Pablo CABEZA BILBO

El Drogas, triple vinilo aniversario de «Demasiado tonto en la corteza»

A un año de la publicación en triple cedé del sólido y brillante «Demasiado tonto en la corteza», el trabajo se edita en triple vinilo. Significativa aventura discográfica que se une a la historia de Fito y Fitipaldis y Berri Txarrak, y motivo suficiente como para continuar con la gira presentación del disco de los tres ambientes. El concierto de hoy en Kafe Anztokia de Bilbo cuenta con la «sorpresa» del grupo «telonero» Ángel Casto y los Honestos. No es para perdérselo.

Recientemente comentábamos que pocas bandas incorporarían veinte canciones nuevas al repertorio (álbum al completo), como habían hecho Berri Txarrak, pero nos olvidamos de otro talento que no conoce normas establecidas ni tregua en su trabajo ni en su esfuerzo: El Drogas, quien incluye en su repertorio en directo las veinticuatro canciones de «Demasiado tonto en la corteza», algo más de una hora a la que añade otras dos donde repasa cualquier canción de su historia mientras la letra sea suya.

De esta forma la noche de hoy en Kafe Antzokia de Bilbo será larga e intensa y, de paso, todos podrán «celebrar» la salida de la cárcel de Bárcenas cuando llegue a «Peineta y mantilla» , dedicada en especial a Dolores de Cospedal y su esperpéntico monólogo sobre Bárcenas, el salario simulado y el despido en diferido. En «Matxinada», por cierto, el segundo disco de «Deamasiado tonto en la corteza», El Drogas ve, en parte, cumplidos sus deseos, ya que la situación actual de Rato, no es la misma que cuando Enrique Villareal componía «Qué mal rato».

«Para confeccionar el repertorio la fórmula es sencilla -explica El Drogas-: veinticuatro canciones de `Demasiado tonto en la corteza' y dieciséis elegidas para cada bolo entre las ochenta y pico que tenemos preparadas. Además están las versiones de «Frío», «Aprieta el gatillo» y «Autosuficiencia»». Esta magnitud de repertorio le ha llevado a Enrique Villareal a preparar dos formatos diferentes a El Drogas para poder dar salida a tanto repertorio, aunque también es consecuencia de su esencia dinámica, febril y agitada.

De esta manera, la historia se bifurca con El Drogas y la (des)Memoria Band, con versiones de «La tierra está sorda» y «Alzheimer» y El Drogas y la Rhythm´n´Blues Band, para tocar canciones arregladas en ese formato y que ahora plasman por casas de cultura junto a Selva Barón y Patrizia Greham a los coros y Germán San Martín a los teclados. «En estos formatos también se ve y se siente a la gente disfrutar y de hecho las entradas vuelan en cuanto salen a la venta», precisa Villareal.

Público y banda

En cuanto a la pura presentación de «Demasiado tonto en la corteza» el músico panoramiza la situación: «En las actuaciones en salas se ve a la gente disfrutar de las tres horas de bolo. Este es el auténtico equilibrio que buscamos desde El Drogas. Público y banda hacemos que la presión de la actuación vaya en aumento hasta dejar el local encharcado».

Dada su tendencia a la actividad cualquiera siente curiosidad por cómo parcela su vida: «Reparto la existencia entre el mundillo de la farándula y la familia. En la farándula englobo todo lo relacionado a la profesión; leer, escribir, escuchar música, componer, salir de viaje para actuar, ensayar... Con la familia es importante saber disfrutar los raticos que pasamos junto a los nuestros. Tanto en momentos duros como en los de felicidad, me gusta sentirme parte de `eso' que se llama familia».

«Ya no meto ni la mitad de personas que en otras épocas. Pero esto desde luego no supone ningún problema para continuar con el mismo grado, o mayor, de pelea», algo que nadie duda si conoce mínimamente la músico de Txantrea. Y matiza: «Personalmente no echo en falta ese tipo de escenarios [Pabellones, plazas de toso...]. Cuando hay que hacerlos, se hacen lo mejor que uno sabe y ya está».

Muchos hemos visto un singular circo alrededor del universo del rock (hay más circos, el político hasta tiene local fijo), donde hay domadores, equilibritas, empresarios... y el payaso tonto y el listo. «Como yo siempre he hecho de payaso tonto, no sabría decir cual era el papel de los demás. Bueno sí, el de payaso listo, lo tengo claro».

Caña y humor

Hace ya unos cuantos meses El Drogas intervino en un programa de Canal + donde se hablaba de la mentira. Había que ser ocurrente, sobre todo por el nivel de los tertulianos y salió airoso. Me gusta el humor, me gusta la ironía, me gusta la mezcla. Me gusta confundir, me gusta la no verdad o la mentira creíble. Pero, sobretodo, me gusta ver idiotas filosofando sobre mi vida. Aquella experiencia estuvo muy bien. Me encontraba al lado de personas que admiro en su trabajo: Cansado, Coronas, Colubi y Évole. Hicieron sencillo el trámite de que yo pareciese gracioso». Dijo El Drogas que llevaba treinta años con una mentira: que sabía, cantar y tocar. Le preguntamos si no fue otra mentira. «Mentí al decir lo de los treinta años, porque realmente en mi anterior grupo solo estuve dos meses y medio».

En la historia pop-rock de la música vasca los triples vinilos van contados: Fito y Fitipaldis, Berri Txarrak, aún por publicarse, y El Drogas con este «Demasiado tonto en la corteza». Puede ser una cuestión cultural o una querencia, pero palpar entre las manos un cedé frente a un vinilo no es lo mismo, menos aún si se trata de un triple: «Tenerlo en las manos fue un momento muy especial. Tiene peso y es la celebración del primer aniversario de un trabajo que refleja el sentido descerebrado de una banda de rock».

Respecto a si es una fortuna contar con un estatus social y artístico, el escritor y músico afila el lápiz: «Desde que llevo gafas parece que soy un personajillo en el que todo el mundo se puede cagar. Me hubiese gustado no cruzarme en el camino de algunos e incluso no sentir la necesidad de contestar a algunas preguntas. Que cada uno sea feliz chupando el pirulí que ha elegido».