Josep Ramoneda
El País, 2015/1/27
HEMEROTEKA

Syriza: un grito a favor de la política

Los griegos han sido los primeros en romper con el modelo bipartidista cada día más excluyente que predomina en Europa; han sido los primeros en demostrar que la capacidad de intimidación de quienes mandan en la Unión -la famosa troika- no es absoluta (...); y han puesto de manifiesto que el modelo tecnocrático de sustitución de la política por el discurso de los expertos, que busca un sistema de encuadramiento de la ciudadanía más que de participación, no ha calado. (...)

Con las diferentes variantes del sistema bipartidista, se ha generado en Europa una democracia de zonas templadas (fíjense que ya no se habla de derecha e izquierda sino de centro-derecha y centro-izquierda) en que todo lo que no se sitúa en la vía central sólo se admite a condición de que no gobierne. Grecia ha roto este tabú. El bipartidismo se ve desbordado. En unos países, por la derecha, en otros, como Grecia y España, por la izquierda. Los gobiernos están más pendientes de los mercados que les financian que de los ciudadanos que sólo votan cada cuatro años. Y los griegos han querido recordarles a quién se deben. (...)

Unos y otros, centro derecha y centro izquierda, dejando engullir la política por la economía han entregado muchas bazas a los movimientos surgidos a ambos lados del espectro. ¿Qué es lo que ha permitido a Syriza dar el salto? Esgrimir banderas a las que la derecha y la izquierda tradicionales renunciaron. La bandera de la democracia, frente a unos partidos que hacen de ella un espacio protegido que no admite redistribución de poder. La bandera de la dignidad de los ciudadanos, intimidados y humillados por los poderes exteriores que pretenden decidir por ellos. La bandera de la igualdad y de la cohesión social ante unos poderes indiferentes a los efectos letales de las políticas de austeridad. E incluso la bandera del país, al que nadie ofrece un horizonte movilizador, unas expectativas compartidas que permitan empezar a salir del marasmo.

(...) El éxito de Syriza tendrá continuidad o no, pero es una invitación a movilizarse contra el estancamiento del proceso europeo y las fracturas profundas provocadas por los sistemas bipartidistas nacionales al romper los equilibrios sociales con una austeridad sin horizonte. Partidos como PP y PSOE pagan lo mucho que se esforzaron en minimizar la política, en desprestigiar al Estado como ineficiente, en convertir la economía en horizonte ideológico único y en reducir al ciudadano a la condición de nif (competidor, consumidor, contribuyente). En cierto modo, el éxito de Syriza es un grito a favor del retorno de la política.