LEVANTE 1

REAL SOCIEDAD 1

La Real no pudo romper su racha negativa lejos de Anoeta al encajar un gol de penalti riguroso en el minuto 92 que dejó sin el máximo premio el marcado por Canales en la única oportunidad que tuvieron los blanquiazules en todo el encuentro.

Ese penalti hizo justicia a lo que fue el partido porque ningún equipo mereció ganar, pero fue injusto en su señalización. La Real defendió bien la ventaja que consiguió en el inicio del segundo tiempo y cuando acariciaba la victoria llegó una jugada en la que Carlos Martínez se equivocó al ir con el brazo levantado a una disputa dentro del área. El balón golpeó en su mano de manera involuntaria, pero también sufrió falta de David Navarro, que metió el brazo a la altura del cuello del lateral navarro en un forcejeo previo a la mano sancionada.

Como ya un minuto antes Latre Santiago había dejado sin sancionar una mano de Ansotegi porque el brazo del central estaba pegado al cuerpo, el árbitro señaló la pena máxima.

Una jugada que aumentó a diez las salidas de Liga sin ganar de la Real desde que lo hiciera en el Benito Villamarín el 26 de abril y que aumenta su maldición en el Ciutat de Valencia, donde es el equipo que suma más partidos de Primera sin ganar, con cinco derrotas y dos empates. Y eso que la Real jugó a lo Levante y casi le vale para lograr su primera victoria en su campo más desagradable.

Nada de nada

Si ya es desaconsejable ver un partido de fútbol del Levante, cuando su rival le imita sucede lo que ayer en el Ciutat de Valencia, sobre todo en el primer tiempo, que fue un atentado a la esencia del fútbol, la búsqueda del gol y del espectáculo. Ninguno de los dos equipos llegó al área rival con la más mínima sensación de peligro. Una falta lanzada por Canales que golpeó en la barrera y salió a corner muy desviada fue todo el balance ofensivo en 45 minutos.

Los dos equipos primaron el orden defensivo y la nula asunción de riesgos por encima de cualquier otro criterio y cuando perdían el balón y tenían miedo de quedar descolocados cometían una falta para parar el juego y recuperar sus posiciones defensivas inmediatamente.

Tanto Real como Levante jugaban con las líneas muy juntas cuando no tenían el balón y abusaban del juego directo en las transiciones para no tener pérdidas que pudieran aprovechar sus rivales. Nunca se buscaba una jugada elaborada por el centro con la participación de los cuatro medios centros, que casi siempre eran meros espectadores de un juego directo en el que los defensores se imponían siempre a los atacantes.

Un gol que cambia el partido

El partido cambió en el inicio del segundo tiempo al aprovechar Sergio Canales con su pierna mala un error en el despeje de Vyntra tras un centro de Xabi Prieto desde la banda derecha.

El gol dio a la Real argumentos para seguir en la línea de partido que llevaba y obligó al Levante a buscar la portería de Rulli. Así Víctor respondió inmediatamente con un balón que salió fuera por poco y al cuarto de hora Barral cabeceó al larguero en una situación inmejorable dentro del área sin oposición en una jugada en la que Iñigo Martínez quiso dejarle en fuera de juego y De la Bella, mal colocado, le habilitó.

El Levante adelantó líneas en la búsqueda del empate y Moyes respondió con la entrada de Pardo para dar a su equipo más control del juego y del balón. El riojano respondió mejor que en anteriores encuentros y dio un buen pase a Xabi Prieto que Latre Santiago desbarató con un fuera de juego inexistente cuando la Real tenía una clara opción de sentenciar el encuentro.

No lo hizo, tampoco creó ninguna jugada más para conseguirlo, y se encomendó a su trabajo defensivo, en el que destacó la actuación de los dos centrales. Jon Ansotegi e Iñigo Martínez respondieron al juego directo del Levante, pero la Real no es un equipo fiable cuando se encierra en su área a defender resultados.

Sin embargo el Levante no creaba ocasiones de gol y el empate llegó en una jugada en la que Latre Santiago prefirió pitar penalti de Carlos Martínez que falta de David Navarro en el forcejeo entre ambos y eso impidió a la Real cerrar bien el año.