Mikel INSAUSTI
CRíTICA: «Nacido en Gaza»

Las víctimas inocentes de los genocidas ataques israelíes

Estamos inmunizados contra las imágenes de horror bélico que vemos en las noticias televisivas, porque pasan muy rápido y no dejan tiempo material para ser asimiladas. Por eso mismo uno nunca está suficientemente preparado para enfrentarse con un documental tan aterrador como «Nacido en Gaza», de visión obligada aunque no te vaya a dejar conciliar el sueño durante una buena temporada. Sin perder el sentido del reportaje de urgencia, ya que recoge la ofensiva israelí sobre Gaza en los meses de julio y agosto de este verano, añade una posterior visita a los lugares bombardeados tres meses después. El poso amargo que deja, más allá del impacto inicial, se debe a que Hernán Zin ralentiza la imagen para que la fuerte impresión de las vivencias recogidas por la cámara perduren.

Las guerras son atroces, pero la posguerra suele ser todavía peor. La película se podría haber llamado también «Sobrevivir en Gaza», porque reúne los testimonios de diez menores que han sobrevivido a los bombardeos y ataques indiscriminados del genocida Ejército de Israel. Sus sobrecogedores relatos están llenos de verdades que duelen como puños, apoyados por datos estadísticos y terribles grabaciones de las matanzas.

Llega un momento de total repulsa, en que ya no se sabe si lo que abruman son las cifras negativas que aparecen en los rótulos, los vídeos de violencia irracional o las palabras sangrantes de esas cuatro niñas y esos seis niños traumatizados. De los 1.475 civiles masacrados 507 eran menores, y quedan más de 3.000 criaturas gravemente heridas con secuelas físicas y síquicas insuperables, porque en Gaza no hay medios médicos para su adecuado tratamiento.

El panorama es insoportablemente desolador, sobre todo cuando Hamada, Mohamed, Malak, Mahmud, Bisan, Motasem, Sondos, Udai, Rajaf y Haia miran a la cámara con tristeza y se preguntan por su futuro. El suyo es un grito desesperado de socorro, porque carecen de lo más elemental bajo el inhumano bloqueo, rodeados de los fantasmas de sus muertos en medio de las ruinas.