GARA BILBO
Athletic

La dependencia de Aduriz no hace sino confirmarse en Riazor

Riazor volvió a dejar patente una máxima que se viene cumpliendo a rajatabla a lo largo de la presente temporada: el Athletic no ve puerta si falta Aduriz entre sus filas. Hasta el momento, el resto de compañeros se ha visto incapaz de anotar un solo gol cuando el delantero donostiarra no ha estado disponible para los planes de Valverde.

Cuatro han sido las ocasiones en las que el ariete ha estado ausente en Liga en lo que se lleva de ejercicio y, en todas ellas, la escuadra vizcaina se mostró inocua ante las redes rivales. Faltó en el Santiago Bernabéu y los rojiblancos salieron goleados (5-0), no pudo jugar en Mestalla y se empató sin goles, fue baja frente al Córdoba y se perdió (0-1), y el sábado se volvió a hincar la rodilla, también por la mínima.

Lo cierto es que esos cuatro casos son solo una parte del mal generalizado que asola al conjunto en esta campaña, que no es otro que la ausencia de goles. Como dato significativo, el Athletic lleva tras 17 jornadas disputadas un escaso bagaje de 14 dianas, doce menos que las que había anotado el año pasado a estas alturas de torneo.

Peor, solo en la 84-85

Para hacerse una idea de la magnitud de la sequía anotadora rojiblanca, baste decir que en su historia solo se encuentra otra temporada con peores números, la inmediatamente posterior a los dos títulos ligueros que se cosecharon con Javier Clemente en el banquillo. También con el de Barakaldo dirigiendo al cuadro vizcaino en la 1984-1985 y disputados 17 encuentros ligueros, el equipo solo había marcado una docena de tantos.

Valverde reconoció tras la derrota en Riazor que «nos ha faltado claridad en los últimos metros», pese a que «en el segundo tiempo llegamos más, pero nos ha faltado ese punto de tranquilidad al final porque veíamos que se nos iba el partido», reiteró el Txingurri.