ATHLETIC - BATE BORISOV

Ayer se cumplieron 15 años de aquel gol de Julen Guerrero ante el Galatasaray turco de Gica Hari en la vieja Catedral, el último en la Champions League hasta esta temporada. Fue una noche pluviosa, en un estadio a medio llenar porque no había nada en juego más allá de la victoria. El capitán rojiblanco robaba un balón en la frontal del área rival para batir al brasileño Taffarel, campeón del mundo con la Canarinha en 1994. Mucho ha vuelto a llover desde entonces y el Athletic se encuentra hoy, 15 años y un día después, en parecida tesitura, sin jugarse nada en la máxima competición pero sí la pedrea de la Europa League, un billete de consolación que a nadie le amarga, sobre todo porque permitiría seguir soñando con Europa. Y todo pasa por no perder, o mejor, todo pasa por ganar esta noche, porque los de Ernesto Valverde no solo tienen la imperiosa obligación de estar en el bombo del próximo lunes en Nyon sino de hacerlo de una manera solvente.

El técnico rojiblanco compareció en sala de prensa minutos antes del entrenamiento vespertino de los suyos en Lezama. Fiel a su habitual discurso, avisó de que el equipo bielorruso no es tan frágil como pudieran hacer pensar las goleadas ante el Porto o Shakhtar y el partido de ida en Borisov aun escuece. «No quiero que pensemos que puede ser fácil, porque tenemos especialmente problemas contra equipos que están por debajo de nosotros en la clasificación», reconoció. «Tenemos que meterle al partido mucha intensidad, hacer valer nuestro juego y hacer valer nuestro estadio», sintetizó las claves para la victoria, porque respecto a la validez del empate, ésta lo será cuando «toque mirar al marcador, solo cuando falten cinco o tres minutos, no antes».

Hasta ahí todo correcto, lógico, cauto su discurso. Pero él, sus jugadores y por extensión el aficionado, espera que hoy se dé una cara bien diferente a la del sábado pasado. Porque todos esperan más: él de los suyos, los suyos de ellos mismos y desde fuera de todos ellos. Y en este punto llegó lo más novedoso de la comparecencia. Ernesto Valverde exteriorizó la propuesta futbolística que espera de su equipo. «Nos tenemos que parecer más al estilo de siempre del Athletic. Tenemos que diferenciar entre combinar para avanzar y pasarnos el balón para no hacerlo, porque esto último crea riesgos. El balón tiene que ir hacia adelante, donde nuestro mayor beneficio lo sacamos al llegar a zonas de centro», inició su exposición. «A veces jugamos demasiado.... Con demasiados toques y tenemos pérdidas en medio campo que nos están costando caras, demasiado».

Txingurri echa en falta una mayor «continuidad» en el juego ofensivo de los suyos. Sucedió ante el Córdoba, unos buenos primeros minutos que acabaron diluyéndose para caer en ese juego anodino, horizontal, de pases a ningún lado que no le gustan nada. «Si dominas y no haces daño, algo falla. La combinación tiene que servir para atacar, no es un fin en sí misma, sino que tiene que ser para atacar. El fin es el gol, no tiene sentido combinar para no atacar. Hace falta más contundencia ofensiva», enfatizó. Y ahí exige más de sus hombres de ataque. El primero, de Muniain, al que aleccionó en solitario en el entrenamiento del lunes. «Hablé con él para corregir cosas que pueden venir mejor y sí -respondió a la pregunta sobre el navarro- creo que nos puede dar más de lo que nos da, y él lo sabe. Es un jugador del que esperamos mucho, y más desde el punto de vista ofensivo», le reclamó. Recuperar a aquel hambriento y veloz Muniain que ganó la partida a su amigo De Gea en Old Trafford para firmar el histórico y definitivo 2-3.

Y lo mismo que vale para el de la Txantrea vale para otros. «Espero más de nuestros jugadores de ataque. Markel estuvo bien, Ibai puede dar más, Viguera en Alcoi de la nada hizo un gol... Esperamos que sean capaces de generar más situaciones de gol, porque somos un equipo que arriesgamos y al final ese riesgo lo tenemos que ver recompensado con encontrar la portería rival», concluyó su exposición. Baste un dato: el Athletic ha rematado en esta Champions 52 veces; el BATE, su rival hoy, 57.

Peor marca goleadora

Una declaración de intenciones que no es nueva en el ideario de Valverde. En mitad del desolador arranque de campaña, el técnico dejó claros los objetivos en el juego: «Hay que recuperar las virtudes del equipo: intensidad, presión arriba, ilusión por ganar y jugar muy rápido hacia adelante».

Sus palabras ayer inevitablemente nos hicieron recordar mucho a ese Athletic de Bielsa eminentemente ofensivo, veloz en las transiciones, presto para la presión tras pérdida de balón, expuesto al riesgo, y como el actual, falto de gol muchas veces en relación a las numerosas ocasiones de que disponía. Hoy, sin ir más lejos, el Marsella del Loco, líder de la Ligue 1, es el más rematador de las cinco principales ligas europeas. ¿Nos suena?

A este Athletic le está faltando verticalidad, ocasiones y gol. Las peores marcas goleadoras del Athletic en su historia al llegar a la 14ª jornada fueron 10 goles en la 84-85, 12 en la 91-92 y 12 en la 2014-15. No es de estrañar que a Valverde le preocupe la escasez anotadora, pero precedida de esa pérdida de profundidad y rápida transición en ataque.

Laporte quiere dar buena imagen

Una vanguardia en la que al final estará su principal reclamo, Aduriz, que ha superado la última prueba de ayer, todo lo contrario que Beñat, que es baja como se preveía por problemas musculares. Ausencia que se suma a las de Gurpegi, por sanción, y Etxeita por lesión. Guillermo sí entró en la lista para hoy aunque anda renqueante, lo mismo que Iraola, convocado, pero que «no está al cien por cien» en palabras de Valverde. No es de la partida el debutante Williams.

Uno de los que se perfila seguro en el once es Laporte. Al de Agen ayer le tocó lidiar en sala de prensa, donde se les escapó hasta un expresivo «¡joder!» ante el micrófono después de adelantarse a la traducción al ruso por enésima vez, y para regocijo de incluso Valverde.

El defensor francés dejó claro que «un empate nos vale, pero lo que queremos es ganar, dar buena imagen y seguir luchando por un trofeo». Y es que Laporte reconoce que «cuando pierdes -como sucedió no solo en Borisov sino hace unos días ante el Córdoba- no estás satisfecho. Es verdad que no hay satisfacción, más cuando la victoria era alcanzable. Llevamos dos partidos complicados y queremos volver a ganar y encontrar las buenas sensaciones. Dar a la afición lo que se merece».

El jugador se encuentra bien, aclaró, tanto física como mentalmente, a pesar de que el lunes se ejercitara al margen parte del entrenamiento. Tiene ganas como sus compañeros de una buena actuación. ¿Si hay rabia por cómo les fue en la ida? Laporte contestó que «lo que queremos es ganar un partido que es de Champions y muy importante. Esperamos de nosotros, no de ellos», señaló con respecto a qué BATE esperan. El Athletic se juega mucho hoy. No solo Europa, sino buena parte de su devenir esta temporada.