El BEC de Barakaldo acogió ayer por la tarde la asamblea general de Eroski, en la que el presidente de la cooperativa, Agustín Markaide, informó a los asistentes sobre el acuerdo de reestructuración financiera alcanzado el pasado 15 de enero con la banca, que ha posibilitado la alternativa de canje de las Aportaciones Financieras Subordinadas, diseñada en el proceso de mediación llevado a cabo por Kontsumobide-Instituto Vasco de Consumo.

Estas aportaciones de Eroski, suscritas desde 2002, suman unos 660 millones de euros inmovilizados y afectan a más de 30.000 inversores, en su gran mayoría pequeños ahorradores.

Según este plan, Eroski propone a los titulares de las subordinadas un canje del 55% de su valor por bonos subordinados con vencimiento a doce años -prorrogable por otros cinco- y el pago del 15% de la inversión en metálico, lo que implica una quita del 30%. El interés de este nuevo título será del Euribor más 300 puntos, igual al abonado para las AFS de 2002 y 2004.

La cooperativa vasca subrayó ayer que esta alternativa de canje «supone que el inversor recupera más del 100% de su inversión inicial junto a una rentabilidad estimada entre el 2,8% TAE (para las inversiones realizadas en 2007) y el 4% TAE (las de 2002), siempre sujeta a la evolución del Euribor, teniendo en cuenta los intereses acumulados cobrados y una vez alcanzado el vencimiento del nuevo bono». Destacó asimismo que, desde la primera emisión de AFS en 2002, ha abonado 314 millones de euros en concepto de intereses.

Tras la aprobación por parte de la asamblea, el canje y el folleto de emisión del bono deberán ser ahora autorizados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, una vez emitidos los nuevos bonos, serán las entidades financieras las que desarrollarán su comercialización.

Protesta de los afectados

El canje provocó las protestas de varios centenares de afectados que se concentraron frente al BEC de Barakaldo, quienes consideran que las pérdidas serán asumidas por los ahorradores y que seguirán expuestos a los riesgos derivados de la situación de Eroski.

Los concentrados protagonizaron una pitada y mostraron pancartas y camisetas con lemas en los que reclamaban la devolución de su dinero. La vicepresidenta de la asociación de Bizkaia, Bizkaiko Minduak, María Jesús González, aseguró que este canje es «una tomadura de pelo» y «un fraude», y consideró «impresentable» que se les pretenda quitar un 30% de su inversión.

Tras recordar que se les propone dar un 15% en metálico y un 55% «en bonos de lo mismo», aseguró que se trata de «humo» porque «no sabemos cómo va a acabar Eroski». «Si queremos ahora el dinero, ¿por qué tenemos que esperar doce años cuando en su día se nos aseguró que era un dinero totalmente seguro y recuperable en 24 y 48 horas?», se preguntó.

González consideró que este asunto debería abordarse desde la fiscalía porque «es un tema lo suficientemente sangrante» y «está muy claro que ha sido una estafa, además preparada, premeditada y en toda regla».

También se concentraron frente al BEC miembros de las agrupaciones Eskuratu y Ordaindu, que reúnen a más de un millar de damnificados por las aportaciones voluntarias a Fagor y Edesa.

Tras exigir la devolución de las aportaciones voluntarias, préstamos mercantiles y reintegros pendientes tras la baja en la cooperativa, indicaron que el presidente de Eroski, Agustín Markaide, «es una pieza significativa de la poca respuesta» a sus exigencias, y recordaron que fue presidente del congreso cooperativo que decidió no devolverles el dinero.