REAL MADRID 4

REAL SOCIEDAD 1

La Real vivió una jornada negra y lo de menos fue una goleada convertida en norma cada vez que visita el feudo blanco. Lo más doloroso fue la pérdida del aficionado de 23 años Ismael Ghribi en un accidente cuando se desplazaba a Madrid a ver el partido, y la lesión de menisco de Carlos Vela, que puede estar entre uno y dos meses de baja.

Muchas veces la Real es un reflejo de la meteorología. Pierde cuando más negro está el día y sale el sol cuando gana. Ayer fue un día invernal en Donostia, en Madrid y en Miranda de Ebro, y el partido de los blanquiazules estuvo a la altura de la jornada.

Tras el minuto de silencio por la muerte de Ismael la Real pareció salir enrabietada con una internada de Yuri que acabó en el corner y el gol de Aritz Elustondo tras ejecutarlo con maestría Pardo. Pero el Madrid enseguida empató en una acción en la que se vieron las carencias defensivas de la Real en las dos bandas, como en la mayoría de los goles, y remontó fácil.

Marcelo no tuvo oposición para centrar -cuando se juega contra un equipo de más calidad son necesarias las ayudas- y James Rodríguez ganó la espalda a Yuri y remató a placer. Tampoco el lateral zarauztarra estuvo acertado en la jugada del segundo gol, ni el flanco derecho en el tercero que sentenció. No se pueden dar tantas facilidad a un equipo superior, que a partir de ahí llevó el control con total comodidad, sin forzar la máquina, y aún así pudo conseguir una goleada que solo Rulli, el mejor del partido, evitó.

La imagen de la Real en la segunda parte fue muy mala. Moyes introdujo cambios defensivos y el equipo ni defendió bien. Estuvo muy blando, sin tensión, con errores graves en pases en zona de riesgo y ese final eclipsó un buen comienzo.

De más a menos

La Real volvió a ser el equipo que no compite fuera de casa, especialmente contra los grandes, y que va de más a menos en su juego. Porque el comienzo fue bueno. El equipo guipuzcoano entró en el partido mejor que el madridista, con valentía, quiso tener el balón en el campo rival y, al margen del gol, tuvo en los primeros siete minutos otros dos remates, uno de Sergio Canales que se fue fuera poco, y otro de Gorka Elustondo a las manos de Iker Casillas.

La pena fue que ese comienzo realista no bastó para ir por delante en el marcador por una jugada que fue el reflejo del partido. La Real estuvo mal en defensa, y así no se puede aguantar a un grande en su campo. El Real Madrid atacó sistemáticamente por su banda izquierda, donde Marcelo, Isco y Bale hicieron muchísimo daño a la defensa blanquiazul hasta el punto de que Moyes, con 3-1 en el marcador, prefirió cerrar esa vía de escape con la entrada de Markel como pivote, el paso de Mikel González al lateral derecho y de Elustondo al puesto de central, después de la facilidad con la que Bale construyó en esa zona la jugada que sentenciaba el partido con el 3-1.

Y eso que Moyes no es amigo de hacer cambios. Pero ayer los agotó a media hora del final porque Vela se lesionó en el primer cuarto de hora y Canales llegó muy tocado al descanso. En lugar de sacar a Chory Castro, el técnico escocés prefirió a De la Bella en el lateral y a Yuri más adelantado, y sin el mexicano ni el uruguayo a la Real le faltó velocidad para salir a la contra.

Agirretxe y Granero, que jugó más adelantado que nunca en el 4-4-2 con el que comenzaba la presión la Real para defender sin éxito a Kroos, no tienen velocidad. Así no hubo manera de inquietar al contragolpe y los de Moyes no crearon la más mínima ocasión de gol en los últimos 80 minutos de partido.

Por eso, con 3-1 y la sensación de poco peligro que ofrecía la Real, el Madrid bajó su intensidad y, aún así, unos malos minutos de Gorka Elustondo en un despeje y en dos pases permitieron a Benzema marcar el cuarto gol y obligaron a Rulli a desbaratar dos opciones claras.

Por eso el marcador fue hasta corto, la imagen de la segunda parte de la Real fue pésima, pero cuando se pierde a un chaval de 23 años y al jugador más importante para unos cuantos partidos todo eso pasa a un segundo plano. Y es que hasta que Rulli destacara tanto antes de que firme su nuevo contrato no es bueno. Una jornada para olvidar por todo. Que salga el sol...