Belén MARTÍNEZ
Analista social
AZKEN PUNTUA

Acrónimos del capitalismo

Tras la crisis estructural de 1929, el modelo fordista de acumulación precisaba de una institución que restituyera la capacidad de consumo de las personas asalariadas. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, se despliega el Estado del Bienestar y se institucionalizan los sindicatos, la negociación colectiva y la huelga, para que la ruina y el empeoramiento de las condiciones de vida no resultaran inexorables. Al dictado del poema de Baudelaire «¡Acabemos con los pobres!», surgen el FMI y el BM.

En los años 70 se impuso la doctrina económica de los Chicago Boys. A partir de los años 80, el FMI endureció las condiciones de sus préstamos con «ajustes estructurales», explotando la mano de obra y el medio ambiente y generando una espiral de endeudamiento y miseria. Bophal y Rana Plaza son metáforas crueles de ese terrorismo capitalista. Bajo sus escombros, yace enterrada la consigna del Che: «Crear dos, tres... muchos Viet-Nam».

En 1997, Jack Lang, refiriéndose al Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI), declaraba: «Ignoramos quién negocia qué en nombre de quién». La prosperidad que prometían era alienación disfrazada. Al año siguiente, gracias a la movilización popular, se suspenden las negociaciones secretas llevadas durante tres años por los países de la OCDE.

Opacidad también en el proceso de negociación del TTIP, la peor amenaza que se puede infligir a la humanidad y al planeta. No esperemos a que ocurra un milagro. No sucederá. Vendrá el verdugo para darnos el tiro de gracia. Un deseo para 2015: no olvidemos que la lucha por la Justicia es una lucha que da sentido a lo que somos y a lo que hacemos.