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Los separatistas y Rusia se oponen al envío de cascos azules pedido por Kiev

Al día siguiente de sufrir en Debaltsevo su mayor derrota en diez meses de guerra con los separatistas, Ucrania oficializó la petición del despliegue de fuerzas de pacificación en el este del país y en la frontera con Rusia para monitorizar el alto el fuego, a lo que se opusieron Moscú y los rebeldes del Donbass. Los llamamientos a cumplir los acuerdos de Minsk 2 se multiplicaron ayer, mientras los combates continuaban pese a los esfuerzos diplomáticos.

Rusia y los separatistas del este de Ucrania, que consiguieron tomar el control el miércoles de Debaltsevo, rechazaron ayer la propuesta de Kiev de pedir el despliegue de cascos azules en la frontera con Rusia para garantizar la seguridad y el cumplimiento del alto el fuego, al considerar que va en contra de la hoja de ruta para el cumplimiento de los acuerdos de Minsk 2, aunque dijeron apoyar su emplazamiento en la línea de separación entre sus milicias y las fuerzas ucranianas. El presidente, Petro Poroshenko, solicitó el envío de una fuerza de pacificación en la que, por supuesto, no podría participar Rusia al tratarse, dijo, de un «país agresor». «Si se trata de una misión conjunta de la Unión Europea (UE) y la ONU, abogaremos por que el componente europeo sea mayoritario», explicó Kiev.

La canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, François Hollande; y sus homólogos ruso y ucraniano, Vladimir Putin y Petro Poroshenko, volvieron a denunciar «las violaciones del alto el fuego de los últimos días», en una conversación telefónica. Acordaron «aplicar con rigor todo el paquete de medidas pactadas en Minsk», que prevén un alto el fuego total, la retirada de las armas pesadas del frente y la liberación de prisioneros.

Tanto a UE como EEUU, aliados de Kiev, consideraron que el alto el fuego no está «muerto» e instaros a Rusia y a los separatistas a implementar inmediatamente los compromisos adquiridos.

Entretanto, los separatistas consiguieron su objetivo militar tras tomar Debaltsevo. El territorio que controlan es ahora homogéneo, ya que la conquista del mayor centro ferroviario de la región posibilita la unión entre los territorios separatistas de Lugansk y Donetsk. Ayer dieron por completada la operación militar en Debaltsevo, mientras el Ejército ucraniano anunció haber completado al 90% su retirada.

Justo después de anunciar la conquista de Debaltsevo, los rebeldes de Donetsk indicaron que retiraban sus armas pesadas del frente. Sus compañeros de Lugansk lo anunciaron el miércoles.

Mientras Kiev aseguraba que 2.500 soldados lograron salir de Debaltsevo, derrotados tras una ofensiva que duró semanas y que el 80% de sus tropas se retiró de la localidad, los rebeldes seguían utilizando sus lanzacohetes múltiples Grad en las inmediaciones, según AFP. Las autoridades ucranianas indicaron que durante la noche del miércoles se produjeron 46 ataques contra sus posiciones. Hubo intercambio de disparos de artillería junto a Piski, bajo control de las tropas de Kiev, muy cerca de Donetsk. El Ejército, además, acusó a los prorrusos de atacar con morteros sus posiciones en Shirokine, cerca de Mariupol.

Trece muertos

El Ministerio ucraniano de Defensa informó de que al menos trece soldados murieron en combates y 82 permanecen desaparecidos desde la retirada de las tropas gubernamentales de Debaltsevo. Indicó que 93 han sido capturados. Los separatistas mantienen que 3.500 militares murieron en los combates por el control de Debaltsevo.

«Peligro real»

El ministro británico de Defensa, Michael Fallon, ve «un peligro real e inminente» de que Rusia desestabilice los estados bálticos de Letonia, Lituania y Estonia como, a su juicio, ha hecho con Ucrania.

La guerra se traslada al frente del suministro gasístico

La guerra se trasladó ayer al frente gasístico con el anuncio, con algunas horas de diferencia, de Rusia y Ucrania de que comenzará o reanudará el suministro de gas al este separatista ucraniano. Is

El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, ordenó a Gazprom, que bombeará 12 millones de metros cúbicos diarios, comenzar a suministrar gas a los separatistas por «motivos humanitarios» tras alcanzar un acuerdo con las repúblicas de Donetsk y Lugansk, que acusaron a Kiev de cortarles el flujo. «Por decisión de las autoridades ucranianas, una serie de ciudades no están recibiendo gas. La gente no puede congelarse», indicó Medvedev, cuya portavoz aseguró que el suministro tendrá carácter comercial. El envío de gas comenzó poco antes de las 15.00 GMT después de que las autoridades ucranianas cortaran el miércoles el suministro a las zonas prorrusas.

Horas después, Ucrania reanudó el envío de gas a esas zonas, según informó Naftogaz, que atribuyó el corte a daños en el gasoducto durante los combates. Su presidente, Andrei Kobolev, acusó a Gazprom de romper el el contrato por comenzar el suministro a las zonas separatistas y adelantó que no pagará ese gas ruso adicional. GARA