R.S. IRUÑEA

La imputación a un pastor vuelve a abrir el debate de la seguridad en el encierro

La imputación a un pastor del encierro de Iruñea por romper la nariz de un varazo a un corredor que tenía un comportamiento inadecuado reabre la cuestión que no cerró la polémica ordenanza.

En Iruñea ayer pocos se abstuvieron de comentar la noticia sorprendente del día: un pastor del encierro ha sido imputado judicialmente tras la denuncia de un joven corredor valenciano. Y es que el varazo propinado por uno de los pastores en la carrera del 12 de julio del pasado año, en el ruedo de la Plaza de Toros, le provocó una fractura nasal.

El malestar en el colectivo de pastores -en torno a una docena de personas- es evidente, aunque no se han manifestado públicamente por el momento. Y empeoraría si el asunto acabara en condena.

El sumario ha sido reabierto después de que en primera instancia se hubiera archivado la denuncia del mozo, por lo que ni siquiera había trascendido públicamente. La Fiscalía defendió que el caso siguiera investigándose.

Las imágenes dejan claro que el comportamiento del joven ante el toro de Fuente Ymbro no era adecuado, ya que corría por detrás citándolo y llegó a tocarlo, acciones prohibidas en la ordenanza municipal del encierro. En esas situaciones, en Iruñea resulta habitual que los pastores utilicen contra los mozos las varas destinadas inicialmente a azuzar a los toros para que sigan su carrera hacia adelante sin revolverse.

La situación resulta inédita y compleja. Si llegara hasta juicio y condena, lo normal en casos con esta consecuencia es que las penas oscilen entre uno y dos años de cárcel. Pero obviamente se trata de supuestos en que se ha producido una pelea y existe voluntariedad de daño. En cambio, el pastor solo trataba de evitar un daño mayor en caso de que el toro se volviera hacia atrás por la acción del corredor.

De momento, el pastor tendrá que declarar el 19 de enero como imputado, y habrá que ver luego qué desarrollo tiene el asunto. Pero la consecuencia colateral es que la cuestión -imposible- de garantizar la seguridad en el encierro vuelve a quedar en entredicho, y con ella la ordenanza sancionadora aprobada por el Ayuntamiento el pasado año para castigar comportamientos de corredores. Ahora queda de relieve que no existe regulación alguna sobre qué deben hacer los pastores o, por ejemplo, los dobladores.

UPN se aprovecha

Mientras el litigio judicial se resuelve, el caso llegó incluso a la arena política. UPN trató de utilizarlo políticamente contra la oposición, aprovechando un comentario del parlamentario de Geroa Bai Patxi Leuza. En Twitter, este dijo sentirse «alegre» por la imputación, porque «contribuirá a no dar esa sensación de que en la calle manda un tipo con una vara».

El grupo municipal de UPN en Iruñea se apresuró a exigir una rectificación a Leuza (lo que hizo horas después el parlamentario), porque «son un insulto a todo un colectivo que arriesga su vida para evitar que otros la pierdan y una falta de respeto para toda Pamplona y sus tradiciones».

«Estamos acostumbrados a que estos partidos nacionalistas critiquen o ataquen nuestras tradiciones», añadió UPN.