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La Casa Blanca recibe a Netanyahu con críticas por su «destructiva» visita

A unos días de la visita a Washington del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la Casa Blanca le acusó de introducir un «elemento destructivo» en las relaciones entre los dos países, y criticó su postura ante la negociación con Irán. Netanyahu hablará en el Congreso gracias a una invitación unilateral de los republicanos y no se reunirá con Obama, evidenciando la tensa relación entre los, pese a todo, aliados.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, cuestionó ayer el criterio del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, por sus constantes críticas a las conversaciones con Irán sobre su programa nuclear. «Puede que tenga un criterio que simplemente no es correcto», afirmó en el Congreso. Kerry recordó que el primer ministro israelí «fue profundamente audaz y abierto sobre la importancia de invadir Irak bajo (el mandato del presidente) George W. Bush, y todos sabemos que pasó con esa decisión».

La crítica saca a la luz el malestar de la Casa Blanca con Netanyahu, cuya visita a EEUU está rodeada de polémica. Los congresistas del Partido Demócrata niegan haberle invitado a comparecer ante el Congreso y acusan a los republicanos de romper el protocolo al haberlo hecho. Ni el presidente, Barack Obama, ni Kerry se reunirán con el primer ministro israelí durante su visita. La asesora de Obama Susan Rice ha dejado claro el alejamiento entre ambos presidentes al afirmar que la visita tiene «un efecto destructor».

Las discrepancias entre ambos aliados se centran, sobre todo, en la negociación con Irán. Mientras el dirigente israelí comparte con el Partido Republicano el rechazo a las conversaciones y la defensa de nuevas sanciones contra Teherán, Obama a ha avisado de que vetará cualquier iniciativa en este sentido y apuesta por seguir dialogando, y buscando así un tanto en su política exterior.

El primer ministro israelí acusó ayer mismo a las potencias del Grupo 5+1 -EEUU, Rusia, China, Gran Bretaña, Estado francés y Alemania- de «renunciar a sus compromisos» para evitar que Irán fabrique la bomba atómica, y afirma que hará todo lo posible para impedir el acuerdo.

En noviembre de 2013, el Grupo 5+1 e Irán cerraron un acuerdo preliminar en virtud del cual Teherán se comprometió a congelar parte de su programa nuclear a cambio del levantamiento de algunas sanciones, y ambas partes han acordado llegar a un pacto definitivo antes de julio.

Para Netanyahu, el 5+1 «ha aceptado el hecho de que Irán, de forma gradual y durante años, desarrollará las capacidades para hacer material fisible para muchas bombas nucleares».

Sin embargo, la agencia de espionaje exterior israelí, el Mossad, reconoció en 2012 que Irán no estaba llevando a cabo la «actividad necesaria para producir armamento», y lo hizo en las mismas fechas en las que el primer ministro advertía ante la Asamblea General de la ONU de que ya estaba cerca de la «fase final» y preveía un plazo de semanas para que Teherán consiguiera armamento nuclear.

Elecciones y republicanos

A esta discrepancia se añade el clima electoral en Israel, con los comicios en dos semanas, y el nuevo equilibrio de poder en EEUU, con un Congreso totalmente dominado por los republicanos. «Es la tempestad perfecta que estalla sobre el fondo de una relación que funciona mal», resume Aaron David Miller, del centro de análisis Woodroow Wilson. «Es un choque de personalidades, de política y de la forma en que ambos en el mundo», añade este exdiplomático estadounidense.

Desde el anuncio de la visita de Netanyahu sin seguir el protocolo, la Casa Blanca ha lanzado varias críticas y deploró, por ejemplo, que Israel difunda «informaciones parciales» sobre las negociaciones con Irán. Envía así, de paso, un mensaje claro sobre su apuesta en las elecciones israelíes, tras la que Washington estaría más cómodo sin Netanyahu en el poder. Pero electos estadounidenses, como los influyentes senadores Richard Durbin y Dianne Feinstein, subrayan, aunque preocupados, «el apoyo histórico de EEUU a Israel que trasciende a los partidos».

Cortes de energía

La compañía israelí de electricidad cortó de nuevo el suministro a las ciudades palestinas de Yenin y Naplús, alegando la factura que «debe» la Autoridad Palestina (ANP). El ayuntamiento de Naplús acusó a Israel de intentar ahogar la economía palestina, como ha hecho al retener los más de cien millones de euros al mes por diferentes impuestos que recauda a cuenta de la ANP.

Ataque a una iglesia cristiana tras el incendio de una mezquita

Un complejo perteneciente a la iglesia greco-ortodoxa fue incendiado ayer en Jerusalén Este, junto a la puerta de Yafo, uno de los accesos a la ciudad antigua. Al ataque se sumó la aparición de pintadas ofensivas hacia el cristianismo en una pared aledaña. El suceso sigue a otro ocurrido el miércoles en una mezquita en la aldea de Yaba, que fue incendiada y en la que también aparecieron pintadas en hebreo, indicio de que pudo tratarse de un ataque premeditado de sionistas ultras. Los ataques coinciden con el aniversario de la matanza de 29 musulmanes a manos de un judío extremista en una mezquita de Hebrón. «Estos terroristas han sido instigados y protegidos por un gobierno que reclama exclusividad sobre esta tierra y que justifica su ocupación ilegal y colonización basado en alegatos religiosos distorsionados», denunció el dirigente de la OLP Saeb Erekat. Añadió que «esos ataques son consecuencia directa de los llamamientos para que se reconozca a Israel como `estado judío' y Jerusalén como `capital eterna e indivisible del pueblo judío'». En 2013 y 2014 se registraron una veintena de ataques contra centros de culto cristianos y musulmanes, sin que la Policía haya dado con los autores en la mayoría de los casos. GARA