Mission accomplished. Si bien en los últimos meses la relación entre Mario Fernández y el PNV se ha enfriado de manera notable, lo cierto es que el abogado metido a banquero ha sido el arquitecto de la fusión de las cajas de ahorros de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, y ha mantenido con mano de hierro el control de BBK y de Kutxabank, siempre bajo los parámetros impuestos desde la formacion jeltzale.

Sin embargo, su fuerte carácter -«no vale para disimular», cuentan quienes le conocen bien- le ha llevado a dimitir tras algunos desencuentros de carácter público.

Fernández, que pasa por ser uno de los principales expertos en Derecho Mercantil del Estado, dirigió los servicios jurídicos del BBVA, entidad que abandonó en 2002 para volver a ejercer la abogacía en el bufete Uría y Menéndez. Ese mismo año estuvo envuelto en el escándalo de las cuentas secretas del BBVA, y la Fiscalía Anticorrupción llegó a solicitar su imputación en este caso, pero el juez Baltasar Garzón rehusó hacerlo y no fue juzgado.

Se afilió al PNV en 1980 y fue una de las personas de confianza de Carlos Garaikoetxea, bajo cuyo mandato ostentó el cargo de vicelehendakari y de consejero de Trabajo en el primer Ejecutivo autonómico tras el franquismo. En 1987 abandonó el PNV y encabezó las listas de EA al Ayuntamiento de Bilbo, donde ejerció de portavoz. También fue juntero por el mismo partido.

En 2009 fue «fichado» para sustituir a Xabier Irala en BBK y llevar a cabo la fusión.