Juan Carlos ELORZA
BALONMANO 24º Mundial masculino

Qatar ya se da por satisfecha

Francia parte como máxima favorita de una final inesperada, con los anfitriones al límite de los recursos físicos de sus jugadores.

QATAR-FRANCIA

La única ventaja con la que contará Qatar en la final será que no sentirán ninguna presión sobre la posibilidad de ganar el partido. O no deberían sentirla. En estas condiciones, con ocho partidos a cuestas en dos semanas y la medalla de oro en juego, ni aunque se jugará mil veces este encuentro cabría concederle alguna posibilidad ante Francia.

Quizá en la liguilla previa, cuando todos sus hombres estaban en mejores condiciones físicas y Francia aún desperezándose... habrían dispuesto de una posibilidad entre un millar. Pero ahora, con Capote incapaz de jugar durante más de medio partido frente a Polonia en semifinales, reventado por el brutal esfuerzo que ha realizado el cubano durante el torneo -jugándolo casi todo, en defensa y ataque, y con gran responsabilidad cara al gol-, y Markovic ofreciendo también síntomas de agotamiento, no se adivina ninguna opción de rematar la descomunal sorpresa que ha supuesto ver a Qatar en la final.

Ni siquiera Valero Rivera, un entrenador positivo y optimista por naturaleza, que siempre ha predicado que todo es posible con trabajo, creerá en buena lógica en una victoria esta tarde. Es más, seguramente habría preferido la clasificación de España, a la que condujo al título hace cuatro años, y donde juega su hijo Valero. Tampoco habría tenido opciones, pero la derrota le habría dolido un poco menos.

En un deporte que es esencialmente un coto cerrado de los europeos en la categoría masculina nunca, en la historia de los Campeonatos del Mundo -desde 1938-, una selección europea había llegado a una final. Ni siquiera había logrado una medalla. Las dos ocasiones en que más cerca estuvo de suceder fue con dos selecciones africanas, pero quedaron cuartas. Egipto perdió la pelea por el bronce con Yugoslavia en la edición celebrada en Francia en 2001 (27-17). Y Túnez acarició la medalla en 2005, en casa, al perder por un solo gol ante Francia (26-25, ganaba 10-14 al descanso).

En otro torneo equiparable, el de los Juegos Olímpicos, sí hubo una selección, la de Corea del Sur, que se llevó la plata en 1988, en los Juegos que organizó en Seúl, tras perder la final ante la URSS (32-25), en la última participación olímpica soviética antes de su desmembramiento.

En categoría femenina sí hay más nivel lejos de Europa, aunque muy localizado en dos casos: el de Corea del Sur, la selección de mejor palmarés en los Juegos Olímpicos (dos oros, tres platas y un bronce), y que también ganó el Mundial de 1995 y fue bronce en 2003. Y Brasil, actual campeona del mundo.

Onesta y Rivera, dos campeones

Solo dos seleccionadores de los 24 que empezaban el Mundial hace dos semanas habían ganado el oro antes y, de modo imprevisible, se verán las caras en la final. Claude Onesta -que ayer hacía unas declaraciones criticando la normativa de la Federación Internacional que hace posible que Qatar haya reunido una selección en la que solo dos de sus 16 componentes son de origen qatarí- dispone de un equipo muy potente, voraz, con un tremendo carácter competitivo, que lleva casi tantas medallas internacionales desde 1992 (15) como partidos mundialistas Qatar antes de que arrancara esta edición (25, con 4 victorias).

Un detalle resume la gran eficacia de Francia en los partidos donde se juegan las medallas: de las diez finales que ha jugado en su historia entre Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos, solo ha perdido una (ante Rusia en el Mundial de 1993). Y de las ocho veces que ha optado al bronce, ha ganado cinco. En resumen, de 18 partidos con medalla en juego ha ganado 14. Su trayectoria de los últimos años es espectacular: campeón en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, del Mundial 2009, del Europeo 2010, del Mundial 2011, de los Juegos de Londres 2012, en el 2013 «descansó» (6º en el Mundial), y campeón en el Europeo 2014. Impresionante.

Dentro de un grupo muy bueno, con jugadores de mucha personalidad y muy agresivos en la faceta defensiva, destacan dos figuras que representan como nadie sus mejores cualidades: Karabatic en el campo, líder tanto en defensa como en ataque, y Tití Omeyer, uno de los mejores porteros de todos los tiempos, si no el mejor.

Qatar tiene una plantilla reclutada entre jugadores en su mayoría de segundo nivel, donde el que más destaca es el portero blaugrana Saric, pero que ha podido trabajar a destajo como un club los últimos seis meses bajo las órdenes de uno de los mejores y más ambiciosos técnicos del mundo, Valero Rivera, y ha aprovechado todos los beneficios que le proporciona su papel de anfitrión millonario (desde el aliciente de las cuantiosas primas hasta el favor arbitral en algunos momentos).

En ese contexto Markovic y Capote han rendido a grandísimo nivel en la faceta ofensiva, Saric ha hecho su trabajo en la portería, y el resto se ha entregado al 100% en las labores de intendencia -con una gran defensa y ayudando en ataque cuando ha hecho falta- para obtener un rendimiento mucho mayor al esperado. Hoy, y a la espera de ver si a Capote y Markovic les quedan reservas físicas, su escasa rotación será su gran hándicap, mientras todos los ojos del balonmano -y los de los emiratos y reinos árabes vecinos- concentran sus ojos en Doha. ¿Se imaginan que algunos más les imiten formando selecciones a base de petrodólares?

Polonia-España por el bronce

Como preludio, Polonia y España lucharán por el bronce (14.30, TDP), en un partido donde suele partir con ventaja la selección que mejor supera la decepción de haber perdido la semifinal.