EEUU advierte de que no levantará el bloqueo a Cuba rápidamente

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dejó claro ayer que el levantamiento del bloqueo sobre Cuba no va a producirse rápidamente, aunque reconoció que «a fin de cuentas, tenemos que levantar el embargo» sobre la isla. Obama insistió en confiar en un «sano debate» en un Congreso dominado por los republicanos que ya han expresado su rechazo a las medidas anunciadas el miércoles.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfrió ayer las expectativas de un rápido cambio en el bloqueo que Washington mantiene sobre Cuba, así como en la normalización de las relaciones entre ambos países que se habían levantado con el anuncio de la víspera.

En la rueda de prensa previa a las vacaciones navideñas, Obama reconoció que «a fin de cuentas tenemos que levantar el embargo sobre Cuba» y, preguntado por los obstáculos que va a encontrar en un Congreso dominado por los republicanos, dijo que espera «un debate sano». Pero matizó que «no preveo que esto vaya a suceder de inmediato».

«No podemos levantar el embargo de forma unilateral. Esto se especifica en la ley. Habrá todo un proceso en el que el Congreso va a digerir esto. Hay un apoyo bipartidista para nuestro nuevo enfoque, pero también hay críticos de ambos lados», advirtió.

Los republicanos, que controlarán en enero ambas cámaras del Congreso ya han advertido: «Este Congreso no levantará el embargo», dijo el jueves Marco Rubio, senador de Florida que arremetió contra «la legitimidad diplomática y dólares concedida al régimen de Castro por el anuncio del presidente Obama».

Con todo, Obama volvió a reconocer que la política de aislamiento no ha funcionado durante 53 años. «Lo que tengo muy claro es que si has hecho lo mismo durante 50 años y no ha cambiado nada, es momento de intentar algo diferente», señaló, repitiendo una justificación que ya dio el miércoles en su histórico discurso a la nación. El acuerdo fue anunciado simultáneamente por Obama y Raúl Castro, y contempla la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses.

Asimismo, incluye la flexibilización de las restricciones a los viajes y el comercio entre EEUU y Cuba, y a las remesas que reciben los cubanos desde territorio estadounidense.

Relaciones para influir

Obama dejó claro el objetivo de Washington con el cambio de postura. «Normalizar relaciones nos da una mayor oportunidad para influir en el cambio», como lo hace Estados Unidos en otros países donde cuenta con embajadas, pero subrayó que no espera «cambios de la noche a la mañana» en la isla.

Sin embargo, en su opinión: «El cambio va a llegar a Cuba, tiene que llegar», y acusó al Gobierno cubano de «reprimir a su pueblo».

Por otro lado, señaló que en la conversación con Raúl Castro no se habló de Fidel, excepto para bromear sobre la extensión de la intervención telefónica de Obama. El presidente cubano le disculpó diciendo que no había batido el récord de su hermano.

Venezuela estudia medidas para responder a las sanciones

El ministro de Exteriores de Venezuela, Rafael Ramírez, advirtió ayer de que el Gobierno de Nicolás Maduro se reserva el derecho a aplicar todo tipo de medidas, incluso ante organización internacionales, en respuesta a las sanciones de Estados Unidos. Ramírez consideró que las sanciones son un castigo por enarbolar la bandera del socialismo, no solo en el ámbito nacional, sino sobre todo en el regional. Obama firmó el jueves «la Ley de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela, que impone sanciones a personas que considera responsables de violaciones de derechos humanos. Los destinatarios de las medidas punitivas, que incluyen la congelación de activos y la prohibición para emitir visados, tendrán que ser designados individualmente. El propio Nicolás Maduro afirmó que Obama ha dado «un paso en falso» en contra de su país al firmar las sanciones «a pesar del rechazo nacional y continental».

Obama las autorizó un día después de que anunciara el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. «Esta es una política que está condenada al fracaso, esperemos que no pasen 53 años, como tuvieron que pasar para que Obama reconociera que fue un fracaso su política hacia Cuba» dijo Ramírez. El canciller aseguró que las sanciones no causarán «ningún daño» al país, pero alertó de que suponen «un cheque en blanco, un incentivo a los grupos que dentro de Venezuela están al margen de la ley». A su juicio, buscan «promover la acción del fascismo» y no tienen nada que ver con derechos humanos. Además, denunció las medidas adoptadas por Washington para limitar el acceso de Venezuela a un armamento moderno, lo que ha obligado al país a «virar hacia Rusia». GARA