Beñat ZALDUA BARCELONA
EL PROCESO SOBERANISTA CATALÁN

Mas, el Govern y el 9N, a un paso del banquillo de los acusados

El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya admitió ayer a trámite las querellas que acusan al president y a dos miembros del Govern de desobediencia por el 9N. Entre ellas consta la polémica querella de la Fiscalía. Las muestras de apoyo a los querellados y al 9N, en forma de autoinculpaciones, empezaron ayer mismo.

La judicialización del proceso independentista catalán sigue adelante. En lo que era visto prácticamente como un trámite, el pleno del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya decidió ayer admitir a trámite todas las querellas que achacan un delito de desobediencia al president, Artur Mas, a la vicepresidenta, Joana Ortega, y a la consellera de Educación, Irene Rigau. El crimen: haber organizado y asumido la responsabilidad del proceso participativo del pasado 9 de noviembre.

Entre las querellas admitidas a trámite, por lo tanto, está la impuesta por la Fiscalía General del Estado bajo presión del Gobierno español, un episodio que puso la puntilla a la deteriorada relación entre el PP y el Fiscal General Eduardo Torres-Dulce, quién la semana pasada presentó su dimisión. Además de la desobediencia, esta querella trata de imputar a los tres representantes políticos los delitos de prevaricación, usurpación de funciones y malversación de fondos públicos. Por contra, el TSJC rechazo el resto de querellas y denuncias que implicaban, por ejemplo, a los miembros de la Mesa del Parlament.

Lo que sí acordó el TSJC es reunir todas las denuncias en un único procedimiento, lo que hace que la instrucción del caso recaiga en el juez Joan Manel Abril, que fue el magistrado que recibió la primera querella contra el 9N, interpuesta por la organización ultra Manos Limpias. Será él quien decida, a principios de año, sobre la imputación o no de Mas, Ortega y Rigau, que a día de hoy ni siquiera están llamados a declarar -aunque les tocará hacerlo durante la instrucción-.

No por previsible la noticia dejó de generar reacciones de forma inmediata, empezando por el principal afectado, el president, que aseguró respetar las decisiones judiciales pese a no entender que le investiguen «por poner las urnas».

También recibió ayer el apoyo de quien últimamente solo le llegan bofetadas, su socio de federación Josep Antoni Duran i Lleida, que ayer pidió a la Fiscalía «investigar la cantidad de veces en las que el Gobierno del Estado ha incumplido sentencias del TC».

De hecho, y como no podía ser de otra manera pues suya es la paternidad de la querella, el PP fue el único partido satisfecho ayer. El rechazo a la querella vino desde todos los sectores. El expresident socialista José Montilla se ofreció a la defensa de Mas y, en plena guerra fría personal, el líder de ERC, Oriol Junqueras, aseguró que «si atacan al Govern nos atacan a todos».

Posteriormente, el diputado en el Congreso y candidato a la alcaldía de Barcelona, Alfred Bosch, mostró su apoyo «incondicional» a los querellados. Hasta el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, de gira todavía por Barcelona, guardó por un instante el machete que tampoco ayer dejó de utilizar y recordó que no son partidarios de que «se persiga a nadie por hacer política».

Quien ya tenía la respuesta preparada para un día como el de ayer es la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que habilitó un espacio en su web para iniciar una campaña de autoinculpaciones que arrancará hoy físicamente ante la sede del TSJC con dos objetivos: «mostrar la solidaridad con los representantes querellados por permitir que la ciudadanía de Catalunya pudiese expresar libremente su opinión en las urnas» y «manifestar la falta de garantías democráticas del Estado español».

¿Un buen momento para las elecciones?

Denunciar la persecución judicial contra el 9N y constatar que la querella refuerza políticamente el liderazgo del president, Artur Mas, no es contradictorio. Es lo que pensaron muchos de los que ayer aprovecharon la ocasión para pedir el adelanto electoral que el soberanismo exige a Mas para seguir adelante con el proceso. Así lo hizo la portavoz de ERC, Anna Simó, que reclamó el anuncio electoral antes de acabar el año. La irrupción de Podemos en Catalunya como elefante en cacharrería aleja más si cabe la opción de que los republicanos accedan a una candidatura unitaria, por lo que, obligado a concurrir en solitario, la querella podría ser un buen empujón para Mas. Además, no son pocos los que han apuntado que dificultaría la articulación de una candidatura de Podemos, que ha conseguido poner nervioso a buena parte del independentismo. Todavía queda un amplio margen de días para convocar las elecciones, pero el grado de nerviosismo crece. Sin ir más lejos, la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, confesó sentirse «perpleja e incluso preocupada» y exigió «saber aprovechar el extraordinario éxito del 9N antes de las elecciones municipales». B. ZALDUA