Raimundo Fitero
DE REOJO

Notarios


El juez Enrique Castro ha tenido el don de la oportunidad al anunciar la imputación de la señora de Iñaki Urdangarin horas antes de que empezara el barullo del sorteo de la lotería. Según cuentan, sin posibilidad de recurso y sin poder acogerse a la doctrina Botín. Ni a la doctrina Atutxa. De momento parece que deberá sentarse en el banquillo; todo un acontecimiento mediático. Aunque después las argucias de sus abogados, los de pago particular, Roca y los de pago general, el fiscal, intentarán que dure poco el calvario. Hasta es posible que se impida la audiencia pública con vídeo o fotografías como ya sucedió en su primera comparecencia.

Trámite cumplido, a esperar unos meses el desenlace de este asunto. Y de tantos otros. El panorama político cada vez se vuelve más espeso. Lo del mitin de Podemos en Barcelona va a traer mucha coleta. Sin banderas. Sin mojarse. Pero situándose en el espectro catalán con intención de ocupar un espacio que nadie se atrevía a reivindicar. Y los medios de comunicación descolocados. Ya no valen los insultos. Aunque en el partido zombie deben estar mucho más preocupados con la presencia de Ken Sánchez en «Salvados». ¡Qué pocos recursos dialécticos y políticos tiene este hombre! Para ir de comparsa de Rajoy va bien, pero para otras aspiraciones no tiene fuelle.

Lo realmente impactante ha sido conocer que los notarios y otros adjuntos a la administración en Francia están molestos con diferentes leyes del gobierno que les resta atribuciones y han decidido protestar. Y lo quieren hacer en la calle, con manifestaciones. Pero claro, estos señores que aunque la gente lo piense no dan fe de nada, sino que la cobran, no pueden permitirse salir a la calle y ser empujados por los CRS, por ejemplo, así que contrataron a actores para que acudieran en su nombre a la manifestación. Ahora entendemos muchas cosas. De alguna manera esto puede ser una forma pragmática de entender la democracia: si delegamos en los parlamentarios electos nuestras decisiones transcendentales, los notarios, desde su posición de privilegio, delegan en sus contratados sus reivindicaciones callejeras. ¿Cuál es la diferencia? Pues.... No tengo contestación.