La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, compareció ayer en el Parlamento y siguió ofreciendo datos contradictorios en torno al socavón abierto sobre el túnel del TAV en Hernialde.

En una respuesta remitida al Parlamento el 18 de noviembre, afirmaba que el desprendimiento se produjo «durante la noche del 15 al 16 de octubre». Ayer reconoció que el 6 de octubre se observaron en el túnel «cantidades moderadas de arcilla y un hundimiento en superficie», resistiéndose a hablar de desprendimiento. Pero en un documento de inspección anexo a la respuesta del 18 de noviembre, se describía lo ocurrido como «un desprendimiento que ha afectado a la zona derecha del frente así como al hombro derecho con la salida de materiales de relleno».

Por otra parte, como ejemplo de eficacia, la consejera Ana Oregi aseguró ayer que el 13 de noviembre («un mes y una semana después del desprendimiento» ) se llegó a un acuerdo con el propietario del terreno donde se ha producido el cráter. Sin embargo, en un escrito remitido al Parlamento el 3 de diciembre, decía que la última reunión había sido el 6 de noviembre, al que seguían contactos telefónicos. Sobre si se había realizado alguna oferta de reparación, en el escrito de diciembre respondió que «se están manteniendo contactos con el propietario y se mantendrán antes de realizar la reparación completa de los daños causados».

Ana Oregi anunció ayer que los trabajos de reparación del agujero han comenzado esta misma semana y espera que estén acabados antes de abril del próximo año. El presupuesto de momento es ya de 3,1 millones de euros.

EH Bildu cuestionó los estudios geotécnicos que se hacen, cuando luego en todos los tramos hay que efectuar modificados que encarecen la obra. Oregi respondió que esos estudios obedecen a los parámetros que se solicitan, por lo que no cabe exigirles responsabilidades. En todo caso, señaló que el mejor estudio es la construcción del propio túnel y es cuando surgen los imprevistos.