Joseba VIVANCO
Nazioartea

Cassano se queda sin chistes

Regresa la Bundesliga con la intención de los «lobos» de Wolfsburgo de dar caza al Bayern de Munich.

En cierta ocasión el Eintracht Frankfurt concedió en vacaciones medio kilo de peso de margen a su plantilla, pero a partir de ahí, cada 100 gramos extras el jugador que se sobrepasara habría de pagar 100 euros de multa. ¡Y ay de aquel que se pasase, pongamos, dos kilos... el sobrepeso le adelgazaría el bolsillo 3.000 euros! Con sobrepeso o no, la Bundesliga retorna tras el parón navideño -habrá tres jornadas en diez días- y los stage en cálidos destinos, ya fueran las arenas de la costa mediterránea o del Golfo Pérsico. Y vuelve a lo grande, este viernes, en uno de los tres mayores estadios de Alemania, donde el club local reverdece no tan lejanos laureles a la espera del todopoderoso Bayern de un Pep Guardiola que, anuncia, hablará en verano de su futuro. Pero su objetivo inmediato pasa por ganar en su visita al segundo de la tabla, al que saca once puntos, un Wolfsburgo que podría mejorar más su plantilla si llega el alemán André Schürrle del Chelsea.

En 1997, los `lobos' lograron cumplir el viejo sueño de llegar a la Bundesliga. Un club radicado en una ciudad que no existía hasta que se creó la gran planta de producción de Fallersleben para albergar a los muchos trabajadores que llegaron para dar forma al sueño alemán de la Volkswagen. Un club que consiguió convencer al emporio automovilístico para que hiciera de él uno de los grandes, pagara los mejores sueldos del balonpié alemán tras el Bayern y alcanzara éxitos como en 2009, cuando alzó la ensaladera guiado por los goles del bosnio Edin Dzeko al que había fichado por solo 40.000 euros.

Mañana, no solo retorna la esperada Bundesliga -con el Dortmund penúltimo-, sino que en los prolegómenos del Wolfsburgo-Bayern se rendirá un homenaje de recuerdo al joven jugador local Junior Malanda, quien falleciera en accidente de tráfico el pasado día 10. Una joya más de esa inagotable mina de diamentes que está siendo en los últimos tiempos el fútbol belga.

Jóvenes valores a los que se acaba de sumar todo un veterano catalán como Joan Capdevilla, tras su paso por la novedosa Super liga india, y que ha recalado en el colista de la liga belga, el Lierse, un club que ya de por sí era una Torre de Babel, 33 futbolistas de 19 nacionalidades diferentes. Últimos, a seis puntos del siguiente equipo por encima de ellos, solo han sumado 3 de los 33 posibles y precisamente su último triunfo fue en octubre ante el actual líder, el Club Brujas, el cual esta jornada saldó con victoria el derbi de la ciudad de Flandes, el Brugse stadsderby, ante el Círculo de Brujas, en el coqueto Jan Breydel Stadion que ambos se turnan para jugar de locales. Pero no, no es este el `clásico' belga por excelencia.

Ese se disputa en el `infierno de Sclessin', barrio de Lieja donde está situado el estadio del Standard que este fin de semana recibió al Anderlecht. Elegir entre los Rojos o los Malvas. «Se puede cambiar de nacionalidad, se puede cambiar de trabajo, se puede cambiar de sexo, ¡pero no se puede cambiar de club!», sostenía el sociólogo del deporte en la Universidad Libre de Bruselas Jean-Michel De Wael. Un cruce entre dos ciudades. Lieja, la Ciudad Ardiente, la primera urbe de Valonia, región de larga tradición industrial, de ahí la imagen sencilla y popular de sus habitantes, en contraste con Bruselas, la metrópoli rica y burguesa. Obreros frente a artistas.

«No es que los seguidores nos lancen objetos, pero más nos vale no fijarnos en las señales que nos envían. De hecho, enseguida se hace patente que, para los seguidores, es el partido del año...», lo describía cierto jugador del Anderlecht. No es broma. Es un choque de historia, de política, de cultura y de sociología. Es una rivalidad sin par, y a veces sin límites. Y prueba de ello el enorme tifo desplegado por la hinchada local ante el clásico, en el que los Ultras Infierno `decapitaban' literalmente a Steven Defour, exjugador durante cinco años del Standard, y ahora en las filas del máximo rival, bajo la siguiente leyenda: ``Rojo (colores del Standard) o muerto''. Incapaz de abstraerse del hostil ambiente, terminó expulsado en el minuto 53 tras lanzar un balonazo al público.

Esta semana se cumplían dos décadas de la patada más famosa del fútbol, la del francés Eric Cantona a un seguidor del Crystal Palace, de nombre Matthew Simmons, quien le espetó, mientras iba camino de vestuarios tras ver la roja, un expresivo ``Fuck off, you motherfucking french bastard'', algo así como ``Vuelve a Francia con tu puta madre, bastardo''. La `patada voladora' del entonces icono del United le costó 20.000 libras y 120 horas de servicios comunitarios, después de ser arrestado por agresión y condenado a dos semanas de prisión.

El fanático de los Glaziers que fue agredido también vivió un calvario, ya que el club del que es hincha lo borró como socio, perdió su trabajo, recibió amenazas de hinchas red devils y sus padres dejaron de hablarle para evitar represalias.

