José Mourinho sobre su crítica a la falta de compromiso de su delantero.

Compromiso o no el de un Liverpool que no levanta cabeza. No es de extrañar que el clásico ``You'll Never Walk Alone'' sea ya la novena música más escuchada en los funerales. 3-1 cayó ante el Crystal Palace, Brendan Rodgers está en la cuerda floja y las casas de apuestas ya ponen precio a su cabeza. La ausencia de Luis Suárez y el lesionado Sturridge está siendo demoledora.

El que se reivindicó en esta jornada fue el United de Louis van Gaal que, pragmático, saca la cabeza, sube puestos y firma, con un equipo de circunstancias -Falcao ha empezado ya a entrenar-, un triunfo de campanillas en el Emirate Stadium, donde un hincha local fue detenido por arrojar vino al banquiillo rival. Ambos, Arsenal y United, llegaban fuera de los puestos europeos, con solo 8 triunfos entre ambos en 22 partidos. Al final, 1-2 -otro gol más de Wayney Rooney, el jugador que le ha marcado más goles a los Gunners en la historia de la Premier League-, y los Devils marcando ya la zona Champions.

Un Bayern más que solvente

No corren buenos tiempos para el gran Arsene Wenger, cuyo futuro en el Arsenal se cuestiona y mucho. «Llevo 18 años aquí y creo que siempre he demostrado aceptar bien las críticas. Dicho esto, tenemos dos máximas: la solidaridad entre toda la gente del club y el decirnos todo a la cara. ¿Si tomo las críticas como algo personal? No, es una opinión y debo respetarla, pero hay cosas que deben quedar dentro del club. Pienso que podemos hacer una buena temporada», respondió el alsaciano a las críticas del segundo máximo accionista del club londinense, Alisher Usmanov, quien le achacó no querer aprender de las experiencias adversas y haber estancado al equipo a nivel continental desde 2006.

El nombre de Jurgen Klopp suena en la agenda de los `cañoneros', aunque lo cierto es que nadie en Dortmund se hace a la idea de un Borussia sin Klopp. Y eso que la emisora de radio Deutsche Welle publicó un comentario en su web con el titular: «¡Despierta BVB!», tras un nuevo tropiezo de los renanos al empatar 2-2 ante el Paderborn y perder a Marco Reus para lo que queda de año tras sufrir una lesión en el tobillo. «¿Cuánta tanta mala suerte se puede tener?», lamentó el presidente del Dortmund Hans-Joachim Watzke. La buena noticia es que el club ha renegociado las condiciones de su patrocinio con Evonik, una de las empresas de productos químicos especializados más importantes del mundo, y recibirá 300 millones de euros.

El Bayern, que goleó 4-0, no es menos solvente: confirmó que ya pagó todo el crédito del estadio Allianz Arena, 15 años y medio antes de vencerse; además, en 2015 amplía aforo a 75.000. Todo por sus socios, los cuales han recibido la noticia de que el club quiere cambiar sus estatutos y allí donde dice «solo personas irreprochables pueden ser socios» poner «cualquiera puede». Quizá sea por aquello de los turbulentos tiempos que corren en la política, estamento con el que el Bayern hace migas. Ahí está Dieter Reiter, alcalde muniqués del SPD, «nuestro alcalde» como le llama cariñosamente Karl-Heinz Rummenigge.