Marc Bassets
EL PAÍS, 2014/12/18
HEMEROTEKA

La audacia del `pato cojo'

El deshielo entre Washington y La Habana rubrica uno de los meses más fructíferos del demócrata Barack Obama desde que llegó a la Casa Blanca en 2009. Contra muchos pronósticos, la derrota del Partido Demócrata en las elecciones legislativas del 4 de noviembre no lo convirtió en un pato cojo, el término que en la jerga de Washington designa al presidente que, en su última etapa, pierde influencia y capacidad de maniobra. En política de inmigración, en el cambio climático y ahora con Cuba, las decisiones del presidente revelan que su audacia sigue intacta. El legado no está escrito.

(...) El restablecimiento de las relaciones diplomáticas, interrumpidas hace 53 años, es una de aquellas decisiones que definen el lugar de un presidente en los libros de historia, como los acuerdos de Camp David con Jimmy Carter o el acercamiento a China de Richard Nixon.

(...) Quizá, como decía The Washington Post el fin de semana, Obama ha tenido «el peor año en Washington». Pero no un mal mes. Las turbulencias en la Rusia de Vladímir Putin le sirven para reivindicar la efectividad de las sanciones en respuesta a las incursiones rusas en Ucrania. Y las negociaciones con Irán -impulsadas bajo el mismo principio que las de Cuba: hay que hablar con el enemigo- siguen abiertas. Parafraseando la frase atribuida a Mark Twain, las noticias sobre la muerte (política) de Obama eran exageradas.