En Machester se ha hablado de ello esta semana, como también de la cuarta plaga de ratones que vuelve a tener Old Trafford en los últimos años, pero también del deseado fichaje del diamante francés Paul Pogba, que este fin de semana volvió a dar la victoria a una Juventus que ya parece haberle puesto precio a quien quiera venir a por él: 100 millones de euros.

Pogba, una mezcla entre lo mejor de Patrick Vieira y Touré Yaya, fue canterano del United, sí, hasta que se hartó de no contar para su descubridor, Sir Alex Ferguson, quien le fichara del Le Havre francés con solo 16 años, acusación de malas artes contra el escocés de por medio. Eso era en 2009. Aleccionado por el conocido representante Mino Raiola, este dio un ultimatum para jugar en el primer equipo al que, es evidente, Fergie no cedió, con lo que el galo tomó un billete para Italia. Ahora, Raiola, que anuncia aspira a presidir la FIFA, parece volver a poner en circulación el desbordante talento de Pogba, y si tenemos en cuenta que es agente de jugadores como Ibrahimovic o Mario Balotelli y cómo se han desarrollado sus carreras, su futuro deportivo -que no crematístico- siembra ciertas dudas.

Maxi se la devuelve a Icardi

De momento su Juventus es más líder, con siete puntos de ventaja sobre una Roma que volvió a empatar de nuevo, esta vez ante la Fiore. Por detrás, Napoli -dos goles más del Pipa Higuían- y Lazio se confirman candidatos a la tercera plaza. El Milan perdió en casa de los laciales, con una imagen paupérrima y el francés Mexès agrediendo rivales y por ello cuatro partidos de sanción; 1 punto de 12 suman los de un Pipo Inzaghi reafirmado esta semana.

Y no le va mejor al Inter, que cayó en su feudo ante el Torino, 0-1, con asistencia de gol de Maxi López, que esta vez se la devolvió a Mauro Icardi, sí, el amigo que le `robó' a la novia con la que acaba de tener su primer hijo, puesto que le ganó en el salto de la jugada. Luego, como cuenta Toni Padilla, Maxi «le dio RT a un tuit en que se podía leer: «Algunos cuelgan selfies y otros saltan 20 centímetros más. A nosotros nos gustan estos últimos, bravo Gallina!» en referencia al selfie de Icardi de esta semana en la sala de operaciones, cuando había nacido su hijo con Wanda. Luego, usó un hashtag muy maradoniano: que la sigan... sí, eso -chupando-. Icardi y Maxi. Dos adultos actuando como niños, entre cuernos, goles, bautizos y fichajes». Es el Calcio. Un fútbol huérfano, de momento, de otro más de los actores de esta comedia. Antonio Cassano, el hombre de «600 o 700 mujeres», de los chistes y las bufonadas, pero también de los goles y las genialidades.

Parma-Cesena, duelo de colistas, Fantantonio en la banca y los tiffosi coreando su nombre. Unos minutos sobre el césped y nueva derrota. Casano se dirige a los ultras para apaciguarlos. Cinco horas después, rescinde su contrato con los parmesanos. Es libre, quizá para volar hacia su `Samp', la misma que ha presentado a Samuel Eto´o. «Novias no le faltan. Talento, tampoco. Pero todo el mundo lo considera un juguete roto. Un genio inmaduro. La historia de algo que podía ser bonito y se quedó en la típica historia del chico rebelde que por seguir siendo un chico, y por seguir siendo un rebelde, pierde la oportunidad de ser uno de los mejores. Forma parte de su encanto. A Cassano, siempre lo miraremos con una sonrisa triste. O con tristeza, aunque sonriendo». Otra vez Toni Padilla.

El ocaso de Antonio y el de un Parma que ya planea su próximo año en Serie B. 1994, el equipo acaba tercero en la Serie A y gana la Copa de la Uefa. Con el patrocinio de Parmalat y los Asprilla, Zola, Dino Baggio, Fernando Couto o Benarrivo, parecían invencibles. Muchos títulos más hasta 2002 y caída al precipicio a partir de 2004, cuando el apoyo `lechero' se resquebraja por problemas judiciales, su fundador va a prisión, un agujero de 10.000 millones en el grupo empresarial... El nuevo dueño, un joven empresario, vende jugadores, comete errores, años evitando el descenso o la ruina, hasta hoy, en que abocado al descenso, venderá el Parma a un ente ruso-chipriota por entre 5 y 7 millones de euros. «He hablado con Dios y me ha dicho que esté tranquilo», sería el chiste de Talentino, que ahora no encuentra en su repertorio.

El irrepetible periodista Dante Panzeri, azote de los Julios Grondonas del fútbol argentino, terminó su libro ``Fútbol, dinámica de lo impensado'' con la siguiente frase: «Cambiar a este fútbol exige destruir. Destruir lo que lo está destruyendo. Para poder entonces construir». Marcelo Bielsa, cuyo Marsella perdió, asentiría. Juan Román Riquelme, que ha colgado las botas, otro tanto. «No me ames a mí, flaco, ama a tu novia, yo solo juego al fútbol». Fútbol, un juego, ni más ni menos.