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Las FARC decretan un alto el fuego «indefinido» con miras a lograr un armisticio

Las FARC-EP decretaron ayer un alto el fuego por «tiempo indefinido» que desearon «se transforme en armisticio». Para ello pidieron una verificación de la Unasur, la CELAC, el Comité Internacional de la Cruz Roja o del Frente Amplio por la Paz.

El Secretariado de las FARC-EP anunció ayer un alto el fuego con carácter «indefinido», que entrará en vigor a las 00.01 horas del 20 de diciembre «si para la fecha se cuenta con la disposición de verificación» por parte de Unasur, la CELAC, el Comité Internacional de la Cruz Roja o del Frente Amplio por la Paz.

En un comunicado leído en La Habana, el jefe de la delegación de paz de la guerrilla, Iván Márquez, expresó el deseo de que este alto el fuego se «prolongue en el tiempo y se transforme en un armisticio».

Advirtió que lo darán por terminado si «se constata que nuestras estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública. Es nuestro anhelo que el pueblo soberano asuma también y de manera protagónica esta verificación, dado que con ella se busca el beneficio de la patria lacerada y un homenaje a las víctimas de ayer y de hoy».

Criticó duramente al presidente, Juan Manuel Santos, por haber mostrado «una vez más su regocijo por la muerte de algunos de nuestros compañeros de armas y de ideas el domingo pasado». «La guerra no puede ser motivo de gozo sino de pena, así se den resultados que puedan beneficiar episódica y transitoriamente a alguna de las partes. El respeto a los caídos es un principio universal de humanidad sin consideración del bando que ellos representen. No más circo, no más exhibicionismo de fuerza incontrolada, no más cobro de facturas con el sacrificio de vidas ajenas», exigió.

«Queremos superar los episodios inútiles de sangre. Estamos dispuestos a convocar en La Habana a todas las organizaciones colombianas sin ánimo de lucro, amigas del proceso de paz, para rendirles un informe sobre la iniciativa acá presentada y con el propósito de invitarlas a que respalden esta iniciativa por la paz de Colombia», manifestó Márquez.

Recordó a las «víctimas de la inescrupulosa violencia partidista, las víctimas de los `cortes de franela', de la primera generación de paramilitares de las décadas de los cincuenta y los sesenta, de la dictadura militar de ingrato recuerdo, de la injerencia extranjera tolerada por gobiernos bipartidistas, a las víctimas de las desapariciones forzadas, del desplazamiento y las ejecuciones extrajudiciales».

«A las víctimas que nosotros en defensa de altas miras hubiéramos podido provocar por error; a las víctimas de los hombres de Estado y de la fuerza pública; a las víctimas militantes de la Unión Patriótica; a las producidas por la nueva generación de paramilitares en connivencia con agentes de las diversas armas oficiales. A las de los hornos crematorios, las masacres y las motosierras, y las que reposan en la tumbas N.N; y a las que nunca fueron registradas; y a las víctimas de la miseria y el hambre, de la desigualdad y, en general, aquellas víctimas que somos todos los colombianos a manos del más grande y más funesto de todos los victimarios: el Estado», exclamó Márquez.

Este anuncio sin precedentes por parte de la guerrilla cierra un ciclo de conversaciones marcado por la visita de seis mujeres expertas en cuestiones de género y por el encuentro con la quinta y última delegación de víctimas, que pidieron un cese bilateral de las hostilidades porque la guerra debe terminar lo antes posible». Expresaron la necesidad de promover «un cambio de mentalidad basado en una pedagogía de paz con justicia social» que involucre a todos los colombianos, incluso a los escépticos con el proceso, y se comprometieron a «impulsar y apoyar» la refrendación de los acuerdos, así como a aportar con sus testimonios a la «reconstrucción de la memoria histórica». «Necesitamos una verdad histórica sobre causas y responsables de esta guerra para encontrar caminos que permitan la reconciliación y la no repetición», señalaron.

Antes de que se conociera este alto el fuego indefinido el jefe negociador del Gobierno, Humecto de la Calle, remarcó que «el proceso debe entrar en la recta final».